Capítulo 5: Taetae #2

951 80 39
                                    


Taehyung creía que el regreso de Aleku podría ser algo interesante para su vida que, de otro modo, iba al compás del paso que marcaba Jimin. No tenía claro qué era lo que quería de su ex, si era sincero. Los días que siguieron a la noche hundida en tinieblas por el alcohol, no se cumplió la cena prometida por falta de oportunidades, así que encontrar que era parte de la comitiva que los acompañaría a las Islas Jeju para la grabación de un comercial, lo dejó a la expectativa.

—Parece que nos sentaremos juntos —dijo Aleku, acomodando una maleta en los comportamientos superiores del avión—. ¿Qué tal? Imagino que al día siguiente que nos vimos tuviste resaca.

—Épica —se quejó, y la sonrisa de Aleku le confirmó lo que Jimin había dicho, de todos, él había sido el de peor copa—. ¿No hice nada impropio, eh?

—¿Además de bailar varias coreografías de grupos idol? No.

—¿Qué, en serio?

Aleku asintió. —Si te hace sentir mejor, JK te superó por mucho.

—No sé si eso me hace sentir mejor.

Hubo otro intercambio de sonrisas y la charla murió. A lo largo del corto vuelo, su acompañante no intentó entablar otra vez conversación... Incluso era todo lo contrario. Le daba la impresión de que mantenía una distancia (una distancia cortés y amigable, pero con límites claros).

Lo cierto era que le gustaba filmar comerciales fuera de los estudios, ya que el tiempo que trabajaba "de verdad" era relativamente poco. Ahora estaba echado cerca de la piscina en un traje de baño blanco y corto, y Hoseok se encontraba sentado entre sus piernas.

Levantó la cabeza y sonrió.

—Ante cualquier desconocido, la posición en la que estamos no luce nada bien.

Hoseok soltó una pequeña carcajada sin abandonar su faena de resaltar con correctores e iluminadores su abdomen.

—Al contrario, yo diría que se ve tan bien, que Aleku no deja de voltear hacia aquí desde hace unos minutos.

Taehyung luchó contra su propia voluntad para comprobar lo dicho por el maquillista. Estaba acostumbrado a ser observado, pero en ese instante, le gustaba en especial sentirse observado por él.

—No sé, por momentos creo que me imaginé que estaba de nuevo interesado en mí.

—Será imaginación colectiva, entonces, que todos en la fiesta pensamos eso. Párate — ordenó.

Taehyung obedeció en un pestañeo mientras Hoseok se sentaba en la silla y le bajaba un poco la orilla del traje del baño.

—Vamos a dejar esos oblicuos para chupetearse los dedos —anunció con seriedad, y comenzó a trazar primero las líneas bien marcadas del músculo con un corrector oscuro antes de tomar la esponja para difuminar.

—Fuimos a un after, y boom, desapareció al día siguiente —siguió con el tema previo—. No pasó nada, y bueno, para ser honestos tampoco es que recuerde todo, pero amanecí más o menos solo.

—¿Más o menos solo?

Hoseok le jaloneó un poco más a la derecha para aplicar el iluminador antes de lucir pensativo. Sin decirle nada, tomó una foto con su teléfono solo de del ombligo hacia abajo, escribió unas cuantas palabras y dejó el móvil a un lado.

Taehyung le observaba y asintió. —Amanecí en la habitación de huéspedes del departamento de Jimin.

Fue ahí que Hoseok hizo una pausa y subió la mirada hasta encontrarse con la suya, incrédulo.

Llamas gemelasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora