Capítulo 18

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Hubiera hecho de todo por volver atrás y cambiar todo, pero el tiempo no regresa y los sentimientos menos.

NARRADOR

Una castaña salía de la cama después de su noche con la morena, busco su ropa interior, su sostén y terminó poniéndose su pantalón a medida, busco el teléfono que había conseguido hace poco y llamó a Juan Carlos.

—¿Aló?— Respondió Juan Carlos a la línea

— Soy Daniela, llamaba para decirte que probablemente en 2 días tengas todo a tú nombre otra vez.— La castaña hablaba con Juan Carlos quién se encontraba un poco desconcertado.

—¿De qué hablas?— Preguntó el mayor aún confundido, se quedó en silencio unos segundos.—¿Cómo lograste eso?— Indagó con cierta preocupación.

— El cómo lo conseguí no importa, lo importante es que tus hijas no quedarán desamparadas.— Habló la castaña mientras observaba dormir a una María José, sólo una sábana cubría su desnudez completa.

—¿Estás con María José, cierto?— Juan Carlos no era tonto y sabia que la castaña estaba con su hija.

— No empieces...

—¿Cómo pides eso? ¿Te das cuenta de qué mi hija está loca por ti? Faltan 4 malditos días para que te vayas de aquí y tú sólo le das alas, Daniela.— Juan Carlos a este punto estaba alterado y no gritaba por la poca paciencia que tenía.

— Lo sé, lo sé. ¿Crees qué sólo la utilizó? Es la primera y última persona a quién pienso, es a la única que le quiero dar el cielo y el infierno,— Daniela había perdido toda pena y revelaba sus sentimientos.

— La amo y no sé qué hacer porqué sé mi maldita tarea, pero... Ella no podría amar a un monstruo.— Juan Carlos se quedó en silencio sin palabras, un suspiro se escuchó en la línea.

— Esto no estaba en mis planes, sólo cumpliría mi tarea y me iría cómo siempre, pero tú no puedes evitar sentir, tú hija llegó a mi cómo un...

— Rayo.— Completó la frase el mayor con un suspiro pesado, sabía de que hablaba la castaña, él había perdido toda racionalidad cuándo su esposa llegó a su vida, pero esto era un lío.

— Debo colgar,— Juan Carlos salía de sus pensamientos al oír la voz de Daniela.— Estaremos en contacto, ya que me echaste de tú casa.— Bromeó un poco la castaña, Juan Carlos hizo una mueca.

— Pensé que así detendría a Poché, pero está contigo, puedes volver sí quieres.— Ofreció el señor Garzón ya rendido de lo que pasaba entre su hija y Daniela.

— No, aquí estaré. Adiós, Juanca.

Juan Carlos sólo escuchó un silencio al otro lado de la línea, dejó el teléfono y tomó el mismo vaso de whisky, dio un trago a este pasando una mano por su nuca.

— Salud por el amor, ya que no hay cuerpo ni espacio para evitarlo.— Mencionó con una sonrisa irónica y bebió el contenido del vaso de un sólo golpe.

Al otro lado de la ciudad se encontraba una Daniela sentada en un sillón admirando a la mujer que ama. Estaba únicamente en su pantalón de medida y sostén, llevaba minutos contemplando dormir a María José.

"¿Qué se sentirá dormir?" Pensó viendo cómo la morena rodaba por la inmensa cama.

Para Daniela aquello era algo totalmente desconocido, la primera vez que estuvo con la morena fingió dormir, pero sintió y observó lo que la morena hizo esa mañana.

Inmarcesible || TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora