Secuestrada: 03 Editado🌻

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"Declaran desaparecida a Tn Tap, hija de empresario Peter Tap, desde ayer por la noche después de no encontrarla en su residencia en Los Angeles. La policía aún está buscando testigos, pero la únicas personas que habían viajado con ella también están desaparecidas..."

El somnifero había hecho efecto en ella desde que habían partido de Los Angeles. No específicamente en un avión de primera clase, si no más bien en una agencia de la que ella jamás había escuchado hablar. Con amenazas, algunos gritos y llantos, Jean había logrado que Tn no hablara en todo el viaje

Que carácter tenía esa mujer. Discutía tanto con él como podía. Cada vez que tenía la oportunidad, ¿acaso no sentía ni un poco de miedo con él?, era diferente... muy diferente a cualquier otra.

Jean la tomó del brazo, después de ocho horas de viaje, era la primera vez que la tocaba. La sostuvo fuertemente, Tn sólo cedió. Él metió las llaves del departamento en la cerradura y procedió a abrirlo. Hizo entrar a Tn

—¿te gusta?. Le pregunto a ella, refiriéndose al departamento.

—no. Le respondió ella. Seca. Y con un hilo de voz. De inmediato se adentró más al pequeño cuarto que Jean había conseguido para los dos.

—¿pensabas que iba a comprarme una suite solo para tenerte a ti?. La vio entrar. Delicadamente posó sus ojos en las caderas de ella, sin que Tn lo notará del todo. Relmio los labios ahora al observar su delicioso culo, y si... tal vez pensar un poco... todo lo que haría con el. Cerro la puerta del departamento, solo él sabía como asegurarle por si Tn quisiera escapar. Dos candados. Tres y después se hicieron cuatro. Una barra de seguridad. Y otra amenaza. —creo que no tengo que volver a repetir lo que te pasaras si intentas escapar ¿no?.

Tn ni siquiera le respondió. Su cuerpo empezaba a debilitarse. Ahora más que nunca deseaba dormir. El jodido somnifero de Jean, que el había utilizado en su pañuelo, le había hecho efecto... o tal vez solo deseaba llorar un poco en algún lugar lejano, sin que el pudiera verla.

—necesito dormir. Le confesó ella. Jean la miró de reojo. No se que realmente le importara lo que ella necesitaba, su misión era solo tenerla y exprimir todo el dinero que pudiera conseguir de ella, pero de alguna u otra manera... quiso atenderla.

—no hay lugar. Le dijo él. Por primera vez se atrevía a mirarla a los ojos. Tn también lo hizo. —esto no es un hotel nena.

—no necesito una cama, solo necesito dormir. Le dijo ella, ahora con la voz debilitada. ¿Que mierda le pasaba? De pronto se sentía peor que nunca. Descompuesta. Lo último que le falta en ese momento era enfermarse.

Jean escucho sus últimas palabras. Se adentro a la única habitación que había en ese pequeño departamento y entrecerró la puerta para que Tn no pudiera observar lo que hacía haya adentro. Sacó un par de sábanas y una manta gruesa para luego tenderlas en el piso.

—duerme aquí. Le dijo el. Frío. Como siempre. Tn lo escuchó y fue hasta la habitación en donde Jean estaba.

—gracias.... Susurró ella, sorprendida. No se esperaba ese gesto de él. Levantó la mirada sus ojos. Aunque pareciera una tontería.

Él asintió.

—Tn.... Murmuró él. Y a ella le dio un pequeño escalofrío al escuchar su nombre entre sus labios. Tanto que llegó a erizarle la piel. —no causes problemas ¿sí? No quiero tenerlos contigo. Le dijo, antes de cerrar la puerta de la habitación. Con todo esto no había llegado a preguntarle su nombre, ¿cómo es que se llamaba? Aún no lo sabía. Pero después de todo no había resultado tan mal... observó lo que había hecho por ella para que pudiera dormir y le dieron ganas de llamarlo... preguntarle su nombre... se rio de ella misma al escuchar sus propias fantasías.

¿Qué dirían sus amigas de algo como eso?,volvió a reírse. Ahora se concentró en su ropa. No se la cambiaba dese ayer. Como odiaba aquello. Volteó a mirar la puerta de la habitación, completamente cerrada... no perdería nada si se cambiará ahí mismo. Así que se quito la ropa que traía desde ayer y se adentro en el pequeñísimo baño que había dentro de la habitación, colocándola sobre el lavandero. Su bonito encaje quedó al descubierto, junto a esas bonitas braguitas de ceda que le remarcaban muy bien las deseables caderas y nalgas. Se quito los tacos, deseosos de descansar por fin... salió del baño, después de haber lavado como pudo su ropa y dejándola secar y al caso de eso... se acostó sobre las sábanas que habían en el piso..

Pero que buena estaba... muy buena, buenísima. Con todo en su lugar. Y si empezaba por las piernas, pasaría en un lugar prohibido que su lengua moría por probar. ¿Qué pasaría si se la comía ahora? Jean intentó aguantarse las ganas. Miraba todo desde la puerta. ¿Es que acaso era un jodido plan para empalmarlo como nunca en su vida? Relamiendose los labios, ahora mirándole los senos, redondos y jugosos... deseó tanto lamerlos ahora mismo, hasta hacerla gritar tan fuerte como podía, era su única petición. Hacérselo. Tanto. Duró. Durisimo. Meter su miembro entré esas piernas deliciosas. Hacerla gozar hasta escucharle pedir más y más. "cierra la puta puerta..." se dijo a sí mismo. Dándose cuenta de la enorme erección que ahora adornaba sus pantalones con sólo mirarla tendida sobre esas sábanas, con una bonita lencería... "y como amaría sacársela con los dientes ahora..." dijo entre sus pensamientos. Oh mierda... que Diosa. "entra y follala..." le dijo su subconsciente muy dentro de él. Jean cerró y abrió los ojos rápidamente, necesitaba irse de ese lugar antes de que pudiera terminar irreconocible con ella. Follandola con todas las fuerzas de sus caderas. Cerró las puerta sigilosamente. Vaya, estaba empalmado y con la vista más nublada que nuca, necesitaba follar, follar duro con alguien, ahora mismo. Y no aguantaría las ganas.

Espero que les guste, no olviden votar y dejar tu comentario💛💛

Secuestrada (JeanCarlo León y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora