Nudos

13 2 0
                                    

Creo que como toda relación siempre hay aspectos positivos y negativos de esta. Siempre he sido una persona reservada y no muy expresiva. Prefiero amar desde el silencio, así que no soy muy buena con expresarlo físicamente, no soy tan afectiva.. y eso era algo que afectaba mucho mi relación. Ya que Lucas es lo opuesto. El ama intensamente físicamente, le gusta abrazarme, besarme, tomarme de la mano, le gusta gritarle al mundo cuanto me ama. Es tan detallista hasta en lo más pequeño. Y yo pues, no lo soy.. 

Todo lo de nosotros empezó a decaer pero yo no me daba cuenta, no vi que mi falta de demostrar afecto lo afectaba y que llegó al punto de creer que yo no lo amaba. Pero que tontería, yo lo amaba con todo mi corazón. Tanto amor que ni siquiera sabía como sobrellevarlo. 

Un día, ni siquiera recuerdo la fecha, ha sido uno de los más dolorosos. Estabamos hablando y me dijo:

Lucas: Voy a estudiar con mi tío, al volver te hablo, te amo.

Emma: Está bien, también te amo.

-2 horas después-

Lucas: Tenemos que hablar de algo.

Emma: ¿Ya terminaste? Sí, dime.

-Les juro que en este momento jamás se me pasó por la cabeza que algo estaba mal, pensé que ocuparía ayuda en su tarea o algo pero jamás lo que me esperaba realmente..-

Lucas: Creo que ya no estamos funcionando y creo que lo mejor sería que termináramos. 

Emma: ¿Qué? ¿Por qué? ¿Qué pasa?

-Sentí como mi corazón literal se paró y estaba en shock, no podía creerlo y pensaba pero si estamos bien?? ¿QUÉ SUCEDIÓ?-

Me expresó que no se sentía amado por mí o que en muchas ocasiones no le daba la importancia que él sentía que merecía. 

Yo jamás noté esto, jamás me lo había comentado. Siempre pensé que estábamos bien, pensé que entendía mi manera de amar. Esa noche fue la peor, no pude dormir, no podía parar de llorar, sentía un vacío enorme. Y pensaba, como haría porque eramos compañeros y tener que verlo todos los días, como podría volver a ver su cara preciosa y saber que no iba a ser yo la que le daría besos, ni hablaría con él cuando era tan terco o cuando estaba triste. Nadie más conocía esa versión de Lucas que yo conocía, nadie más lo amaba como yo lo hacía, aunque él pensara lo contrario.

Y he ahí, el primer desamor a mis 17 años, tan joven y tan rota. 




Caminos cruzadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora