La sirena y la pianista (BanG Dream) (TaeRisa- Tae×Arisa)

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Normal Pov

Arisa Ichigaya es una famosa pianista que ha conquistado cualquier competencia o escenario que se le presente, aunque en esta ocasión ella tenía un bloqueo creativo para su próxima competencia. ¿La razón? Su fuente de inspiración (su novia) la había abandonado por diferencias con ella…

Ahora Arisa se encontraba en un pequeño pueblo pesquero en donde planeaba despejar su mente, aunque la mala suerte la hizo cambiar de destino.
En una caminata por el muelle de la playa resbaló y cayó de cabeza al agua del mar, quedando inconsciente en el proceso aunque no lo suficiente como para notar como una chica le había salvado la vida.

Aquella figura femenina tenía ojos verdes y cabello largo color chocolate, aunque lo extraño para Arisa era su torso para abajo, pues en lugar de mirar piernas pudo observar una aleta solo para después caer completamente inconsciente.

Tiempo después…

Arisa despertó de golpe y se dedicó a mirar a su alrededor. Lo que ella observó la dejo sorprendida, una chica frente a ella estaba cuidándola y mirándola fijamente.

—Parece que ya estás bien—. Respondió aquella chica.

Arisa se alejó un poco al ver que aquella chica era una criatura que ella creía mítica e inexistente, una sirena.

—Tranquila, no muerdo—. Bromeó la sirena de ojos verdes.

—¿L-lo juras?— pregunto Arisa con algo de temor.

—Te acabo de salvar la vida, no ganaría nada con morderte para estas alturas…

Arisa se acercó a aquella chica y está a su vez también se acercó, aquella sirena comenzó a curar los rasguños que Arisa se había hecho al caer del muelle.
Fue así como nació la amistad entre la sirena Tae Hanazono y la pianista humana Arisa Ichigaya…

Arisa siempre que perdía la inspiración o la buscaba acudía a visitar a Tae quien con sus suaves y bellas palabras llenaba de inspiración a Arisa.

Aunque para la rubia un sentimiento estaba creciendo, uno que no había experimentado en algún tiempo después de romper con su novia, amor.

—Otae—. Llamo Arisa a Tae.

—¿Hmm?

—¿Qué te trajo a la superficie a ayudar a una chica como yo?

Tae lo pensó mucho para dar una respuesta corta.

—El destino ¿tal vez? Vine aquí en busca de alguien en específico.

—¿Alguien en específico?

—En mi pueblo se hizo una profecía donde las dos princesas del reino tenían como destino encontrar a una sirena en la superficie—. Explicó Tae.

—¿Una sirena en la superficie?

—Si, lo se, no tiene sentido.

Arisa observó su celular al notar que ya había oscurecido.

—¡Rayos! Lo siento Otae debo irme, ¿Mañana te veo?

—Por supuesto.

Fue así como Arisa por fin lo entendió, ella había vuelto a encontrar el amor, aunque no como ella hubiera querido…

Con ese sentimiento fue que Arisa comenzó a poner manos a la obra y empezó a escribir la letra de su próxima canción. Para en la siguiente ocasión que ella se encontrará con Tae se la cantará.

Paso la noche y Arisa finalmente había terminado su canción, ahora solo faltaba mostrársela a Tae…

Al día siguiente…

Arisa despertó y de inmediato fue al mar aunque al llegar no observó señales de la sirena alta de ojos verdes.
Arisa la llamo pero esta no apareció, estuvo a punto de rendirse cuando entonces ella recordó las palabras de Tae.

«La profecía hablaba de buscar una sirena en la superficie»

Fue así como Arisa corrió al lugar donde se hospedaba y busco su pequeño teclado, una vez lo encontró se dirigió de vuelta al muelle y comenzó a tocar su nueva canción y a cantar.

Por su parte Tae se encontraba en un grave problema. Sucede que Tae Hanazono es la princesa de un reino marino, al ser ella princesa debía casarse para poder convertirse en una reina y gobernar el reino, aunque para la desgracia de Tae su padre no esperaba que ella encontrará pareja, por lo que el mismo comenzó a llamar pretendientes para la princesa.

Causando a si su ira y orillándola a escapar de su hogar en busca de refugio lejos de su padre.

Ella se había encariñado y relajado tanto en compañía de Arisa que había olvidado por completo a su padre, aunque este último no la había olvidado por lo que había enviado tropas a buscarla.
Tropas que ahora estaban frente a ella obstruyendo su paso hacia el muelle.

—¡Déjenme ir! Hay alguien a quien tengo que ver—. Exclamó ella molesta.

—¿Alguien?— pregunto una voz ya vieja.

—¿Padre?

—Esto es una locura Tae, regresa a casa, aún debemos buscar a tu prometido para que puedas gobernar.

Esas palabras molestaron a Tae quien expresó su descontento.

—¡Estoy harta de que me busques pretendientes! ¿Alguna vez te detuviste a pensar en cómo me sentía yo?— cuestionó Tae.

—No tengo tiempo para esto, tengo suficiente con tu hermana que también escapó.

Los guardias tomaron a Tae y se movieron, aunque su movimiento se detuvo al escuchar algo.

—¿Qué es eso?— pregunto uno de los guardias.

—Es una bella melodía, similar a la de su majestad—. Comento el otro guardia.

—¿Una sirena en la superficie…?— pregunto el padre de Tae.

—Esa voz…— Tae aprovecho el descuido de los guardias y su padre para ir al muelle.

—¡Atrápenla!— exclamó el rey.

Ambos guardias salieron del trance y fueron en búsqueda de la princesa.

Arisa aún continuo su melodía esperando que su amada la escuchará. Cuando Arisa escucho un salpicón cercano fue cuando cesó la música y se dirigió al mar para encontrarse con Tae.

—¡Otae!— exclamó Arisa.

—¡Arisa!— exclamó Tae “saltando” del mar en busca de los brazos de Arisa.

Tae intento acercarse a Arisa aunque esta última no noto al guardia que también salto del mar para atraparla. Fue ahí cuando ocurrió algo que cambió el ambiente alegre entre ambas chicas. Fue ahí cuando una parte del mar se tornó color rojo sangre.

Tae estaba sana y salva en la superficie aunque no se podía decir lo mismo de Arisa, quién estaba desangrándose en los brazos de Tae por culpa de un descuido de aquel guardia.

—Y-yo lo siento no fue mi intención—. Comento algo asustado aquel guardia.

Tae solo atino a mirar a su amiga desangrándose en sus brazos.

—No, Arisa no te vayas, no me dejes sola—. Comento Tae entre lágrimas.

—No… llores por… mi…— trataba de hablar Arisa.

—Pero…

—¿Te… gusto mi… canción?— pregunto entre cortada Arisa.

—Fue muy hermosa, mi sirena de superficie.

Arisa sonrió para posteriormente cerrar sus ojos poco a poco.

—¡Nooooo!— exclamó Tae mientras abrazaba el cuerpo de Arisa.

El rey observó la escena mientras aún recordaba a su fallecida esposa. Los últimos momentos con ella eran iguales a los que ahora estaba teniendo su hija con aquella chica.

Sin decir alguna palabra el rey se acercó a ambas chicas, Tae se puso a la defensiva al ver a su padre, aunque este la ignoro solo para acercarse a aquella rubia.

—¡Aléjate de ella!— exclamó Tae molesta.

Su padre ignoro aquella advertencia y coloco sus manos en aquella chica, fue en ese momento que Tae lo había comprendido, su padre no buscaba dañar a Arisa sino todo lo contrario el buscaba salvarla aunque…

—¡Si haces eso tú…!— exclamó Tae.

—Lo se, mi pequeña, he cometido errores pero este no será uno de ellos—. Comento el rey mientras cada vez más su voz perdía fuerza.

—¡Padre!

—Prométeme… dos cosas—. Dijo el rey ya casi sin fuerza para hablar. 

—¡Lo prometo padre!— exclamó Tae.

—Serás feliz de ahora en adelante independientemente de quien sea tu pareja…

—¡Si, padre!— dijo Tae tratando de detener sus lágrimas.

—Y buscaras a Touko, que salió en tu búsqueda y aún no regresa…— la voz del rey se apagaba de a poco en poco.

—¡Lo prometo padre!— exclamó Tae ya sin poder detener sus lágrimas.

El rey había terminado de ayudar a Arisa y cayó al suelo. Aún seguía vivo aunque ya no le quedaba mucho tiempo.

Fue en ese momento que Arisa abrió los ojos y dio un largo suspiro. Aunque frente a ella solo había un hombre con los mismos ojos que Tae.

—Tu, humana…— llamo su atención el rey.

—¿S-si?

—Cuida y devuélvele la sonrisa a mi hija, por favor—. Con eso último aquel hombre dejo este mundo.

Arisa miro a Tae quien no paraba de llorar y solo pudo acercarse a ella y consolarla.
Aquel día había sido algo largo para ambas…

Algún tiempo después…

Arisa había decidido quedarse en aquel pueblo pesquero para seguir con la chica de sus sueños.

—¿Lista para el concierto?— pregunto Arisa acomodando el piano frente al muelle.

—Por supuesto, su alteza—. Bromeó Tae.

—Aun no puedo creer que en un pueblo pesquero haya encontrado el amor, y menos aún que fuera con una princesa sirena…— dijo algo incrédula Arisa.

—El mundo funciona de maneras muy curiosas—. Comento Tae sonriendo.

Arisa silencio a Tae uniendo sus labios con los de la princesa sirena.

—Tu solo calla y disfruta el concierto, princesa—. Dicho eso Arisa comenzó a tocar y cantar.

—Lo que usted diga, mi reina.

Fin… ¿?




BanG Dream/Love Live/Revue Starlight Oneshot'sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora