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Esas últimas tres semanas habían sido demasiado largas para Hermione, de vez en cuando Harry o Ron le escribían y ella les respondía con mucho entusiasmo. Comenzaría su sexto año en Hogwarts, aún recordaba cuando entró a primero, todo era tan nuevo para ella. Pero las semanas habían sido largas porque había tenido mucho trabajo, además, su amiga Lolita había sido echada de su casa y se había mudado a la de Hermione. Después estaba Snape, no había vuelto a salir con él desde aquel día, solo lo había visto pocas veces, no podía saludarlo ya que iba a juntas de negocios con su padre.

Un domingo por la tarde una lechuza picoteo en la ventana de Hermione, ésta traía en su pata la lista de útiles de sexto año, ese día lo tenía libre, Lolita no estaría en casa y en domingos no trabajaba así que después de arreglarse se dirigió a su chimenea,entró y lanzó polvos flu al mismo tiempo que decia en voz fuerte y clara;

-Recidencia Granger-

Un segundo más tarde se vio envuelta en llamas verdes, de pronto, apareció en la sala de su casa en Londres.

Salió de la chimenea lenta y cautelosamente, tratando de no hacer ruido. Caminó directo a la cocina pero unos pasos rápidos que bajaban de la segunda planta la interrumpieron.

-¿Mamá...?

-¡Mi niña!- chilló la señora Granger que se había lanzado a los brazos de su única hija.

-Mamá te extrañe tanto- dijo Hermione con las lágrimas asomándose por sus ojos.

-Yo a ti princesa, no me avisaste que vendrias, hubiese preparado algunos de esos muffins que tanto te gust....- de pronto se interrumpió, miro a todas partes y dijo en tono más bajo- ¿has venido sola? ¿Donde esta tu padre?

-Trabajando mamá, no sabe que vendría- dijo en tono melancólico la castaña.

La razón por la que sus padres se habían separado fue que el señor Granger había descubierto a su esposa vomitando a propósito, descubrió que era anoréxica desde antes que Hermione naciera, sintiéndose traicionado y estupido decidió terminar su relación, dejo a su mujer como una loca ante la sociedad, se quedó con su hija sin dejar que ella se le acercara porque, según él, ella era un mal ejemplo. Se escapó a California con la niña. La señora Grey, antes Granger, se quedó sola con su consultorio dental extrañando mucho a su hija, muchas veces intento buscarla pero el señor Granger la había amenazado en hacerle daño a su propia hija si se acercaba, así que, en todos esos años solo pudo comunicarse con su hija en secreto y mediante cartas o E-Mail.

En cuanto a su padre, bueno. El señor Granger trabajaba todo el día, Hermione no lo veía nunca, ella creia que parte del divorcio (la mayor parte a decir verdad) era porque su padre nunca estaba presente y cuando estaba solo era para quejarse o pelear. Pero su padre tenia más poder asi que dejo como culpable a su madre y ella, en medio de todo eso, no sabia con quien demonios estaba peor.

Pero amaba a su madre con toda el alma y la extrañaba demasiado, por ella nació la fobia a vomitar pero aun asi quería estar con ella, quería que le acariciara el cabello hasta quedarse dormida, extrañaba la rica comida que cocinaba, además su madre estaba en tratamiento para acabar con su problema alimenticio y eso hacia mas que feliz a Hermione.

Después de platicar y comer, la castaña decidió que ya era hora de ir a comprar lo que necesitaba al callejón Diagon.

Cuando compró todo decidió pasarse por la tienda de Fred y George. En todo el verano no había visto a ningún Weasley ni a Harry así que esperanzada por verlos entró decidida a la tienda de bromas.

Quedo boquiabierta al ver tan abarrotada la tienda, definitivamente los gemelos tenían mucho éxito, paseo por la tienda viendo la infinidad de artículos que había hasta que algo llamó su atención; eran unos pequeños frascos de color rosa, su tapa era un pequeño corazón. Ella sabia que era...

-¿Viendo amortentia como tonta Granger?- dijo una voz fría y burlona detrás de su oreja, muy muy cerca.

Hermione volteo bruscamente para encontrarse de frente con Snape, estaba muy cerca de ella y tenia la capucha de su túnica puesta lo que le daba un aire misterioso.

-Pro... profesor- dijo entrecortadamente-¿Que hace aquí?

-Sería contraproducente responderle eso-

Su sonrisa burlona distrajo a Hermione que no reacciono hasta que sintió que Snape la arrastraba a un lugar apartado.

-Tal vez la estoy siguiendo... tal vez no.

-¿Pero que...?

Hermione fue interrumpida por un beso repentino, la tomó desprevenida, aun tenia los ojos abiertos pero poco a poco los fue cerrando, el hombre la tomo por la cintura para acercarla mas, la chica se aferraba a sus fuertes brazos. Era un beso desesperado, no se separaron hasta que sintieron que se quedaban sin aire.

-Ya te extrañaba, extrañaba eso- Severus clavó su mirada en los ojos miel de Hermione que se había sonrojado- la veo en Hogwarts señorita Granger.

No tuvo tiempo para responder, Snape le toco la mejilla suavemente y se dio la vuelta para desaparecer entre el gentío. Hermione aún no reaccionaba estaba estupefacta pero fue obligada a reaccionar cuando vio a Ginny acercarse a donde ella estaba.

-¡Hermione! ¿Que haces aquí? ¡No nos avisaste!- la pelirroja se acerco a su amiga para abrazarla, se separó y le dijo con extraña expresión;

-Hueles a perfume de hombre Herms.

La castaña abrió los ojos al máximo y le respondió tratando en vano que no le temblara la voz.

-¿Que dices? No, no digas tonterías Ginny- al terminar, soltó una risa nerviosa. Ginny la miro con desconfianza pero decidió cambiar de tema, luego le insistiría a su amiga.

-Bueeeeno ¡Ya viste el amortentia! Fred y George tienen mucho éxito con la tienda Herms-

Hermione siguió a Ginny quien se detuvo en los pequeños frascos rosas y los veía con detenimiento, ella hizo lo mismo pero tenia la mirada pérdida, su profesor estaba todo el tiempo en su mente, era misterioso e impredecible y eso hacia a Hermione enloquecer. De pronto sintió que alguien la observaba, volteó enseguida para ver quien era. Se encontró con unos ojos café, era Cormac McLaggen que veía muy raro a Hermione, ella devolvio su mirada al frasco, por un segundo tuvo la esperanza de que quien la observaba fuera Severus. Los gemelos Weasley la sacaron de su ensimismamiento.
-Si, funcionan- afirmó George.

-Pero creo que tu no lo necesitas Ginny- continuo Fred.

-¿De que hablan?- respondió la menor de los Weasley nerviosa.

-¿Acaso no estas saliendo con Dean Thomas?

-No les incumbe.

Hermione le lanzo una mirada cómplice a su pecosa amiga, ya le sacaría la sopa después.

Después de encontrarse con Harry y Ron fueron todos a las Tres Escobas a beber cerveza de mantequilla, Hermione pasó una tarde muy agradable al lado de sus amigos, le había parecido una eternidad esas semanas que no los había visto, se pusieron al corriente de todo y hablaron hasta que oscureció. Hermione después de un rato se despidió de sus amigos porque tenia muchas cosas que organizar para el día siguiente.

Emprendio camino por un callejón un poco oscuro, iba tarareando una canción cuando unas manos frías como el hielo y suaves como la seda se posaron en su boca y cintura, extrañamente las manos era pequeñas, como de mujer. Hermione forcejeo tratando de sacarse del agarre del desconocido pero parecía en vano pues la persona la arrastro a un lugar mas oscuro, la castaña estaba dispuesta a luchar cuando una suave voz confirmó su sospecha e hizo que se quedase quieta y helada;

-Vamos Granger, solo venimos a hablar contigo.

Era la voz de Bellatrix Lestrange.

Un hombre diferente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora