CAPITULO V: El Lagarto

107 10 0
                                    

—Toffee llegó el momento. Llegó el momento para que tomes una decisión. — Desdé el día que el Warden había sido destruido he tenido el mismo sueño, un sueño donde el me habla y me pide tomar una decisión.

—Ya tomé mi decisión…. — aún que no lo podía ver la oscuridad que me rodeaba sabía que estaba enfrente de mí.

—Moon. Jamás estará contigo, ¿Por qué quedarte aquí? Si la esperanza ya se fue. — persuadió pero no iba a permitir que el veneno entrará a mis oídos.

—Aun está Warden. — musite.

—Si River sobrevive a sus heridas aún tendrán que separarse. — podía escuchar como su voz rondaba sobre mi. — Si River muere, Moon se convierte en reina y todas tus esperanzas se cumplen… tendrás que probar la amargura de la mortalidad. Ya sea por la espada o la lenta acción del tiempo Moon morirá….

Una fuerte corriente de aire me envolvió, no podía mantener los ojos abiertos. Era demasiado fuerte como para ver, cuando abrí los ojos no podía creer lo que estaba viendo. Era la habitación de Moon pero… había algo diferente en ella. Cuando fijé mi atención en su cama quedé en shock; la sangre se me heló. Moon estaba muerta. Una vieja y delicada Moon yacía acostada y varios presentes la rodeaban, todos vestidos de negro, oía como se despedían de ella.

—No abra consuelo para ti Toffee. — la voz del Warden cubrío toda la habitación. — Ningún consuelo que pueda aliviar el dolor de su muerte.

Caí de rodillas a lado de su cama. No podía creerlo. ¿Era real?, Solté un pequeño gemido después de verla, tan vieja.

—Entonces se transformará. En una imagen del esplendor de las reinas. De la mujeres en la gloria, enaltecidas desde el origen de Mewni. Pero tú. Amigo mío, seguirás vivo en la oscuridad y la duda. Cómo una noche invernal que llega inadvertidamente. Aquí vivirás. Atado a tu dolor; bajo los marchitos árboles. Hasta que todo Mewni cambie y los largos años de tu maldición se hallan consumido.

Volví a levantarme en cuanto todo volvió a ser oscuro. No pude evitar llorar. — Toffee… aquí no hay nada para ti. Solo dolor. — volteé a ver de reojo.

—No… — musite — No puede terminar así. Se lo que estás planeando, solo quieres que vea lo que más te conviene. No te lo permitiré, conozco a Moon; se que juntos hallaremos como revertir tu maldición.
En ese momento desperté, me di cuenta que estaba en mi habitación todo estaba oscuro, quise levantarme pero fue un esfuerzo inútil. El cuerpo me pesaba, el dolor era insoportable. “No me daré por vencido” pensé al levantarme con dificultad apoyándome con mi buró, me di cuenta que aún tenía puesta mi ropa de aquella batalla.

Salí de mi habitación descalzo hacia la habitación de Moon; pude notar que estaba oscuro, la noche ya había caído y el castillo no contaba con suficientes faroles. Me apoye sobre la pared ya que mis piernas me fallaban y me era casi imposible caminar sin ayuda, al llegar a la habitación de mi amada vi una sombra salir. No necesitaba ser un genio para saber que esa no era Moon. Moviéndome lo más minucioso posible que pude me abalance sobre aquella mujer tirándola al suelo tapándole la boca a la vez que la tomaba del brazo.

—¿Dónde está Moon? ¿Qué hiciste con ella? Y será mejor que respondas rápido si no quieres que te mate en este instante — aquella mujer gemía en respuesta a mis preguntas. No sé si era dolor o miedo.

—¡Por favor no me hagas daño! — aquella petición venía acompañada de miedo y llanto, pero reconocí esa voz.

—¿Miss Farrah?... — en ese momento la libere de mi agarre ayudándola a levantarse. — Miss Farrah… le ruego que me disculpé. Yo… ¡ah! No sé que pasó. — aparte la vista apenado. Aquella mujer aún con el terror en su semblante se acercó a valorarme, tomando una postura empezó.

—Señor Septarsis… — se limpio las lágrimas — Sufrió un severo trauma en la cabeza, cuando la guardia de la reina lo trajo creímos que no sobreviviría, tenía trozos de metal incrustados en su cabeza y nuca. Todo estaba en su contra, hicimos todo lo que pudimos pero de alguna manera usted ¡sobrevivió! No sabemos cómo. Pero llegamos a pensar que no era natural.

—Miss Farrah. — interrumpí — ¿Dónde está Moon? ¿Esta a salvo? ¿Esta bien? — tenía varias preguntas; necesitaba saber si Moon estaba bien. Al oír mi angustia, la enfermera resumió mis preguntas a una respuesta. — La princesa tuvo heridas considerables pero no mortales. Esta en este momento con el príncipe Johansen; creemos que no sobreviviría está noche, así que… le aconsejé que mejor era despedirse del príncipe.

La mujer me explico donde estaba la habitación del príncipe River. No me tomo mucho tiempo llegar; cuando apenas abrí la puerta di un mudo suspiró. No podía creer lo que estaba viendo; Moon estaba besando a River con una pasión, como sus brazos la rodeaban. Me recargue sobre el marco de la puerta. Sentí un fuerte dolor en el pecho, un nudo en la garganta. el Warden tenía razón... Volví a mi habitación derrotado, sabía en el fondo que nuestra relación era imposible, Glossaryck me advirtió y yo fui un completo estúpido — ¡Warden! ¡Sal!. — aunque la habitación estaba completamente a oscuras podía sentir su presencia en frente de mi. — Es una pena Toffee. Trate de evitar este lamentable momento, pero no todo es tristeza. Puedo cambiar tu futuro, solo tienes que renunciar a tu vida y olvidar…

— Tenías razón. Soy un idiota por creer un sueño que nunca alcanzaría…. ¡Que nuestras razas vivirían en paz! …!Que estupidez!. Acepto olvidar… renunció a la vida que tenía…. Me entrego a ti por completo… — una fuerte corriente de aire paso sobre mi, tenía que salir lo antes posible del castillo, no podía seguir en este maldito lugar.

(…)

—Princesa Moon ya es demasiado tarde, el príncipe Johansen debe reposar. — dijo la enfermera después de entrar a la habitación. Mire con tristeza una vez más a River acariciando su mejilla por última vez… — Ha despertado. …El teniente Septarsis ha despertado y la está buscando. — al oírla me sorprendí, me levanté rápidamente corriendo a su habitación. No sé porque actúe de esa manera pero supe que algo no estaba bien. Sentía una corazonada, sentía que perdía a Toffee.

Con una desesperación siguió corriendo aún con su cuerpo lastimado y su brazo imponiendo dolor, no le importo. Tenía llegar lo antes posible a la habitación de su amado, fue entonces que una corriente de aire la envolvió y poco a poco fue disminuyendo su paso hasta quedar inmóvil mirando al vacío.
—Memorias… emociones… todo ahora es mío. — aquel susurro la envolvió.

—¡Princesa! ¡Por el cotón! No debe estar aquí. Necesita reposar. — aquella dama de compañía se acercó junto con otros sirvientes. — La escoltaremos devuelta a su habitación. Princesa ¿Qué estaba haciendo a estás horas de la noche sola usted?. — sin darle la vista y mirando su camino Moon no entendía que estaba haciendo, ¿Por qué se sentía agitada? ¿Por qué su cabeza daba vueltas? Y sobre todo una palabra que cada vez se oía como un eco lejano.

—…Toffee. — musitó extrañada.

—¿Toffee? ¿Qué es un Toffee? Su alteza. — la dama hizo un ademán extrañada, era la “primera” vez que oía aquella palabra. Devuelta en su habitación Moon poco a poco parecía volver a un estado normal. Despidió a sus sirvientes con gentileza en su habla, tomo un baño caliente con ayuda de sus damas de compañía. Aunque no dejaba de preguntar cómo se había fracturado, por su puesto ninguna de sus damas tenía una respuesta clara.
Antes de apagar la luz de su buró Glossaryck se acercó levitando lentamente.

Recuerdos parte dos: Memorias de un diario Donde viven las historias. Descúbrelo ahora