𝟥𝟢 - 𝐀𝐧𝐭𝐞𝐬 𝐃𝐞 𝐋𝐚 𝐓𝐨𝐫𝐦𝐞𝐧𝐭𝐚

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Narra Sasha

Mis planes se cambiaron en el ultimo momento, tendríamos una reunión con Jack Conway a modo de proposición de guerra. Hemos cambiado la fecha, antes de la reunión tenemos planeado divertirnos antes.

La diversión sería hoy mismo, pues habia recibido una invitación a la gran boda de Paqui, una de mis mejores amigas en la ciudad. Aunque fuera una mujer mayor siempre fue una de las que me apoyaban en muchas cosas.

Mi teléfono comenzó a sonar a tempranas horas de la mañana.

—Hmmmg -me revolvia en la cama-

Estaba dormida muy tranquilamente y no tenia ganas ni de mirar la pantalla para saber quien me llamaba.

Me disponía a levantar mi cabeza, cuando levanté mi mano para agarrar mi teléfono a la vez que seguia sonando, la mano de John me interrumpio descolgando la llamada.

—¿Sí? -sonó la grave y ronca voz de mi pareja, tenia un cierto tono de enfado ya que al parecer estaba dormido como yo- Paqui, no te preocupes, llevaremos amigos y tu regalo.

Yo no logré a escuchar la conversacion ya que comencé a reirme como si no hubiera un mañana sobre la situación. John odiaba a Paqui, no odio como tal, si no que a él no le gustaba que ella y yo fuéramos amigas, ya que como media ciudad decía "Es una guarra". Era un encanto pero solo conmigo al parecer.

—Puta vieja -dijo mi pareja una vez estaba colgado el telefono-

—Cielo, sabes que es un amor -dije aguantando la risa-

—¿Enserio tenemos que ir a la boda?

—Pues claro... Y también nos llevaremos a los niños a que se lo pasen bien. -hablé haciendo referencia a nuestros compañeros-

El rubio se limitó a gruñir y levantarse de la cama, seguramente comenzaría a prepararse.

Yo me limité a hacer lo mismo, solo que yo me encerré en el baño para ducharme y arreglarme como es debido.

[...]Horas despues, en la iglesia

—Hija mia... Vosotros dos, ¿cuándo os casáis? -habló el cura llegando por mis espaldas y posando su mano sobre mi hombro-

Al instante le retire la mano, no me fiaba en absoluto del padre, pero no quería montar ningún espectaculo, almenos no en la boda de mi amiga.

—Vivís en pecado hija, hasta el matrimonio no se debe realizar el acto manital -seguía soltando la chapa-

—Padre, vayase a terminar sus cosas o a hablar con los novios -habló Armando dandole largas a Jose Cristo-

Estábamos en el parking de fuera de la iglesia, hablando de nuestras cosas muy tranquilamente

—Visitamo' a Ivano'? -habló Chino-

—¿Ivanov? -pregunté yo alzando una ceja de manera interrogativa-

—Un policia que nos calgamo' hace un tiempo -contestó el asiatico-

—No me jodas... Alexander Ivanov -musité yo-

A mis amigos no les dio tiempo a hablar ya que yo ya habia comenzado a caminar hacia el área del cementerio en busca de la tumba de mi antiguo conocido. Éramos del mismo sitio. Lo que pasa es que él tiró por otro camino, el camino que por lo visto le llevó a la muerte.

Yo sabía que el se mudó a esta ciudad hace un tiempo y tambien sabía que era policía, incluso sabía que era comisario pero pensaba que se mudó, no que estaría muerto.

Logré escuchar la voz del de rastas rubias, sabía que me estaba llamando pero no le presté atencion ya que estaba demasiado atenta a los pensamientos que corrían por mi cabeza.

Unos pasos más adelante su mano agarró mi brazo haciéndome parar

—Sasha, para.

—Era mi mejor amigo.

El se quedó en silencio observando mis ojos, el color era el mismo al suyo, solo que el los tenia mil veces más bonitos.

—Esperame, voy a atarme los cordones, te llevaré a donde descansa. -dijo mientras se agachaba-

No le presté atencion a lo que hacia ya que me encontraba  cruzada de brazos y mirando al horizonte, no tenia ganas de mucho ahora mismo.

—Sasha Smirnov -giré mi cabeza para mirarlo encontrándome con el arrodillado y con una caja roja de terciopelo que dejaba ver un anillo con un diamante enorme- ¿Quieres casarte conmigo?

Me quedé en silencio durante un par de segundos, intentaba procesar esa cantidad de información.

—Si, si quiero casarme contigo -dije emocionada mientras lo levantaba y lo abrazaba con cuidado al chico de rastas rubias-

Una lagrima calló por mi rostro, había pasado muchas desgracias y otras cuantas al lado de mi nueva y mejor familia. Ellos lo son todo para mi.

—Juntos, hasta que la muerte nos separe -susurro en mi oido mientras me abrazaba-

—Hasta que la muerte nos separe -reafirmé acercandome a su rostro para besarlo-

—Ahora que me he quitado este peso de encima te llevaré a su tumba. Mereces darle el adiós. Aunque sea tarde.

ʟᴀᴅʏ ʙʟᴀᴄᴋ - 𝗦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora