taste it || markhyuck

♨;; 𝚞𝚗𝚍𝚎́𝚌𝚒𝚖𝚘 𝚙𝚕𝚊𝚝𝚘

Donghyuck

¿Por qué sentía nervios? ¿Por qué me temblaban las manos? Yo era mejor que todos los presentes, o como poco, igual a ellos. No tenía nada de lo que avergonzarme, nada a lo que temer, podía ganarles fácilmente.

Y a pesar de todo estaba aterrado.

¿En qué momento había perdido toda mi confianza? Quizás en el que metí la pata frente a miles de personas. En estos momentos me sentía observado, comido por los ojos de todos los presentes, sintiendo sus jocosas miradas sobre mí, esperando ansiosos a que les diera otro espectáculo mejor que el anterior.

"Tranquilízate, no va a pasar nada. Todo está bien. Respira hondo, muy bien, así..."

Seguí las indicaciones de mi yo interno mientras buscaba un punto fijo en el que clavar la vista, ya que hiciera lo que hiciera me era imposible poner mi atención a las palabras del presentador, inconscientemente terminaba agachando la vista y moviendo nerviosamente mis pies. Ya no quedaba nada de aquella faceta segura de aquel día, ahora era todo miedos.

—¡Dong Hyuck!— pegué un saltito al escuchar mi nombre resonando por los altavoces. El presentador, al otro lado del plató, junto a los jueces, me miraba con una sonrisa. Esperé a que me pasaran un micrófono para responder.

—Bu-Buenas.

—Es un placer volver a tenerte con nosotros— varios murmullos y risas inundaron el plató, haciendo que me encogiera más sobre mí mismo y quisiera salir corriendo de ahí. Pero no lo hice, me mantuve firmeza, forzando una sonrisa, fingiendo la confianza que no sentía en absoluto—. ¿Sigues teniendo las mismas aspiraciones que el primer día?

—Claro, señor.

—¿Y crees que serás capaz?— volvió a preguntar, omitiendo las risas de fondo.

—Es mi sueño desde que soy un niño, y no renunciaría a él por un mal día.

—Es decir, que tu eliminatoria únicamente fue un mal día.

—S-Sí.

—Hyuck es un gran cocinero.

Todos nos giramos hacia la voz grave que interrumpió en medio de la conversación. Mark tenía el rostro serio, y a pesar de estar a unos metros, podía apreciar su mandíbula tensada, como si le frustrara algo. Cuando nuestros ojos se encontraron, volvió a sonreír, llenándome de una tranquilidad que no había sentido desde que llegué al plató.

—Uy— el presentador rió y se acercó más al rubio, posando la mano en su hombro. No necesitó más que la dura mirada de Mark para apartarla disimuladamente—. Parece que confías mucho en las habilidades de ese joven.

—Lo hago.

—¿Donghyuck?— pestañeé varias veces, sobrecogido por la situación, y miré de nuevo al presentador, quien parecía disfrutar enormemente de la escena. Internamente deseé que se atragantara y tragara su propia lengua—. ¿Crees poder cumplir las expectativas de Mark?

—Claro.

—¿Entonces te ves capaz de ganar?

—Tengo que ganar— declaré sobre el micrófono, mirando fijamente al rubio. Ahora parecía que únicamente le hablaba a él, y de hecho lo hacía—. Hice una apuesta.