Capítulo 14: Jimin#4

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—¡Jimin-ah!

La voz de Taehyung llamándolo, le hizo girar de golpe. Sabía que necesitaba solucionar las cosas con Taehyung, por más que fuera él quien lo había herido; también sabía que de todo el mundo, su mejor amigo era el único lugar donde podría refugiarse. Lo vio a los ojos y sintió que su estómago daba volteretas.

—No sabes cuán infeliz y dolido estoy ahora mismo.

—No sé qué decir...

De nuevo se giró y comenzó a caminar delante de Taehyung. Podía sentirlo pasos detrás y cuando por fin encontró un local, fue directo a la barra. El otro chico no tardó en sentarse a su lado.

Ordenaron cerveza y un snack de calamar frito.

—Nuestra comunicación se está yendo a la mierda. —Taehyung se escuchaba completamente desalentado—. Te lastimo sin querer, y a consecuencia de eso, no hay herida más grande que la mía. Me parte el alma porque siempre lo único que he querido es protegerte, y resulta que paso que avanzamos, golpe que nos damos ambos.

Jimin suspiró, jugando con sus manos.

—No digas más, estás haciendo que se sienta peor. Terminaré mi cerveza, regreso al hotel y me voy por donde vine.

—Ahí vamos de nuevo.

—Me siento humillado, y si quieres verlo así, no es tu culpa. Pero no sé por qué no puedes asumir que soy capaz de tomar un vuelo para verte a ti, y solo a ti. ¿Qué tan extraño es eso? ¿Acaso soy el único que recuerda que hemos sido capaces de más?

Guardó silencio. Taehyung dejó la botella sin tocar, y luego de llamar al bartender y pagar, puso la mano encima de la de Jimin.

—Tengo que trabajar, termino a las ocho. Te veo en mi suite... que asumo que ya sabes cuál es.

—Claro que sé. ¿Te vas?

—¿Tengo opción? Jimin, no veas tu lado todo el tiempo. ¿Crees que si me hubieras dicho que Jungkook y tú ya no estaban juntos, te hubiera expuesto así?

Hizo una pausa y le dio un sorbo rápido a su cerveza.

—No era importante —susurró, y ni bien lo dijo, supo que la mentira evidente quedó flotando en el ambiente.

—¿Cómo no iba ser importante? Jamás se había abierto una distancia entre nosotros, menos mientras uno de los dos estaba involucrado en una relación. Ahora pasó, y créeme que es importante. No te atrevas a no estar en la suite cuando regrese.

—Ya... —fue lo que llegó a responder y como Taehyung estaba por irse, jaló de su brazo y ofreció su mejilla.

—Nunca cambias —escuchó el murmullo justo al lado de su oreja y un beso fue depositado a la altura de su pómulo.

—¿Es eso algo malo, Taetae?

Recibió una mirada penetrante y luego fue dejado a solas con su cerveza y el snack intacto. Observó la etiqueta, sus ojos desenfocando el "Asahi". La última semana había estado cargada de emociones, como si estuviera recorriendo una y otra vez el circuito de una montaña rusa larga y terrible. Finalizó una segunda botella y consideró pedir la tercera, pero tenía varias horas por delante y embriagarse no era una viable o inteligente.

Comió algunos pedazos de calamar para resarcir un almuerzo que no estaba dispuesto a comer, y llegó a la habitación sin percances. La suite de Taehyung era amplia y se distrajo un rato recorriéndola y cavilando qué hace. Primero pensó en llenar la bañera y aprovechar el hidromasaje, o darse una ducha rápida, ponerse los pijamas y mirar algo en la gigantesca TV frente a la cama queen.

Llamas gemelasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora