True Love Waits [ᴛᴏᴅᴏᴅᴇᴋᴜ]

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Había una vez, hace muchos años en un Reino muy lejano.

Una Hermosa Doncella digna de cualquier gloria existente en la vida.

Su valentía y amabilidad conquistaron los corazones de sus pobladores.

La alegría y coraje que emanaba ganó la admiración incluso de los rufianes.

Era una persona honorable y —en definitiva— irremplazable.

Solía ayudar a los forasteros que provenían de tierras lejanas, guiarlos en sus dudas, y en sus dificultades. Protegiendo de sus tormentos y brindándoles algo de luz en sus pequeños secretos.

Pese a ser una Doncella del palacio, ella nunca cumplía la función de damisela en peligro.

Al contrario, siempre era la primera en saltar en la boca de la perdición para proteger a cualquier indefenso. Sin importar que tan complicadas sean las circunstancias, ella jamás dejó de sonreír.

Creía que el juicio devoto de la perdición era recurrente al perder la esperanza en nuestros corazones.

Por eso defendía la vida, más que nadie en aquel Reino.

Una simple humana que protegió lo que más amaba en su existencia, aún si en el camino abandonó a sus mismos familiares.

Su fulgor irradiaba en los campos nevados, donde incluso el sol nunca brindaba calidez.

Su honor impulsaba a los más jóvenes a continuar su juramento de proteger.

Su sonrisa era la esperanza de un futuro anhelado y deseado.

Una luz que parecía brillar en el vacío del caos de una guerra imposible de evitar.

Aquellas características acompañarían a la hermosa doncella hasta el fin de los tiempos.

Navegando en el bravío océano celestial, conspirando contra las adversidades para que su devoción nunca se marchase.

Una Luz que se convertiría en el símbolo de la resistencia.

Su nombre se volvería historia.

Su lucha se volvería un legado.

Su deseo un suplicio.

Su sonrisa un armisticio.

Su corazón una llama.

Su vida un juramento.

Nana Shimura.

La Doncella que lucharía contra aquellos que arruinaron el mundo.

Incluso después de la muerte.