Capítulo 12

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¿Tan poco fui para qué me dejarás ir? ¿Tan poco te importó dejarme jodida?

MARÍA JOSÉ

Desperté sintiendo unos punzones en mis cienes, di un bostezo estirando mi cuerpo en la cama, sentí un brazo posesivo en mi cintura, sonreí a recordar a mi castaña y la noche que tuvimos, me gire en la cama para quedar frente a ella, dormía plácidamente y era cómo un ángel.

Quite su brazo de mi cintura desnuda con cuidado de no despertarla, salí de la cama y busqué mi ropa interior, me puse la camiseta de Calle que llegaba debajo de mi trasero, decidí salir y ver que pasó con mis amigos anoche.

Abrí la puerta y salí de la habitación con cuidado, estaba cerrando la puerta cuándo mire a Juliana con tacones en mano, evite reír en ese momento, cerró la puerta y estaba a punto de irse cuándo...

— Juliana.— Dije en un fuerte susurro para que me escuchará.

— Jueputa.— Llevo una mano a su pecho dando un gran salto en su lugar, tape mi boca con mi mano para no reír, ella rodó los ojos, después me inspeccionó y sonrió pícara.

—¡¿Te cogiste a la castaña de anoche?!— Susurro con emoción, pedí que se callara con mi dedo índice.

—¿Y está es tú ídola? Porqué la mía sí.— Agregó dando un chasquido con sus dedos, negué con mi cabeza sonriendo.

Iba a abrir mi boca cuándo escuche la puerta abriéndose detrás de mí, me di la vuelta y vi a una Calle con el cabello alborotado, venía a medio vestir ya que le faltaba su camiseta.

—¿Por qué te vas de la cama?— Preguntó con una pequeña sonrisa, mire a mi amiga y estaba poniendo mucha atención al cuerpo de mi castaña.

— Quieta.— Dije a mi mejor amiga, ella alzó las manos inocente, mientras reía, rodé los ojos y me puse cómo escudo tapando el cuerpo de Calle, sentí una risita ronca en mi oído.

—¡Mierda! ¡Es tardísimo y tengo trabajo!— Exclame recordando mis responsabilidades, dejando mi despertar lindo y los brazos de mi castaña, corrí hacia la habitación de nuevo viéndo que era tarde ya.

Me metí a la habitación cómo flash y empecé a buscar mi vestido, me quite la camiseta de Calle para ponerme mi sostén, deslice el vestido por mi cuerpo y hice un moño desarreglado en mi cabello, buscaba mis zapatos cuándo...

— Espera, ¿qué día es hoy?— Pregunté de repente, voltee y mire a una Calle sonriendo, pero su mirada, joder la mujer me estaba quitando la ropa de nuevo con la mirada.

— Que yo recuerde hoy es tú día libre, por eso saliste de fiesta,— Se acercó a mi tomando mi cintura.

— Pero cómo eres una buena persona siempre ibas a ir al hospital, pero eso no pasará ya que tú y yo vamos a salir.— Agregó dejando un beso en mi frente para ir por su camiseta, alce una ceja.

—¿Adónde iremos?— Pregunté curiosa y emocionada, ella sonrió poniendo su camiseta, me acerqué a ella para abotonar los botones.

— No lo sé, soy espontánea. Sólo sé que quiero pasar todo el día contigo, ¿es posible qué aceptes?— Contestó pegando su frente con la mía, sonreí negando, era obvio que iría.

— Hasta la pregunta ofende.— Respondí abotonando el último botón, ella dejó un corto beso en mis labios.

— Bien, vamos ahora.— Mencionó tomando mi mano, pero no la seguí, ella fruncio el ceño.

—¿Qué pasa?

— No iré así a ningún lado, Calle.— Respondí, vi cómo sonrió, a ella le gustaba que le llamará Calle, y estos días era evidente que no lo había hecho.

Inmarcesible || TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora