— no da amiga, es Mauro — opinó con su voz de chetita que me hacía dar ganas de encajarle una ñapi en medio de la jeta, pero de tanto bótox y operaciones ni la sentiría.
— déjame de joder Iara, vos hablas porque te lo re querés comer al pibe — me di vuelta con la placha en mano, cálmate Francia.
— ¿qué decís Fran? alto asco me da el gordo ese, no me lo como ni en pedo — negó y agarró el celular.
— como vos digas rubia, pero te re conozco — seguí intentado arreglarme el pelo.
Hoy Mauro me había invitado al VIP con el y sus amigos, y Iara estaba jodiendo con que no vaya y una bocha de giladas más.
— me voy — dije guardando todo en el neceser y viendome en el espejo, estaba re perra.
— te dije que pensaba del tipo ese — hablo enojada.
— basta Iaru, es mi vida, y si quiero ir y cogermelo lo voy a hacer, porque quiero y puedo — frunci los labios, me estaba hartando ya.
— bueno, cualquier cosa yo estoy en la joda de Izaias — salió de la casa.
Busqué mi billetera, la metí en la mini cartera que tenía, metí el celular, un encendedor, y mi cajita de malboro, me puse una camperita, que hacía más bulto que abrigar y salí cerrando con llave.
Espere el Uber que me había mandando el trapero, me subí y me llevo directo al boliche donde estaba. Me bajé, caminé hasta la esquina del patova y lo llamé.
— keloke flaquita — atendió, se escuchaba toda la música de fondo, y se le notaba que estaba feliz.
— estoy afuera — le contesté.
— ya voy linda — corté, me cruce de brazos y me encendí un porro, hoy a la tarde nos habíamos quedado sin mari y era un re bajón.
Cuando estaba terminando el pucho apareció el gordo con su carita sonriendome.
— hola — se acercó y dejo un beso en mi cachete, esta no era la primera vez que no veíamos, nos habíamos conocido en un after, y desde ahí quedamos embobados.
— ¿cómo estás? — me colgué de su brazo.
— re bien ahora — me arrastró y me metió al cheboli.
Pasamos entre toda la gente, y subimos al VIP, donde estaban todos sus amigos supongo, nos sentamos, me ofreció un porro, y habían varios tipos de drogas en la mesita, algunos tenían pibas y por poco no garchaban ahí nomas.
Con Mauro empezamos a tomar, a fumar, quizás me mande algo de todo lo que tenían y estaba en las nubes. En esa que estaba bailando sentada Mauro me agarra de la cintura y encara, yo lo acepte y empezamos a transar ahí nomas, taba re feliz, le tenía altas ganas y bue.
Después de como una hora de besos, caricias, y bailes, me agarró de la mano, me saco del cheboli, nos subimos a un Uber y llegamos a su casa supongo.
En su pieza me sacó la ropa, y yo le saqué la ropa a él, me arrodille y se lo empecé a chupar, hasta que terminó en mis gomas, me levantó, se puso el condón, me paso los dedos un toque, y me penetro, desde ahí literal disfruté y nada más.
Terminamos y me acosté en su pecho, el se inclinó hacia su mesita de luz, y saco un porro, lo prendió, le dio una seca y me lo pasó.
— me encantas diabla — dijo besando mi cabeza mientras yo soltaba el aire.
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osi
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