Capítulo 12: Jimin#2

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Se desperezó con un gruñido bajo, rodando por la cama. A su nariz llegó el delicioso aroma de café recién hecho. Necesitaba ese café, pensó, pero su inexistente fuerza de voluntad le hizo abrazar la almohada y volver a quedar dormido. Volvió a despertar confundido con un murmullo a lo lejos. Debía ser honesto, que Jungkook hablara con alguien no era el problema. Lo que le alertaba era que el volumen de su voz, era demasiado bajo. Luego de escuchar una carcajada no pudo evitar salir de la cama. Caminó, tallándose los ojos y ataviado en una de las camisetas anchas de su novio, a quien encontró en el sillón de la sala con el oído pegado al celular y una sonrisa de oreja a ojera.

Se sentó en el sillón de enfrente, abrazando sus rodillas, y a su memoria llegó el aroma que le había despertado la primera vez. Fue a la cocina y justo antes de que terminara de servirse, fue cercado por la cintura y recibió un par de besos en la cabeza.

—Buenos días —saludó—, ¿con quién hablabas?

No sentía celos, conocía ese sentimiento gracias a Taehyung; en realidad, tenía mera curiosidad.

—Aleku.

—¿Debes trabajar o algo así?

Jungkook le soltó, no sin antes darle un nuevo beso.

—No, solo hablábamos. En los últimos meses nos hemos hecho amigos.

—Imaginé que Taehyung era tu amigo más cercano en la agencia.

—Bueno sí, hyung es mi amigo, pero necesito ampliar mi círculo y a veces me cae bien charlas con gente más madura que los demás modelos de la agencia.

—Tae es maduro —insistió.

—Jimin, no estoy hablando de Taehyung. Salgamos dos segundos de él en esta conversación, ¿sí?

Jimin suspiró y supo que aquella reacción era su culpa. Avanzó hacia Jungkook y se abrazó a su pecho. —Lo siento. Van a ser amigos como nosotros.

—No, no todo el mundo tiene ese tipo de relación "especial".

No supo por qué, pero la entonación le increpó. Era una frase similar a la que habían usado relaciones anteriores y motivo suficientemente tentador para mandarlos a la mierda. Esta vez no lo haría. El sonido de su teléfono capturó su atención; era el rington que usaba para identificar llamadas o mensajes de su mejor amigo, y se soltó de su pareja para leer el motivo de la notificación.

Jiminie, saldré el resto del día con Seokjin, me avisó que justo aterrizó en Seúl. Háblame si necesitas algo.

Apagó su teléfono y suspiró, viendo a su novio.

—¿Te duchas conmigo? —propuso, caminando hacia el cuarto de baño. No pasó demasiado para escuchar unos detrás de él.

Estar entre los brazos de Jungkook siempre era una manera sencilla y acelerada de vaciar la cabeza; el problema era que no duraba para siempre. Bajo el agua caliente, una vez que recuperó la estabilidad en las rodillas por un clímax satisfactorio, se echó champú y dejó que su novio se lo esparciera mientras él le jabonaba.

—Estás callado —comentó Jungkook.

—Sí —aceptó—, es el cansancio. La temporada iniciará en dos meses.

Dos meses no era una cantidad de tiempo amplia, sin embargo, sabía que el tiempo era relativo. Le bastaba pensar en cómo Kim Seokjin había ingresado en sus vidas como un tifón, y en tiempo récord, se presentaba como un peligro que no sabía cómo enfrentar. Si había estado celoso de Aleku, lo de Seokjin calaba a un nivel más profundo, y no entendía por qué.

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