La tensión sexual que había entre Valentín y yo se notaba de a leguas y el ambiente se sentía bastante agradable gracias a ello. Los comentarios que hasta ahora solo fueron y vinieron por medio de mensajes de texto comenzaban a formar parte de la realidad y me gustaba ver que el histeriqueo aún estaba allí presente y sobretodo que no se sentía para nada incómodo.Puede que él tenga mucha mas experiencia que yo dentro de ese ámbito, de hecho es fija que la tiene, pero no por eso me quedaba atrás y a Valentín parecía gustarle ese lado atrevido de esta nueva Gala que empezaba a conocer gracias a él y a sus insinuaciones.
Luego de haberlo hecho pasar, nos acomodamos en el sillón principal del living y me encargué de preparar unos tragos que poco después compartimos los dos. No fue necesario ponernos al día respecto a nuestra vida en general porque acostumbramos a contarnos todo en el momento, siguiendo así el minuto a minuto de lo que hace cada uno, por lo cual solo le pregunté acerca del viaje y ya que estábamos me dió una opinión sobre mi barrio, al cual visitaba por primera vez.
Confirmé que haber esperado tantos meses por conocerlo habían valido la pena y realmente dudo que fuese a resultar de este mismo modo si acordábamos vernos en un principio, sin todo lo que llegamos a atravesar en el medio de ello. Gracias a la espera eterna fue que ganamos mas confianza el uno con el otro, así sucesivamente hasta tocar el tema de mi vida sexual, esa que tanto le preocupó porque era nula.
— Contame entonces que hiciste. -murmuró inclinando su cuerpo hacia adelante y de ese modo dejó su vaso de fernet apoyado en la mesa ratona frente al sofá. Adoptó una postura relajada esperando escucharme, sentado sobre una de sus piernas y con su brazo apoyado en el respaldo muy cómodamente.
— ¿Que hice de qué? -pregunté a pesar de que ya sabía a que se refería exactamente, pero cuanto más larga la haga mejor sería para mi y mi pobre inocencia.
— Con la exploración de tu cuerpo, bebita. -guiñó el ojo, o algo así, y se removió acercándose un poco mas a mi cuerpo.
Mi atención se situó en sus movimientos y tuve que tomar una bocanada de aire antes de recordar y luego relatar mi escena en el baño. No me avergonzaba hablar de esas cosas con Valentín porque prácticamente era la base de nuestras conversaciones telefónicas, pero ese era el punto, que lo hablábamos por teléfono, no cara a cara. Me daba intriga como fuese a reaccionar ahora que lo sentía mas íntimo y real a la misma vez.
— Intenté en la ducha y me fue bastante bien, creo. -comenté y por su expresión pude notar que esperaba obtener mas información de mi parte, la cual fui brindándole de un paso a la vez.- estuve pensando mucho en vos, lo admito.
— ¿Ah si? Me hiciste caso entonces.
— Si, supongo que por eso se me hizo mas fácil.
— ¿Mas fácil qué? -pidió relamiendo sus labios y miré de reojo su boca.
— To-tocarme. -tragué saliva.
— ¿Y como lo hiciste?
Valentín extendió su brazo hacia mi lado y me quitó de la mano el vaso que sostenía ya con dificultad debido al tembleque que sufrían mis dedos por el nerviosismo. Lo apoyó junto al suyo y me observó de nuevo, con sus cejas levantadas alentándome a continuar.
— Primero despacio...-cambié la posición de mis piernas hasta quedar arrodillada al lado suyo, con las manos en mi regazo y la mirada bien atenta en él.- siguiendo los consejos que me diste.
— ¿Me mostrás?
Llevó una de sus manos a mi mejilla y con ayuda de sus largos dedos echó mi pelo hacia atrás, pasando algunos mechones por alrededor de mi oreja y dejando el resto sobre mi hombro evitando asi que estorbara.