Rompiendo reglas (Parte 1)

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Maria Isabel:

Primero que todo, llegar temprano al instituto; segundo, revisar si ningún objeto o cuaderno se me olvido; tercero, organizar mi tiempo para ir al funeral de Ezequiel, mañana tendré que sacar nuevos informes sobre las clases de economía y los demás cursos volveré a practicarlos. ¡Rápido que llego tarde!.

Estaba solo a 2 pasos del salón cuando escuche unos llantos proviniendo del baño, que se encontraba al fondo del pasillo y luego a la derecha, era Liseth, que seguía mal por el suceso en su casa. El maquillaje se escurría por sus mejillas "perfectas".

-¿Porque no estas en el salón?. Debes mantenerte perfecta, ¿no? -dice Liseth, pero obviamente sabía que no salía de su corazón, quien no respondería así luego de mucha intensidad estas últimas semanas.

-Eh, debes tomar esto con calma. Ten, sécate con este pañuelo -entonces ella accedió.

-¿Crees que soy tonta, verdad? -su mirada cambio a curiosidad, pero parecía mas a enfado.

-La palabra tonta, no. Mejor sería "justa", pues al final sucedió lo que tenía que suceder para que te sacaras la venda de los ojos. Tienes motivos para portarse así.

-Gracias, entonces. Lamento ser tan antipática, probablemente sería más que solo disculpas. De nuevo, gracias.

Todo iba de maravilla cuando Liseth empezó a revisar su móvil, ella se quedó pálida del mensaje que seguro era tan aterradora mirada que tenía. Entonces yo también revise mi móvil, y lo que encontré me sorprendió. Alguien había creado un grupo de mensajes donde, al parecer, se encontraba un mensaje muy comprometedor. Decía lo siguiente:

"Hola a todos, vengo de nuevo, es muy interesante pensar que alivio siento, pero no más el alivio que sentirán cuando esté con ustedes."

E.S.D.

Lo peor era que las iniciales correspondientes provienen de, el difunto, Ezequiel. ¿Esto será a propósito o es una broma?. Puede un muerto comunicarse tan fácil por redes, pues si fuera así, quisiera hablar con los demás.

Ahora todo se puso de cabeza en el momento que entre al salón. ¡Rayos!. Todos me miran de manera tan rara que me siento intimidada. Creo que no estoy tan informada del todo, pero nadie me quiere explicar, será que estoy en una especie de pesadilla o broma colectiva.

Liseth se dirigió también a su respectivo asiento, lo más raro continuó después, pues ningún profesor entró al salón durante una hora, por lo que el director entró a nuestra aula. Tenía el ceño fruncido, avisándonos de que esta noticia no sería del agrado de nadie, ni para él, entonces cerró la puerta y las persianas de todas la ventanas.

-Miren, alumnos. Hoy acabo de descubrir algo que no me deja en claro el porqué. Solo tal vez ustedes seguro sabrán la respuesta, pues, hace un par de horas hackearon la base de datos del instituto. Bloqueando el acceso por unos minutos, lo que tampoco no me cabe es que los únicos archivos corrompidos son de este salón.

-Tengo una pregunta. ¿Qué más sabe sobre esto? -dice Lisandra, por lo que esto traía más intriga al misterio.

-Sobre los archivos, ¿se refiere a todos en general? -pregunta Amado. Pero fue ahí donde se sintió más pesado el ambiente.

-Todos cálmense, y primero, lamentablemente se filtraron todos sus datos; segundo, lo malo es que al momento del rastreo hubo un corte de energía, obviamente antes de que ustedes estuvieran presentes -el director parecía estar cansado, como si no hubiera dormido.

La vida (con) SIN élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora