𝟤𝟪 - 𝐄𝐧 𝐌𝐢𝐥 𝐏𝐞𝐝𝐚𝐳𝐨𝐬

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Narra John

Estábamos preocupados, Sasha no aparecía por ningun lado y eso no era buena señal. Cada vez que la llamábamos no había respuesta alguna de la rubia de ojos claros.

Tras horas tratando de rastrear su teléfono y todos nuestros conocidos buscándola, decidí salir a buscarla yo mismo. Conociéndola estaria borracha y envuelta en su propio mar de lágrimas. Ella no estaba bien y es un hecho que no he podido obviar.

Salí al garaje, saqué el primer vehiculo que vi sin inportarme el dueño... Justamente era el nuevo deportivo del Chino, cuando vuelva me mataría pero ella era mas importante que unos pocos insultos del Chino de los cojones.

(...)

La vi ahi, tumbada en un banco de la calle, enroscada en si misma mientras que la nieve caía sobre ella.

Me acerqué corriendo hacia ella cogiéndola en brazos para transportarla hasta el vehículo en le que vine.

Justo antes de llegar al coche, sonaron disparos al aire a la vez que varios vehículos enormes y negros aparecian, un par de hombres enmascarados bajaron de las furgonetas dejándome ver sus identidades, Chino y Armando. Su salvación llego a tiempo.

Subí primero a Sasha a la camioneta con ayuda de Yun, seguidamente subí yo.

—Glingo, ¡cago'n puta mi coche!

Armando conducía a toda velocidad camino al hospital.

Estaba nervioso, apoyé la cabeza de la rubia sobre mis rodillas mientras acariciaba su pelo y miraba su perfecto y detalladamente rostro pude divisar como una mancha de sangre aparecia en mi pantalon militar, no dude ni un segundo en levantar ligera y delicadamente su cabeza para revisar que tipo de herida presentaba.

Tenia una brecha de un tamaño considerable, no sé cómo no me había dado cuenta. Estaba en shock.

-Armando, ¡acelera cojones! -levanté la voz perdiendo los estribos-

En mi mente solo pasaba la misma idea, "la perdemos".

Estaba preocupado, ella se había convertido en nuestro mundo en poco, era de los nuestros. Yo mismo daría la vida por ella, como ella lo haría por mi. No le podia pasar nada.

[...] Horas despues, en el hospital.

Narra Sasha

Desperté pesada y molesta en una cama y en una habitación que desconocía.

Abri mis ojos poco a poco chocando directamente con una lampara, giré mi vista encontrándome con la verde mirada de mi pareja, fijándome en su rostro pude ver un rastro de lágrimas en su tatuaje facial, al momento deduje que habia estado llorando.

Intenté levantar mi cuerpo para incorporarme y poder hablar con el rubio de rastas, sin éxito, me sentia demasiado débil. Al momento John se dio cuenta de lo que intentaba hacer.

-Sasha, no te levantes, el médico no te lo permite.

Traté de hablar poco a poco, al principio no lo conseguia hasta que poco a poco aparecía un fino hilo de voz.

-¿Qué me ha pasado? -pregunté confusa-

-Te encontramos desmayada en un banco de la calle, te nevaba encima y tenías un golpe en la cabeza, Hipotermia y traumatismo no sé que... Bueno un ostión en la parte de atrás de la cabeza -hablaba mientras se acercaba a la camilla de hospital en la que estaba-

-Joder... -protesté sobre mi misma- soy un puto desastre -susurré esta vez-

-Tranquila... -acariciaba mi cabeza tratando de tranquilizarme- Por poco te perdemos pero estas aquí con nosotros, todo saldrá bien.

No terminé de escucharle ya que dentro de mi cabeza solo me comía la culpa de movilizar a la mafia entera y conocidos para buscarme por nada.

ʟᴀᴅʏ ʙʟᴀᴄᴋ - 𝗦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora