Capitulo Final

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- _________  - murmuró en voz muy baja, soltando el aire retenido.

Entré sin esperar invitación, cerró la puerta de nuevo y nos quedamos en la entrada con el silencio y la expectación rodeándonos.

- ________ yo… - comenzó de nuevo pero yo miré alrededor captando su atención.

- ¿Qué buscas? - preguntó Boggi confuso.

- ¿Y tu papá? - repliqué mientras él fruncía el ceño.

- Pasará la noche con…, va con ella una noche a la semana - terminó.

Me acerqué un poco mientras Boggi alzaba la mano acariciando mi mejilla como si no pudiera detenerse.

- Necesito terminar con esto - murmuré y un gesto de dolor apenas perceptible pasó por su rostro-. Necesito tener un recuerdo bueno, sincero, libre y sin secretos para dejar todo atrás - seguí diciendo esperando que él comprendiera, al final me conocía demasiado bien, tenia que entenderlo.

- ________ no creo que… - comenzó de nuevo antes de que yo colocara dos dedos en sus labios, la sensación me causó un estremecimiento.

-Ahora yo te necesito, Bog - terminé mientras él cerraba los ojos y tomaba la mano que aún estaba en su boca entre la suya. Me miró un momento antes de apretar nuestro agarre y caminar hacía las escaleras, llevándome con él.
Su habitación estaba justo como la recordaba la ultima vez, solo que en esta ocasión al entrar no sentía la opresión, el miedo y las ganas de salir corriendo; yo quería esto, era el final de semanas confusas, dolorosas y duras.

Miré la playera de Boggi y me acerqué mientras él movía nuestros dedos entrelazados, cuando tomé la orilla de la prenda con mi mano libre se quedó muy quieto y solo respiró profundamente antes de que yo la quitara, observé las líneas de su torso, la forma de sus músculos que se marcaban en su cuerpo.

Me separé un poco y llevé mis manos hacia mi propia blusa, sacándola por mi cabeza rápidamente, él me miró y sus ojos calentaron cada poro de mi piel, el corazón parecía salirse de mi pecho y las lombrices habían perdido la cordura.

Lentamente se acercó de nuevo, su piel se sentía caliente contra la mía, sus labios lentamente llegaron hasta los míos, besando suavemente y lento, muy lento.

No hablamos porque sabía, ahora, que él entendía, nadie más podría hacerlo, pero él si.

Nuestras manos trabajaron juntas en los pantalones ajenos, batallamos con los botones y riéndonos de nerviosismo y expectación, nos besamos de nuevo deshaciéndonos de los estorbosos vaqueros ya en los tobillos al caminar.

Casi sin darme cuenta estábamos sobre su cama, aún con la ropa interior, enmarcó mi rostro con sus manos y me besó, llevando su lengua dentro de mi boca, tentando a la mía. Comencé a gemir, sin controlar los sonidos que salían de mi boca, mientras sentía su cuerpo presionar el mío y una de sus manos delinearlo con extrema delicadeza y lentitud.

- Te quiero - susurró en mi oído y yo solo bebí de ese sonido, no estaba preparada para las palabras pero estaba dispuesta a grabar cada una de las sensaciones.

Mis manos fueron a su cabello, los mechones castaños que tanto amaba, busqué otro beso febril y húmedo, un tanto desesperado mientras podía sentir su excitación contra mi cadera.

Me estremecí, la humedad entre mis piernas aumentaba y un pequeño latido se alojaba justo ahí, cada vez más insistente. Recorrí su espalda con las manos hasta llegar a la orilla de su ropa interior, se estremeció contra mí y su boca marcó un camino de besos hasta mi cuello y hasta más abajo, besó mis pezones por sobre la tela del sostén y deseé que lo quitara, pero no lo hizo.
Llegó hasta mi vientre besando y jugando con mi ombligo, su lengua se divertía bailando con mi piel, haciéndome cosquillas, haciéndome sentir bonita y como gelatina, todo al mismo tiempo.

Finalmente besó mi ropa interior haciendo que gimiera bajito su nombre, volvió a acostarse sobre su costado, a mi altura. Busqué otro beso fugaz que me dio de buena gana dejándome ir al minuto siguiente mirando cada uno de mis movimientos, me quité el sostén lentamente; primero los tirantes, luego el broche, todo seguido por sus intensos ojos color verde. Me recosté de nuevo sobre el colchón y esperé casi temblando, no por miedo, por dudas o sensaciones nuevas, lo esperé a él y todo lo que significaba. Bog enganchó la orilla de mi ropa interior con sus pulgares y la bajó antes de hacer lo mismo con la suya, se alejó murmurando algo entre dientes que no pude distinguir y regresó colocándose un condón.

Me quedé medio hipnotizada mirándolo mientras se recostaba de nuevo. Un final y un inicio. Abrí mis piernas lentamente y él acercó una mano acariciando con sus dedos mi humedad, esparciéndola, haciéndome cerrar los ojos con las sensaciones. Coloco un dedo dentro de mí y me acaricio tan íntimamente como nadie lo había hecho, ni siquiera él, unió otro dedo, haciéndome retorcer y murmurar su nombre una y otra vez.
Presionó la punta de su erección contra mí y algo se desató entre nosotros, miré hacia sus ojos mientras asentía y él entraba en mí, ambos nos tensamos, jadeamos y nos enredamos mientras nuestras caderas parecían tener vida propia.

No habia nada doloroso, extraño o loco en ello. Me sentía viva, a flor de piel y era maravilloso.

Me sujeté a su cuerpo mientras mis caderas luchaban por alcanzar las suyas, escondí mi rostro en su cuello y grité su nombre amortiguado, mientras mi mente explotaba y finalmente todo quedaba en el pasado, en el fondo, el más bello recuerdo de un nuevo comienzo.

Después de que todo se quedara quieto y silencioso de nuevo, mucho después de que él hubiera jalado las sabanas sobre nosotros y yo me rindiera al cansancio y la sensación de regocijo en mi cuerpo, nos quedamos abrazados, sin decir nada, hasta que el sueño me venció. Cuando me desperté, afuera casi amaneciendo y dos ojos color verde me miraban con una ternura nueva y a la vez vieja en ellos. Le sonreí sin poder evitarlo y él me correspondió.

- Hola - , murmuró Bog  y yo le besé.

- Hola - dije y después de unos segundos con los ojos cerrados continué -, tengo que irme.

- Lo sé - admitió Boggi mientras nos separábamos y comenzábamos a vestirnos. Odie que él sólo se tuviera que poner unos pantalones deportivos.

Finalmente vestida y con mi bolso colgando del brazo lo miré desde el marco de la habitación, Boggi me sonrió antes de bajar las escaleras. Me llevó en el jeep hasta la casa de Lara, el camino fue silencioso y extrañamente pacifico.

Antes de que me bajara, cierta incertidumbre cruzó sus ojos.

- ¿_______? - preguntó y yo saqué una de las fotografías que él había tomado. Se la tendí mientras él la tomaba mirándome, abrí la puerta por mi propia cuenta y me detuve antes de salir.

- Tienes tu oportunidad, conquístame - murmuré bajando del auto con esas palabras a modo de despedida. Lo miré de nuevo mientras él sonreía de oreja a oreja.

- Lo haré -, dijo en voz suficientemente alta. Ambos reímos casi tontamente y justo en ese momento empezamos juntos algo más.




                                 F I N

Sin Amor || [ Bogdan Gnatovich ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora