Gala & Valentín.
19:32, Valentín.« no probaste en la ducha? »
« o mirando porno qcyo »
19:33, Gala.« no nene »
« ya t dike que me da cosa »
19:34, Valentín.
« como te va a dar cosa pajearte jssjaj »
« yo vivoa base de pajas »
19:36, Gala.
« pero vos sos hombre »
« bueno »
« se supone que sos hombre »
19:37, Valentín.« q tiene que ver ? »
« callate trola »
« y tocate para mi »
Valentín se había vuelto mi más íntimo amigo y los niveles de confianza que tenía con él sobrepasaban cualquier tipo de límite porque nunca nos privábamos de nada. No lo digo en el sentido de que haya sucedido algo que rompa con los parámetros de la amistad porque entre nosotros dos nunca pasó nada, ni un beso, ni un roce, nada, y el motivo de esto era que aún no nos conocíamos en persona.
Supongo que por eso no tenemos filtro alguno, porque no nos hacíamos problema si al siguiente día teníamos que vernos la cara luego de pasar toda la noche histeriqueando, o por lo menos así lo veía yo que entre los dos era la mas tímida.
Podía contar con él para absolutamente todo, y con todo, me refiero a todo.
Como el ligero problema que tengo actualmente cada vez que hago el intento de explorar ese lindo universo que habita entre mis piernas utilizando mis propias manos.
Mi vida sexual era nula porque vivía en la ilusión de que algún día iba a llegar el chico indicado. Me negaba a entregarle mi cuerpo a cualquiera y un poco me aterraba la idea de todo lo que conlleva conocer a alguien, generar un vínculo y de ahí pasar a la intimidad. Suena absurdo pero tiene mucho sentido para mi.
Valentín se sorprende cada vez que suerge el tema de mi virginidad durante nuestras charlas en la madrugada. Me cree, sé que lo hace, y a su modo intenta ayudarme para evitar que me salgan telarañas ahí abajo.
Es increíble que nos hayamos conocido en una aplicación de citas y que al final, a raíz de eso, lo nuestro haya resultado una buena amistad. Nunca se dió por encontrarnos ya que vivíamos lejos, pero eso no nos impedía hablar cada día, cada tarde y cada noche del tema que sea. Sabía el minuto a minuto de su vida y viceversa, y en ocasiones como esta empiezo a creer que conoce demasiado.
Suspiré dejando a un lado el celular y abrí el grifo de la ducha para que el agua vaya entrando en temperatura mientras me desvestía.
No podía ser tan complicado. Se trataba de mover los dedos, frotar un poco y guiarme por los consejos que me dió alguna vez Valentín, quien parecía ser un poco mas experto en la materia de anatomía femenina.