vi. papá

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— ¿Cuál consideras que fue el mejor día de tu vida?

Aquella mañana Regulus y Jude estaban solos en la cocina desayunando, había pasado una semana desde que estuvieron en la mansión de los Malfoy y Jude nunca había comentado que escuchó cómo él le había llamado su hija, pero era evidente que su relación se estaba estrechando.

— Si me hubiesen preguntado eso hace unos meses probablemente habría dicho el día que conocí a tu madre. — sonrió con nostalgia.

Jude le miró atenta con una dulce sonrisa, amaba escuchar a su padre hablar así de su madre, le hacía creer que había esperanza en la relación con él, si él había sentido un amor así por alguien tal vez podría sentirlo hacia ella.

Regulus continuó hablando, en un inicio sus respuestas eran escuetas y sin mucha emoción, pero al ver la sonrisa que ponía su hija cada vez que respondía a su pregunta diaria su corazón se ablandaba lentamente.— Pero mi mejor día con ella fue el día que le pedí que se casara conmigo.— suspiró recordándolo.

La rubia le miró con asombro— ¿Ella...

— ¿Aceptó?— rió levemente— Sí, lo hizo.

— ¿Cómo fue? ¿Qué dijo? ¿Cómo se lo preguntaste?— comenzó a preguntar con curiosidad.

— Déjame responder la primera pregunta, cielo. Además, es una pregunta por día.— dijo con diversión— Creo que el mejor día de mi vida fue cuando llegaste.— admitió sorprendiendo a su hija— Sigo intentando acostumbrarme a la idea de verte cada día... pero cuando llegaste me pareció verla por unos instantes.

— Oh, papá.— dijo Jude poniéndose en pie y rodeando la mesa para abrazarle.— Gracias. Ahora cuéntame eso de la pedida.— pidió separándose de él.

Regulus estaba perdido en la dulce sonrisa de su hija, al mismo tiempo que en lo que ella acababa de decir. Le había llamado papá.

— ¿M-me has llamado papá?

Solo entonces Jude se dio cuenta de lo que acababa de hacer, le había llamado "papá" inconscientemente y Regulus no estaba reaccionando de ninguna manera, simplemente estaba mirándola.

— Lo siento.— dijo rápidamente— Sé que esto aún es nuevo para ti y yo no quería presionarte y... lo siento, mucho.— siguió hablando agobiada.— Además, te escuché cuando me llamaste hija delante del primo Draco y sus amigos y no sé-

— Jude.— la interrumpió haciendo que le mirase— No estoy molesto... 

— ¿No?

Regulus suspiró, sabiendo que lo que haría podría desencadenar en muchos problemas tanto para él como para aquella dulce niña que le estaba recordando lo que era querer y preocuparse por alguien. Él no había bajado la guardia desde se percató de que su pasado ponía en riesgo Giselle, la mujer a la que más amaba, pero estaba dispuesto a hacerlo de nuevo sin temer las consecuencias. Recordó lo que le dijo Lanthe Potter: "La vida es demasiado corta como para dejar escapar las cosas bonitas, y Jude es una de esas cosas bonitas." No lo admitiría en voz alta, pero esa pelinegra testaruda tenía razón. Ya se había privado de ser feliz una vez y aún así no había conseguido proteger a Giselle, ella posiblemente estaría sufriendo en aquel momento, eso si seguía con vida... si él se hubiese quedado con ella tal vez podría haberla protegido llegado el momento. Así que decidió arriesgarse, aprender a querer a esa dulce niña y si fuese necesario, protegerla como no había hecho con su madre.

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