6. Recibí un mensaje

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Eleanor

Los rayos de sol suaves y el aire fresco que entraba por la ventana, que había quedado abierta la noche anterior, hicieron que mis ojos abrieran esa mañana temprano a las nueve con la colcha blanca cubriéndome hasta el cuello. El ruido de la alarma comenzó a sonar minutos después de que pudiera despegar mi cara de la almohada, hacía mucho que no me despertaba antes de que mi celular sonara, estiré mi brazo y la apagué. En cuanto quise salir de mi cama sentí el frio en mi cuerpo y preferí quedarme un rato más bajo la colcha que me mantenía calentita mientras revisaba los mensajes que me habían llegado y algunas redes, hasta que decidí levantarme de una vez por todas. Salí de mi cama y tomé la bata rosa con peluche que tenía sobre la silla del escritorio. Bajé con la intención de desayunar algo pero me dí cuenta que me había olvidado de ir a comprar para comer por lo que preferí salir a desayunar a algún bar. Volví a mi habitación, me cambié cómoda, con un jogging y buzo que combinaban que después no se vió porque me tuve que poner la campera negra de abrigo encima del frio que me agarró de asomarme un poco a la ventana.

Salí de mi casa y comencé a caminar hasta el bar que iba siempre. No había mucha gente en la calle, aunque era lunes y un horario en el que por lo general muchos salen a trabajar, en esa zona no parecía pasar eso, solo pasaban cada tanto algunos autos o alguna señora grande ya haciendo los mandados desde temprano. Llegué al bar y me senté adentro porque estaba más calentito.

-¿lo de siempre ,no? Café con medialunas- dijo el dueño desde la barra que estaba a dos mesas de donde me encontraba

Como ya me conocían y ya sabían que pedía siempre lo mismo, ni la carta me tuvieron que alcanzar. Esperé mi desayuno mirando el noticiero que habían dejado en el televisor hasta que me llegó un mensaje que no me esperaba para nada y menos en ese momento: "Te necesito ¿Te puedo llamar?". No tardé mucho en responder y mucho menos él en llamarme. No estuvimos mucho tiempo hablando, pero si que me había dejado una sonrisa de oreja a oreja que el dueño del local pareció notar porque en cuanto me trajo lo que había pedido me miró unos segundos, me dijo "le cambió la cara", sonrió y volvió a su lugar de trabajo. Era lógico que después de tremenda noticia mi cara cambiara, para mejor obvio. Quedamos en que más tarde, cerca de las once, iba a pasar por mi casa para comprar todo lo que íbamos a necesitar. Al salir del bar pasé por el supermercado y compré todo lo que tendría que haber tenido en mi casa esa mañana. Al llegar acomodé todas las compras y limpié mi habitación que hacía mucho tiempo no pasaba.

A eso de las once llegó a mi puerta. Primero fuimos a una tienda a comprar lo más importante que era en donde requería mi ayuda. Conseguimos lo que queríamos, bueno en realidad lo que él necesitaba. Traté de buscarle lo más lindo y terminó siendo así, la felicidad que manejaba ese hombre era inexplicable y contagiosa, me ponía muy feliz verlo a los ojos y que demostrara lo entusiasmado que estaba con todo ese asunto. Después de comprar volvimos al auto, faltaba una parada más que también era bastante especial, unas decoraciones nunca vienen mal. Durante todo el viaje de ida a la última tienda no paraba de hablar de todas las ideas que tenía y lo que necesitaba. Bajamos del auto y no pude evitar abrazarlo y decirle lo contenta que me ponía que esto fuera a pasar. Comenzamos a caminar hacia aquella última tienda pero cuando llegamos a la puerta nos dijeron que no podían atendernos porque ya estaban cerrando. Nos quedamos unos segundos parados en la vereda, tratando de pensar qué podíamos hacer y recordé que a unas cuadras, que a lo largo de caminarlas se convirtieron en 10 o más, había otra tienda que vendía las mismas cosas. Decidimos ir hasta ella pero cuando faltaban unas cuadras para llegar una señora nos cortó el paso. Venía corriendo y pidiendo ayuda. Su nieto había quedado dentro de su casa y en cuanto nos explicó bien la situación no lo dudamos ni un segundo, y aunque él me dijo que no lo hiciera, entramos los dos a buscar a la criatura...

A Tu Lado {LARRY STYLINSON}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora