♨;; 𝚜𝚎𝚡𝚝𝚘 𝚙𝚕𝚊𝚝𝚘

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Donghyuck

Los días fueron pasando y mi humillante presencia en el programa fue desapareciendo con ellos, o al menos quedando en el olvido. Aún habían comentarios y fotos por las redes sociales, pero después de casi cinco emisiones del programa, yo había dejado de ser la noticia del día. Con suerte podría retomar mi vida como si nada hubiera pasado y llegar a cumplir mi sueño de una manera más sencilla y que no incluyese ponerme en ridículo delante de miles y miles de personas.

—¿Entonces hoy vamos a cenar a tu piso?

—¿Eh?— me giré hacia Eunwoo, quien me miraba sonriente, mostrando esa angelical expresión que le caracterizaba y que de tantos problemas nos conseguía sacar—. ¿Cómo que cenar?

—Venga hyuuuuung~— Jeongin se me colgó del brazo como si fuera un niño e hizo un puchero, abultando el labio inferior y exagerando la situación—. Mañana es sábado.

—¿Y eso qué tiene que ver para que yo os tenga que cocinar?

—Me he portado muy bien esta semana...

—¡Yo también!— anunció Sung por el fondo, sin despegar la pantalla de su móvil pero alzando la mano para llamar la atención.

—A ti te han expulsado dos días por casi incendiar la mesa del profesor.

—¡ESO NO ES VERDAD, PEDAZO DE CHIVATO!— Jisung dejó el móvil, empujando a Jeongin de forma brusca y apartándolo de mi lado, y puso ojitos de cachorrito, dejando claro que las palabras de su hermanastro eran totalmente ciertas—. Sólo quemé una punta y ni siquiera se extendió el fuego. Sólo eso.

—¿Te han expulsado dos días?— preguntó Eunwoo, quien aún no se acostumbraba a los líos en los que solía meterse Jisung, y eso que ya hacía un tiempo desde que los cuatro nos conocíamos. Al vivir en el mismo barrio, él y yo fuimos y seguimos siendo amigos de la infancia, época en la que se nos unieron Sung e Innie cuando se mudaron a nuestra misma calle poco después de la boda de sus padres.

—Me han invitado a permanecer fuera del centro.

—Te han echado.

—¡Tú te callas!— dio un golpe al menor de todos, quien no tardó en devolvérselo con la misma fuerza. Eunwoo rió y yo rodé los ojos mientras me metía en medio para separarlos—. ¡Hyuck, a cara de zorro no le des comida!

—¡No llames así a tu hermano!

—¡PUES TU ERES UNA ARDILLA CON DIENTES DE RATA!

—¡JEONGIN!— regañé al pelirrojo. Miré a Eunwoo pidiendo auxilio y el muy desgraciado seguía riéndose de la forma más disimulada posible, guardando las apariencias. Tuve que patearle suavemente en el muslo para que reaccionara y fuera a poner orden. A pesar de tener casi la misma edad de Jeongin, era de los más maduros del grupo.

—Como soy el único que se porta bien, Hyuck sólo cocinará para mí...— soltó sonriente, llamando la atención de los hermanastros como por arte de magia, quienes se separaron al instante, volviendo a mirarme con inocente, y completamente falsa, expresión en sus rostros.

—Yo también me porto bien, hyung...

—Y yo, y yo— siguió el pelirrojo, reprimiendo el impulso de alzar la mano como si fuera un niño. Sonreí, enternecido por la imagen y revolví el pelo de ambos mientras les empujaba suavemente por la espalda para que siguieran caminando—. ¿Podemos cenar pizza de chocolate?

taste it || markhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora