• Lucas •

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Renjun había ido a fiestas en su vida, pero a media noche siempre terminaba regresando a su casa. Su papá había estado de acuerdo en permitirle salir, mientras respetara su hora límite, porque conocía a sus amigos y confiaba en que sabría cuidarse.

Sin embargo esa noche, cuando dieron las dos de la mañana, Renjun seguía en la fiesta. Lo último en su cabeza era su hora límite.

Estaba ebrio. De vodka y Jeno. Una idea terrible para un viernes en la noche, porque había estado divirtiéndose como nunca y le parecía que Jeno besaba como un maldito dios, cuando se percató de que su teléfono estaba vibrando como loco.

- Carajo... Es mi papá.- murmuró Renjun.

Jeno lo miró sorprendido y lo tomó de la mano para llevarlo a un lugar silencioso donde atender su llamada.
Encontraron un baño apartado en el tercer piso, donde la música casi no se escuchaba. Había una pareja a punto de desnudarse, pero Jeno los echó chasqueando los dedos para sacarlos.

Renjun trepó al lavabo y se sentó, atendiendo la llamada mientras le indicaba al coreano que se quedara callado.

-¡RENJUN! ¿DÓNDE ESTÁS?- gritó su papá.

- Hola, papá.- saludó Renjun, tratando de mantener su voz sobria.

La cara de burla de Jeno le dijo que no había hecho un buen trabajo.

- Dijiste que irías a estudiar con Na Jaemin, ¡¿Qué sesión de estudio dura hasta las dos de la madrugada?!-

-¿Ya son las dos? Carajo...-

-¡¿DÓNDE ESTÁS?!-

- Sigo con Nana... Te explico en casa, no te preocupes, ¿sí? Ya estoy en camino.-

- Te quiero en casa en veinte minutos.- ordenó su padre.

- Tardaré un poquito más de veinte minutos.- murmuró Renjun.

-¡RENJUN!-

-¡Te amo, estoy corriendo!-

Colgó el teléfono y tomó una respiración profunda para calmarse.

-¿Qué pasa?- preguntó Jeno, acercándose.

- Estoy jodido.- dijo Renjun y después sonrió.

Jeno dejó que tirara de su camisa, y lo tomó por la cintura para besarlo, debido a la posición de chino, tuvo que meterse entre sus piernas pero no se atrevería a quejarse de eso.

- Eh, Ángel...- dijo Jeno entre besos.

-¿Mhmmm?-

- ¿Por qué no estás enloqueciendo? Tu papá nos matará.-

Renjun se alejó con una sonrisa. Tenía la respiración agitada y el cabello desordenado por bailar. A Jeno le gustaba tanto.

- No, Lee... A mí no va a matarme.- susurró contra sus labios.- Dijiste que tú te harías responsable.-

Jeno se puso pálido al escucharlo, haciendo que Renjun se riera y lo empujara. Saltó del lavabo, casi cayendo pero logró ponerse en pie.

- Tranquilo... Sólo bromeaba.- dijo.

- Muy gracioso, Huang Pequeño.-

El coreano fingió reír y se acercó a besarlo en la frente.

- Tienes suerte de tenerme, ¿sabes? Porque voy a regresarte a tu casa todo lo sobrio que se pueda.-

-¿Y crees lograrlo? Me tienes perdido.-

- Eso es sólo efecto mío.-

Renjun se rió y lo tomó de la mano para salir de la fiesta.
Debería estar muy preocupado por cómo afrontaría el regaño de su papá al verlo, pero se preocuparía por eso en su momento.

Mine ▪︎ NorenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora