El tormento de Jackson.

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Antonio se había recorrido ya por lo menos medio centro comercial en busca de personas a las que llevar con sus compañeros para estar seguros en la entrada bloqueada y donde tenían a una chica que sabría tratarles en caso de estar heridos o tener ataques de pánico (eso le parecía haber visto, cuando sin miedo corrió a ayudar a su amiga que sufría un ataque de pánico). Más que gente no, pero encontró muchísimos libros que otro día quizás se habría dado el lujo de leer, pero claro, no sabían que estaba pasando y estaba claro que ahora mismo no podía permitirse ponerse a leer ficción. Y si, estaba en esa parte del centro comercial: la de los libros, películas, música...

De hecho, estaba solo, porque Ari se había ido por otro lado, y aunque, muy en el fondo, sabía que no deberían separarse, su espíritu aventurero y líder le había hecho tomar la decisión de que ambos siguieran en solitario, en realidad, así cubrirían mas terreno del centro comercial, y no andarían ambos perdiendo tiempo buscando los dos en una misma zona.

Siguiendo con la zona friki donde se encontraba Antonio, es que pensó que ahí quizás encontraría a alguien por el simple hecho de que normalmente era de las zonas que más gente tenía, ya que todo el mundo gastaba dinero en comprar música en versión física, y estaba en Corea, por dios, no necesitaba explicación de porque la zona de música era un buen sitio para empezar a buscar.

Pero claro, no encontró nada, ni si quiera el álbum 'Boys be' de Seventeen, porque sí, se había entretenido un rato mirando, pero solo un minuto, estaba rodeado de cosas que le molaban, si no fuera por la situación y el contexto, diría que se encontraba en el paraíso. En ese momento, quizás, Ari le habría detenido y no se habría entretenido, pero daba igual.

Continuando su búsqueda, al cambiar de pasillo en aquella extensa sección del edificio, alguien le atacó sin darle tiempo a reaccionar, en primer lugar no se le había ocurrido otra persona que no fuera la acompañante con la que había empezado a buscar, pero en seguida lo descartó, ya que tenía a alguien que pesaba el doble que él (eso le parecía, por la fuerza de la persona) encima y se había dado un tremendo golpe en la cabeza y todo le daba vueltas, aunque al darse cuenta de que realmente acababa de encontrar a alguien, o bueno, le habían encontrado a él, volvió rápidamente a estar consciente e intentó zafarse del agarre de esa persona que estaba cubierta de arriba a abajo.

- ¡Eh! ¡Oye! -gritó, en español, no estaba para intentar adivinar que idioma hablaba el señor que le estaba acorralando contra el suelo- ¡Quita de encima, NOT A THREAT!

Ante sus palabras en inglés, la persona dejé, por unos segundos, de agarrar el cuerpo de Antonio, los suficientes como para que este pudiera escapar y recomponerse a unos metros de distancia de aquella persona.

- Joder, ¿dónde entrenas? -bromeó, de nuevo en español, desde luego a pesar de todo, la personalidad de Antonio nunca cedía y siempre encontraba algo con lo que podía animar a los demás, o a él mismo, en este caso.

- Sorry... -respondió el muchacho, llevaba una mascarilla y un gorro que le tapaban la cara entera, al fijarse en el resto de su vestimenta, Antonio no tardó en darse cuenta de que ahí había más dinero que el que se había gastado en su casa- No espaniol... only Bad Bunny...

Antonio se rió, pero porque no entendía nada y no sabia como actuar, ni como reaccionar, aún así, con miedo por si le saltaba encima otra vez, se alejó unos cuantos pasos hacia atrás de aquel hombre, como si se tratase de un loco.

- Vale, me llamo Antonio -habló esta vez en ingles.- Estaba buscando gente que se ha quedado aquí en lugar de salir corriendo, somos unos cuantos en la entrada...

Ante sus palabras, el señor se quitó el gorro y se bajó la mascarilla, ahora le veía sonreír, parecía esperanzado, aunque claro, Antonio no se esperaba lo que vería debajo de todo eso.

Ante sus palabras, el señor se quitó el gorro y se bajó la mascarilla, ahora le veía sonreír, parecía esperanzado, aunque claro, Antonio no se esperaba lo que vería debajo de todo eso

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- ¿De verdad?- dijo el muchacho- Oh dios mio, pensaba que me había quedado aquí solo.

El acento de Jackson Wang no hizo otra cosa que no fuera sorprender aún más a Antonio, que estaba inmóvil delante de él, sin saber que hacer. Era Jackson Wang, era Jackson...

-Hey, hola primo -intentó hablar español, para llamar la atencion de Antonio, que le miraba de arriba a abajo, antes de volver al inglés- ¿Anthony?, mira, por favor, llévame con el resto.

De repente Antonio volvió a la realidad y, aún algo sorprendido, asintió y le indicó a Jackson por donde había venido, aunque solo iban a la entrada de uno de los centros comerciales más conocidos de la zona, parecía sentirse el guía, o el guardaespaldas, del idol que estaba justo a su lado en ese momento.

Mientras caminaban, el más joven no podía evitar lanzarle miradas a su acompañante, las condiciones eran surrealistas, pero tenía a su lado a Jackson Wang, quién antes se le había lanzado encima y... bueno, que estaba flipando, había visto de todo en un solo día, un día en el que se había levantado con los planes ya hechos, que solo constaban de ir a comprar tonterías a un centro comercial, ir a comer... lo típico, pero se le desbarató todo y en lugar de pasar un día agradable en Corea, vio cadáveres, presenció el ataque de pánico de su amiga y ahora caminaba con Jackson Wang a su lado.

Ambos chicos llegaron a la entrada, allí estaban todas las chicas, excepto Ari, al ver a Andrea recuperada sonrió, luego presenció a la persona extra que dormía junto a ellas y la sangre, el cuchillo... también recordó que ahora traía compañía, y casi era a él al que le daba el ataque de ansiedad.

- Chicas -les llamó la atención.- He traído un par de cosas -porque mientras buscaba supervivientes, también encontró algunas cosas que podrían serles útiles, aunque ya las verían más tarde.- Y he encontrado a... una persona.

Señaló a Jackson, que les saludó con la mano, algo confuso también, rodeado de desconocidos, aunque ahora había cinco bocas abiertas, pues, al contrario, todas le conocían a él, obviamente.

- Soy Jackson -se presentó amablemente, mientras miraba a su alrededor.

- Lo saben -dijo Antonio, que ahora parecía estar mas calmado y se decidió a llevar las riendas del grupo.- Hemos bloqueado la entrada, no sabemos que esta pasando -explicó al muchacho, que ahora se notaba un poco incómodo y más asustado que antes.- Pero ahí fuera... hay... gente muriendo, no entendemos nada, pero creemos que por ahora estamos seguros aquí.

Jackson asintió y se sentó con todos los presentes, desde luego, le costaba creer nada, pero la gente con la que había ido por la mañana con el al centro comercial había desaparecido y ahora tenia en frente a una chica tumbada junto a un charco de sangre, y la puerta del edificio obstruida de forma poco eficiente por muebles y otras cosas, no le quedaba más remedio que confiar en la palabra de sus nuevos acompañantes, locos o no, si salia corriendo tendría las de perder.

Unos pasos resonaron por toda la entrada cuando todos se encontraban medianamente relajados mientras casi todos miraban a la chica inconsciente, como si fuera el objeto más destacado de un museo. Tres personas se presentaron delante de ellos, dos chicos y Ari, la chica que acompañaba a Antonio y se separó sin decir nada.

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