Palabras.

1.4K 115 11
                                    

Llego a casa y sin siquiera saludar a nadie, corro a mi cuarto a coger papel y pluma.

Antes de que el perfume de tu piel desaparezca de la mía, ya te he escrito todas las palabras de amor habidas y por haber.

Entonces, me tumbo en la cama y cierro los ojos, sin apenas quitarme los zapatos, y viéndote a milímetros de mí. Estás tan cerca de mí que noto ese lunar del final de tu ceja derecha, ese pequeño imperfecto en la comisura de tus labios, que hace que seas aún más perfecta.

Puedo oler tu dulce cabello rojo, puedo aspirar su aroma.

Estás tan cerca que podría rodearte con mis brazos, e impedir que nada ni nadie nos separe nunca.

Y justo cuando me dispongo a hacerlo, justo cuando va a saltar la chispa que siempre siento cuando nos tocamos, desapareces.

Solo eras una ilusión.

Y yo me quedo aún saboreando el olor de tu pelo.

Eve. [Yuri]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora