Capitulo 4:

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Aitana
Salimos de casa y subimos a su coche, una vez estuve allí me empecé a sentir muy nerviosa, mucho más que cuando estuve en el coche con mis padres o con Ana

-¿estás bien? -me preguntó Luis-
-no- me limite a decir-
-tranquila pequeña, respira, no pasa nada, no tenemos q ir a ningún sitio! Podemos quedarnos aquí-  dijo acariciando mi mejilla con su mano ocasionando que mi piel se erizara-
-no, quiero ir, es solo que siento agobiada cundo me subo en coches- respondí tratando de respirar-
-lo se, te prometo que nada va a pasar, iré despacio- dijo mirándome a los ojos-
-Vale- me limite q decir sin alterada-
-por favor respira, tienes que estar bien, si, no estás bien, no pondré marcha- me dijo aún preocupado-
-estoy bien, confío en ti- dije y entonces noté que estaba diciéndolo de verdad, eso me sorprendió un poco pues como puedo confiar en un chico que no conozco, sin embargo se lo que me dice mi cuerpo y es que cuando estoy con él me siento segura y tranquila, como si nada malo pudiera pasarme porque él no lo permitiría-
-¿estás mejor? - me pregunto -
-si- dije ahora con la respiración más tranquila-

Entonces emprendimos camino, yo estuve indicándole el camino sin embargo creo que el ya lo conocía, después de un rato en el coche donde no hablamos pues estábamos concentrados e. La música de la radio, llegamos, salimos del coche y caminamos un poco

-este es mi lugar favorito de todo Barcelona- dije mirando el paisaje-
-es precioso- dijo el mirando toda la ciudad-
-nunca había traído a alguien aquí - dije cayendo en el peso de esas plantas, era verdad, yo había descubierto ese sitio y lo tenía como algo exclusivamente para mi y nunca había tenido siquiera la intención de llevar a alguien pero heme aquí con un tío que ni conozco-
-ah ¿no? Y ¿porque me trajiste a mi? -pregunto con interés-
-no lo sé- respondí sincera-
-Bueno, pues gracias compartir esto conmigo- dijo con una sonrisa sincera, de acero y beso mi mejilla y noté como mis mejillas se ponían rojas- Lo siento- se apresuró a decir -
-Algo me dice que eso es algo qué haces mucho- dije divertida-
-¿el que? - pregunto-
-besarme - respondí sin pensar- en la mejilla digo- me apresure a decir antes de que el mal interpretara mis palabras-
-si, es algo que hago mucho- dijo con una sonrisa amplia- Pero prometo que trataré de no hacerlo tanto-
-¿porque? - pregunte un poco asustada pues aunque no estoy acostumbrada, debo admitir que me encanta-
-porque yo para ti no soy nadie- respondió con tristeza-
-era mi amigo -me apresuré a decir, no quiero que él sienta eso-
-si, tú amigo- dijo con desilusión, lo cual no entendí-
-me gusta que lo hagas- dije refiriéndome a cuando besa mi mejilla-
-¿enserio? - pregunto emocionado-
-si - respondí con vergüenza-
-entonces ¿tengo permiso? -pregunto con una sonrisa-
-tienes permiso- respondí divertida y entonces él se acercó y beso mi mejilla nuevamente-

Estuvimos allí un rato más hablando, conociéndonos, con él me siento muy cómoda, siento que puedo decirle lo que sea, es una persona con la que es muy fácil hablar y creo que el es muy abierto y tranquilo pues me cuenta muchas cosas personales, cosa que yo no hago pues me da vergüenza, sin embargo si le cuento algunas cosas

Una vez empezó a oscurecer, Luis me invitó al piso donde estaban todos quedándose, yo accedí y un rato después ya estábamos entrando por la puerta.

Todos me saludaron animados, me preguntaron que había pasado con  decano y se los conté todo, estaban realmente emocionados de saber que volvería a estudiar y a vivir con ellos

Para centrar pedimos unas hamburguesas de mc donalds, las cuales me encantan.

Cuando llego la comida pregunté donde estaba el baño, pues quería hacer pis y quería lavarme las manos, me indicaron donde era sin embrago termine en una habitación

Inmediatamente entrar ese olor que ya tanto conocía invadió mis fosas nasales y supe que esa habitación era la de Luis, la recorrí con la mirada y para mi sorpresa encontré en una mesa una foto de ambos, el  mira a la cámara sonriendo, mientras yo le estoy dando un beso en la mejilla, de nos ve felices, cojo mi celular y con él le tomo una foto a esta

La dejo en su lugar y entro en ese baño, hago lo que tengo que hacer y cuando salgo me encuentro a Luis

-aqui estabas- dijo con una sonrisa-
-lo siento por entrar en tu habitación, me perdí- respondí con vergüenza-
- no te preocupes pequeña- respondió con una sonrisa-
-perdón por meterme- respondí aun nerviosa-
-nada que tú hagas puede molestarme pequeña, puedes entrar aquí y hacer lo que quieras, cuando quieras- dijo sincero -

No hablamos más, salimos de la habitación y nos sentamos con el resto a comer. Estuvimos charlando, cada vez me siento mejor y más cómoda con ellos

Estábamos en el salón charlando, cuando sin siquiera darme cuenta me quede profundamente dormida

Desperté en medio de la noche, asustada y desorientada, no súper que hacer y sin siquiera pensarlo marque un número de teléfono en mi celular, nadie atendió, pero un momento después Luis entro por la puerta

-¿qué pasa pequeña?- me pregunto preocupado-
-¿yo te llame? -pregunto extrañada-
-asi es, ¿no lo sabías? -pregunto desconcertado-
-no, me desperté asustada, sin saber dónde estaba, cogi mi celular y marqué un número, no sabía que era el tuyo - respondí sincera y él sonrió-
-pues es el mío... ¿estás bien? Estás en el piso donde nos estamos quedando, te quedaste dormida cuando estábamos en el salón y te traje a mi cama- respondió tranquilo-
-me tengo que ir, mis padres deben estar preocupados -respondí alterada-
-no te preocupes, yo hablé con tu madre, le expliqué todo, le dije que yo te llevaría mañana- explico-
-¿tu tienes el número de mi madre? - pregunto sin entender-
-si- se limitó a decir- pero si te quieres ir te llevo- agregó-
-no, estoy bien, solo fue un momento en el que no supe donde estaba- dije-
-Vale, entonces hasta mañana- se acercó y beso mi mejilla, estaba por irse -
-si yo estoy en tu cama, ¿donde estás durmiendo tu? -pregunte -
-en el sofá del salón- respondió desde el umbral de la puerta -
-qué vergüenza Luis, ven a tu cama, yo iré al sofa- me apresure a decir-
-ni de coña- dijo serio-
-pero Luis! Esta es tu cama y yo te la estoy robando, además no es como que te desperté, ya estabas despierto! - dije apuradamente-
-qué no Aitana, tú te quedas en la cama y no se discute- dijo con autoridad- Y no es por el sofá, es solo que últimamente no duermo bien- respondió tranquilo-
-entonces por lo menos vente, la cama es grande, entramos los dos- dije con un poco d vergüenza-
-¿enserio? - pregunto extrañado-
-si... somos amigos! ¿No? - dije ha un poco más tranquila-
-Vale- dijo entrando en la cama-

Estábamos cada uno en su lado de la cama, pero yo tenía muchas ganas de sentirlo cerca, una vez me di cuenta de que él ya estaba dormido, me acerqué fingiendo estar dormida y lo abracé, para mi sorpresa él me abrazó de vuelta y me quede profundamente dormida, mejor que hace mucho tiempo

Cepeda
El día de hoy fue increíble, fue como volver a conocerla, aunque sé que no estuvo contándomelo todo, lo entiendo para ella aún soy un desconocido, sin embargo pude darme cuenta de que ella tenía que contenerse un poco para no abrazarme y aunque quisiera que lo hiciera me encanta ver que aunque su mente no, su cuerpo me reconoce y me extraña.

Por otro lado teniendo en cuenta que en un momento de miedo el único número al que se le ocurrió llamar fue al mío, me hace pensar que no todo está perdida y aunque se un poco si me recuerda

Ahora estoy en la cama con ella nuevamente entre mis brazos, sé que se está haciendo la dormida para abrazarme y eso me llena el corazón, por fin estoy volviendo a sentirme normal, teniendo en cuenta que por primera vez en un mes pude dormir

A la mañana siguiente desperté, ella ya no estaba en la cama y por un segundo tuve pánico pensando que todo había sido un sueño, pude respirar cuando al girar mi cabeza vi su mochila y casi al mismo tiempo ella salió del baño, ya bañada utilizando una de mis camisetas

-buenos días- dijo con una sonrisa tímida-
-buenos días pequeña, ¿ya te duchaste? - pregunté -
-si, es que no quería que me vieran sin bañar, me da vergüenza- respondió tímida y yo solté una pequeña risa-
-está bien- me limité a decir, no quería contradecirla y decirle que ya todos la habíamos visto así un millón de veces-
-y cogi una de tus camisetas, espero no te moleste- dijo con timidez-
-para nada pequeña, te queda mejor que a mí- dije sincero-

Salimos de mi habitación y desayunamos todos juntos

Por Ti Estaré Donde viven las historias. Descúbrelo ahora