El mejor amigo de JiMin, HoSeok, es un gran coreógrafo en una industria de Idol's. JiMin siempre le ayuda en todo lo que él lo necesita ya que ambos se especializaron en danza pero en distintas ramas.
El gran amigo de JiMin, -al cuál considera como...
Min JiMin últimamente se ha sentido algo observado. Cuando sale del salón de baile después de dar clases con HoSeok y se encamina a la salida, ya sea en la puerta de adelante o la trasera, siente la mirada de alguien en su nuca, más si está con hijo o con su esposo.
Al principio pensaba que era parte de su imaginación, pero siempre que voltea, se da cuenta que una cabellera rubia lo está acechando.
Cuando está con YoonGi le pregunta si siente lo mismo, pero este siempre le dice que no siente nada. Aún así, abraza a JiMin y lo calma con su aroma, pues esas sensaciones no son buenas para los cachorritos.
Y justo hoy, una semana después. Vuelve a sentir la misma mirada.
—Buenas tardes, Hyun-ah –saluda JiMin a la recepcionista, con JungKook en brazos.
—Señor Min –correspondió el saludo con un sonrojo en sus mejillas, pues aún recuerda cuando confundió al hijo de JiMin como su hermano.
—Solo dime JiMin –pronunció con una sonrisa —. Por cierto, ¿HoSeok ya llegó?
—Sí, mencionó algo sobre practicar unos pasos antes de que los aprendices llegarán –respondió la beta.
—Gracias –y con una sonrisa se fue del lugar.
Caminando entre los pasillos, JiMin se dio cuenta que aún era muy temprano para llevar a JungKook a la guardería, pues TaeHyung llega más tarde.
—JungKookie~ –pronuncia suavemente, despertando al pequeño en sus brazos, pero JungKook solo se acomodo mejor pasado su nariz por el cuello de su padre —. ¿Quieres quedarte conmigo o con tu padre en lo que llega tu amiguito?
—Con papi Yoonnie –pronunció el pequeño, aún adormilado.
JiMin, dándole un besito a la mejilla de su hijo, se encaminó hacia el estudio de su esposo. Sabía que a estas horas no había mucho personal rondando por esa zona, así que puede ir con confianza hacia allá.
A YoonGi y a JiMin, nunca les ha gustado llamar la atención, así que por eso siempre tratan de ser discretos, ya que YoonGi es un compositor famoso y JiMin es un bailarín famoso que se retiró por temas familiares, pero que ahora es coreógrafo.
Cuando llegó a la puerta del estudio, ingresó la contraseña y entro a este.
—Amor –saludo YoonGi, dejando lo que estaba haciendo para levantarse de su asiento y recibir a su pareja con un beso en los labios —. ¿Acabas de llegar?
—Sí, HoSeok quería que lo ayudará con unos pasos nuevos, ya que quiere tener las coreografías listas antes que empiece mi tercer trimestre –responde mientras acuesta a JungKook en el sofá del estudio y lo abriga con una sábana gruesa —. Y como es temprano, JungKook decidió estar contigo en lo que llega su amigo, pero por lo visto tiene mucho sueño.
—Como no tendrá sueño, si ayer se la pasó corriendo feliz en la casa porque pronto tendrá dos hermanitos o hermanitas, mientras le daba besitos a tu pancita –respondió YoonGi, acariciando el cabello de JungKook, para luego hincarse frente a JiMin, subir su sudadera y playera para enseguida depositar un besito en su vientre levemente abultado —. Los amo, cariño.
JiMin, soltando una risita, se hincó a la altura de su esposo, y agarrando las mejillas de este con cariño, le dio un beso en los labios.
—También te amamos, alfa.
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🐱🍼🐥
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—HoSeok, acércate –pronunció JiMin, cuando noto algo diferente en el alfa.
—¿Qué sucede? –preguntó este algo extrañado, pues rara vez JiMin lo llama por su nombre a secas.
—¿Por qué hueles a jugo de naranja? –preguntó extrañado, ese olor se le hacía muy familiar, demasiado diría él, pero no quiere pensar cosas que no son.
—¿En serio? –dijo el de aroma a tierra mojada algo nervioso, mientras olía su propia ropa —. Tal vez es porque desayuné panqueques con jugo de naranja.
—Tal vez sea eso, porque también hueles a miel –pronunció el omega, algo pensativo —. Aunque es raro que se te impregnen esos olores.
—¿Sí?, Este... bueno, verás... –y justo en ese instante el teléfono de JiMin sonó.
—Te salvaste por esta vez –pronunció JiMin viéndolo con los ojos entrecerrados —. Pero la próxima vez me tendrás que decir quién es tu conquista.
Y después de eso, JiMin apagó su alarma para enseguida dirigirse a la salida del salón.
—Voy a dejar a JungKook a la guardería, no tardo –pronunció y salió del salón sin esperar respuesta por parte de HoSeok.
Se encaminó por los pasillos, para subirse al elevador, pues el estudio de su esposo, quedaba a otro piso diferente que el de los salones de baile.
—¡Hey, podrías detener las puertas del elevador! –se escuchó el grito de alguien que venía corriendo.
JiMin, algo alarmado, presiona el botón para que las puertas se vuelvan a abrir.
—Muchas gracias, JiMin –dijo el rubio que entró al elevador.
