prologo

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Los demonios gobernaron el mundo humano, pero los híbridos fueron exterminados por los humanos, excepto uno, que fue ocultado a los ojos humanos, y a los ojos de los demonios.

- mami ¿porque no puedo salir afuera? - pregunto un niño mirando la luna llena, con sus ojos ámbar y su cabello plateado con sus orejas perrunas.

- afuera es muy peligroso mi niño - contesto acariciando la cabellera de su hijo - si te descubren, te llevarían lejos de mi - abrazándolo con ternura al niño de solo 6 años de edad.

- no quiero eso... no quiero alejarme de ti - abrazando a su madre con sus pequeños brazos.

- *por suerte su transformación solo pasa en luna llena* - pensó la joven madre, mientras sus lagrimas fueron derramadas por el dolor que sentía - *lo siento inu... pero no siempre estaré a tu lado* - serrando sus ojos mientras sus lagrimas de se detenían.

- mamá ¿porque lloras? - pregunto el niño con inocencia, al captar la sal de las lagrimas de su madre.

- por nada... no es nada grave - contesto sin dejar de abrazarlo - vamos a dormir... mañana sera un día largo.

La mañana llego, su madre se fue para conseguir algo de comida, pues vivían lejos de la ciudad, y no es nada fácil conseguir alimento en aquel monte. Él niño, con su cabellera azabache, miraba desde la ventana aquella hermosa vista, como le gustaría poder salir, pero sabia que no podia, pues un movimiento en falso, y le descubrirían, pero a lo lejos, algo capto su atención. No muy lejos de su casa, había algo moviéndose en los arbustos, como queriendo escapar de una trampa o algo así. Sin poder evitarlo, abrió la puerta, pero no salio, quiso asegurarse de que no era su imaginación o alguna trampa de los youkais. Esperando un rato más, sus pequeños ojos color marrón volvió a captar aquel movimiento, y un pequeño chillo lamentable llego a sus oídos. Con miedo, salio lentamente de la casa, pero alerta a cualquier peligro, a pesar de que ya no estaba transformado, sabia que debía tener cuidado, al llegar al lugar se fijo una pequeña figura tratar de zafarse de una trampa que ahí había estado.

- *es una niña* - pensó cuando la vio bien - espera, si sigues forcejeando te lastimaras - dijo. La niña alzo la mirada hacia él y asustado grito, pero no de terror si no de una advertencia.

- ¡¡NO VENGAS ES UNA TRAMPA!! - grito, pero fue tarde, personas salieron de sus escondites, acorralaron al niño que tenia aspecto humano, lo único que lo delataba era los pequeños colmillos que no desaparecían.

Él niño asustado, no sabia que hacer, pues todos estaban echo un circulo para poder atraparlo. La niña que que había estado forcejeando, se zafo de la soga y se puso a lado del niño. Ella también iba a ser capturada y no quería eso. Ella y él estaban de espalda y espalda como si se cubrieran entre si, por una posible herida en la espalda por el enemigo.

- *¿que hago?* - pensó él azabache con miedo.

- solo no bajes la guardia - susurro la niña - ten - le entrego una especie de perla pequeña con un color rosado claro - eso ocultara tu olor y esencia - él niño estaba sorprendido, pues según su madre, nadie notaria que él era un híbrido.

- ¿como lo...?

- soy sacerdotisa - contesto interrumpiéndolo - puedo sentir tu aura, y esa pequeña joya puede que te salve la vida.

Los bandidos se abalanzaron a ellos, pero la niña fue rápida, cogiendo la muñeca del niño, empezó a correr cuando vio la oportunidad de escapar. Con todas sus fuerzas ella se dirigió a la cabaña del niño, pues no tenia a donde ir, si se iban al bosque serian presas fáciles para los lobos youkai.

- ¡abran la puerta! - grito uno de los hombres.

La niña e inuyasha, habían llegado a la casa, pero la puerta no dudaría para siempre, e inuyasha se empezó a asustar, pues la puerta se empezaba a romper, pero un susurro le hizo abrir sus ojos, un murmullo.

- ¿escuchaste eso? - pregunto el azabache, la niña solo pregunto ¿el que? - eso - respondió cuando volvió a escuchar un murmullo - viene por aquí - jalando la muñeca de la niña.

En una ventana, estaba su madre, llamándolo con las señas de la mano para que se acerque a ella. Inuyasha con lagrimas en los ojos, se fue en dirección a ella, y la abrazo con sus lagrimas silenciosas.

- mamá debemos irnos - susurro, pero la dama solo negó la cabeza.

- no podemos - contesto igual en un susurro, inuyasha alzo la mirada con tristeza e iba a preguntar ¿el porque? - tengo un rastreador inuyasha, no puedo irme contigo... tienes que vivir inuyasha - abrazo el pequeño cuerpecito contra ella, mientras lagrimas silenciosas salían de sus ojos - su voy contigo solo empeoraría las cosas, debes irte - y un sonido se escucho, indicando que su tiempo se acababa - por favor cuídate - un ultimo beso en la frente.

- debemos irnos - interrumpió la niña.

- hum - asintió la cabeza.

- ¿tu como le llamas pequeña? - pregunto la joven madre curiosa, la niña solo bajo la cabeza y contesto en un susurro su nombre, pero la señora logro escucharlo - un gusto pequeña... - el grito de los hombres hicieron que los dos niños corrieran sin rumbo alguno.

Inuyasha volteo la cabeza sin dejar de correr, y un dolor en su pecho se quedo cuando vio como a su madre le mataban.

- ¡¡MADRE!! - grito, pero no podia regresar, no podia dejar que el esfuerzo y el sacrificio de su madre fuera en vano, pero inuyasha no fue el único testigo de su muerte, la niña también lo vio.

En ambos niños se quedaron un amargo corazón. Él perdió a su madre, y ella perdió a su familia. La noche cayo y ya estaban lejos de la cabaña en la que una vez había sido su hogar, los dos se miraron y solo asintieron la cabeza, en forma de que se iban a cuidar uno del otro.

 La noche cayo y ya estaban lejos de la cabaña en la que una vez había sido su hogar, los dos se miraron y solo asintieron la cabeza, en forma de que se iban a cuidar uno del otro

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hola, espero que les guste, esta es mi segunda historia yaoi, la primera la elimine porque no sabia como continuar, pero la publicare algun día, bueno sin más hasta otra.

lo que siento por ti... ¿es amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora