Estábamos cavando Luzu y yo, ya llevábamos un buen tiempo haciéndolo.
—Luzu, creo que ya debemos rendirnos, el escarabajo no está— le menciono.
—Estamos cerca Vegettita ¡Yo sé que está por aquí!—.
—Pero Luzu... Llevamos tres horas minando y no hemos encontra...— fui interrumpido al ver el escarabajo en la piedra.
—¡Te lo dije Vegetta! Encontramos otro escarabajo— celebró como niño pequeño.
A mí me causo tanta gracia que reí. Guardamos las cosas y salimos de ahí por otra salida ya que no encontramos por donde entramos.
Cuando estuvimos en el exterior vimos a un pequeño niño híbrido de lobo, estaba llorando. Luzu sin pensar se acercó con cuidado de no asustarlo, yo volteé a todos lados para encontrar a su manada pero no había rastro de ella.
—¿Estás bien? ¿Te perdiste?— preguntó Luzu.
El niño asintió con miedo, mi amigo se acercó más pero este retrocedió.
—No te haré nada— mencionó —Vegetta, ¿Cuánto falta para que se te acabe el efecto de la poción?—.
—Supongo que dos o tres minutos ¿Por qué chaval?—.
—No te tomes otra, deja que el niño vea que también eres híbrido y así poderlo ayudar— manda.
—¿Pero tú eres tontito? No quiero que los demás me vean así, te dije que era un secreto— reprocho.
—Vamos Vegettita, es para darle confianza al niño— pide.
Sus ojos heterocromaticos brillaban, me parecían preciosos y fue difícil negarme. Esperamos un minuto y el efecto acabó dejando ver mis orejas y cola. El niño me vio sorprendido pero aún así se acercó.
—¿Qué edad tienes?— pregunto.
—Cinco añitos— responde mostrando su manita con los dedos extendidos.
—¿No tienes idea de dónde están tus papás?— se acercó Luzu con cuidado de no asustarlo.
—No, y tengo miedo y hambre— menciona el cachorrito bajando sus orejitas.
—Tranquilo, vendrás a mi casa un momento para comer y luego buscaremos a tu familia— sugiero.
El niño asiente y los tres nos vamos directo a mi casa, al llegar es Luzu quién toma la iniciativa de cocinar. Yo mientras me quedo abrazando al pequeño que tiembla un poco del miedo.
—Aquí está listo la comida— anuncia llegando con dos platos que deja frente nuestro.
—Gracias mamá— agradece el pequeño pero luego baja la cabeza avergonzado.
—Hey, no pasa nada— acaricia su cabello —puedes llamarme así si quieres, no hay problema— sonríe.
El niño asiente emocionado y empieza a comer. Después de terminar los tres el niño se mantiene jugando con mi lobito que está en mi guarida. Yo ayudo a lavar los trastes junto a Luzu cuando este empieza a reír.
—¿Qué te da tanta gracia?— cuestiono.
—Es que siempre nosotros hemos sido como el papá— me señala —y la mamá de los chicos, pero que ese niño me haya llamado así hizo que se me derritiera el corazón— mencionó con una sonrisa.
—Asi que Evil Luzu es ablandado por un niño— me burlo.
—Sí bueno, tú también lobito—.
Dice al momento que acaricia mis orejas, suelto un pequeño gemido y él se va riendo victorioso. Nunca debí mostrarle lo del lobo nocturno. Aunque ahora que lo pienso si llevo al cachorrito a la guarida de los Lobos ellos podrían encontrar a sus padres. Aplaudo por tremenda idea que he pensado y bajo hacia los demás, encontrándome con la tierna escena de Luzu teniendo en brazos al niño mientras esté dormita. Se me hace tan precioso momento que no puedo evitar tomarles una foto.
—Luzu, ya sé cómo encontrar a los padres del niño— susurro sentándome a su lado.
—¿Cómo?— pregunta en el mismo tono para no despertar al cachorro.
—Los lobos tenemos como una guarida donde ahí el jefe de la manada puede encontrar a los padres— relato.
—Perfecto, vamonos— asiente.
—¿He? No, tú te quedas— mando.
—¿Y eso por qué Vegetta?— se queja.
—Porque solo hay lobos, es un trabajo para Lobo Noctugno— digo lo último con acento.
—Pero Vegettita, quiero acompañarte— dice en puchero.
Estoy a punto de negarme de nuevo cuando me siento hipnotizado por sus ojos ¿Siempre fueron así de atrayentes? Acepto y él me dedica un sonrisa, después de vestirme con mi traje salimos de ahí con el pequeño en brazos de Luzu. El camino no es tan tardado y agradezco que sea de noche pues así tenía la seguridad de que nadie nos vería.
Cuando llegamos a la guarida abro y me recibe el jefe.
—Lobo nocturno, que bueno verte ¿Qué te trae por aquí? Yo no te he llamado— menciona con una sonrisa.
—El lobo noctugno se ha encontg-contg... Ha salvado a un niño pegdido— explico con mi acento después de trabarme un poco.
—Bien, lleven al niño para que busquen a su mamá— les manda a otros lobos.
—Adiós— se despide el híbrido al irse con los demás.
—Adiós— sonríe Luzu.
—¿Y él? ¿Quién es?— menciona con enojo.
Por eso no quería que viniera Luzu, está enteramente prohibido traer a alguien que no fuera de la manada. No dejo a Luzu responder y lo abrazo de la cintura por la espalda dejando mi mentón recargado en su hombro.
—Él es la pageja del lobo noctugno y no pueden tocaglo— amenazo.
El chico en mis brazos se sonroja dando más credibilidad. El jefe de la manada asiente y estamos por irnos pero nos detiene.
—Cuida muy bien a Lobo nocturno, que es un loco por los viajes pero es especial— muestra una sonrisa paternal.
—Lo acompañaré a cada aventura si hace falta— le corresponde la sonrisa Luzu.
Yo me sonrojo pero volteo a otro lado.
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No es por nada pero me gustó mucho esta parte <3
Atte. LaDelCabelloAzul23♪
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Luzugetta Week
FanfictionEn la primera parte menciono algunas aclaraciones, contribución al hastag principalmente en Twitter, me puedes encontrar como "LaDelCabelloAzul"