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─¿Cuántas botellas de vodka guardaste?─Pregunta Jungkook en dirección a Sun mientras guarda algunos de sus libros favoritos en una caja

─Siete─Respode Sun con tranquilidad─Una para cada día de la samana─Agrego completamente orgullosa de las palabdas que salian de su boca

Jungkook escucho la respuesta de su guardaespalda y amiga pero sus ojos estaba fijos en Jimin. No podía apartar su mirada del chico.

Y él lo sabía, sabia que el chico era completamente consciente de que lo estaba mirando, y por esa misma razón tenía esa sonrisa de burla dibujada en el rostro.

Si. Porque mientras todos en ese gran departamento se dedicaban a empacar las cosas importantes de Jungkook, Jimin simplemnte se había quedado recostado en el sofá. Sus brazos cruzados detrás de su cabeza le funcionaban como almohada y sus piernas cruzadas una sobre la otra lograban que el pantalón ajustado resalte aún más las increíbles piernas del chico.

Los ojos de Jungkook no podían apartarse del cuerpo de Jimin, tal vez por el hecho de que el chico estaba holgazaneando épicamente sin que nadie le diga nada porque para ser realistas todos sus compañeros le tenían miedo. O tal vez porque su nuevo guardaespaldas personal tenía un cuerpo de infarto, sus piernas apetecibles, sus caderas bien marcadas, ese increíble trasero, su pequeña cintura y para coronar ese rostro que parece haber sido tallado en el puto olimpo con el pene de un Pegaso.

Y Jungkook estaba orgulloso de su vida sexual, el no tenía ataduras de ningún tipo, si una persona le resultaba hermosa pues simplemente coqueteaba y la mayoría de las veces acpababan en la cama. Desde figuras publicas, a idols y personas con una vida normal, Jungkook había salido con toda clase de personas. Y aún así él sabía que sería un especie de crimen comparar a algunos de esos mortales con el dios griego recostado frente a él.

Park Jimin estaba a otro nivel.

─¿Queres una foto también?─La repentina pregunta de Jimin causa que todo el bullicio que se escuchaba ante tan solo instantes se detenga por completo.

Todos en la sala habían detenido sus acciones para mirarlo.

Hoseok y Namjoon que fingían estar ayudando pero la realidad era que solo estaban demasiado ocupados jugando a trazar lineas imaginarias en la palma de las manos del contrario.

Seokjin por otro lado guardaba platos y vasos mientras de reojo observaba como Sun guardaba botellas una tras otra, pero cuando a la chica se le ocurría levantar la mirada el boludito le gruñía como si fuese un perro. Aaaah Sun sabía que tarde o temprano se iba a terminar agarrando a las piñas con el pibe. A ella nadie le gruñia.

Luego estaba Eun, ella no podía creer que la habían puesto a sellar las cajas mientras San y Woo se encargaban de ir dejándolas fuera del departamento. La mujer ya estaba comenzando a arrepentirse de haber venido.

Finalmente Yoongi y Taehyung se encontraban apartados de todos en la habitación de Jungkook. Un silenció los recorría a ambos por completo, porque por una parte Yoongi ya había dicho todo lo que tenía por decirle al chico frente a él. Pero por otra parte Taehyung no era capaz de decirle una sola a Yoon. Sin embargo no era un silenció incomodo, ambos guardaban cosas en la valija sin siquiera mirar al contrario.

Pero ahora, justo ahora todos habían detenido sus movimientos y miraban a Jimin, incluso Yoongi y Tae habían asomado sus cabezas por la puerta de la habitación para ver que pasaba, y la imagen era demasiado tierna tan tierna que Sun casi grita. Porque mientras Yoongi estaba levemente asomado por la puerta, Taehyung tenía medio cuerpo fuera de esta mientras una de sus manos descansaba en la cabeza del pálido. Y la diferencia de altura solo hacía que el ataque de ternura sea mil veces más potente.

Own You [Kookmin Au] 📘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora