Eve. [Yuri]

Limpieza.

Salgo de la bañera, haciendo que las baldosas se tiñan de rojo. Cojo una toalla y me seco bruscamente, intentando quitar toda la mugre que hay en mi ser. Cojo agua oxigenada y algodón, y hago que escueza en mi cadera hasta que deja de sangrar. Me pongo una bata negra y limpio el baño.

Aunque en realidad no sirve de nada, el simple hecho de que yo esté en él lo ensucia.

Cojo el estropajo y sin ni siquiera ponerme unos guantes -pues no los merezco- limpio la bañera, el suelo y todo lo que he salpicado de sangre. Al acabar, mis manos me duelen, están entumecidas, pero eso hace que me sienta mejor. Me duele todo, pero me da igual.

Voy a mi cuarto, me paro delante del espejo y dejo caer la bata.

De frente, de perfil, de espaldas.

Cojo las tijeras de tejer y, en un momento, mi melena "hasta la cadera" pasa a ser "hasta las orejas". Ni siquiera me molesto en recoger el pelo del suelo. Voy al baño y me miro. Cojo una venda -la más larga que tengo- y me la pongo en el pecho, hasta que aprieta. Con una 85 de pecho, no es difícil ocultarlas. Cojo una camisa del fondo de mi armario, de chico, a cuadros rojos y negros, y me la ato hasta el cuello. Me desato el primer boton. Me doy el visto bueno giñando a mi reflejo. Él me devuelve el guiño.

Me pongo unos boxers y los pantalones más anchos que tengo -unos negros con cadenas- y vuelvo al baño. Cojo la sombra negra y realzo mis pómulos.

Cojo el móvil y tengo aún más mensajes de gente aparentemente preocupada.

Obviamente, no se creen la excusa del grupo. Apago el móvil.

Cojo mi mechero favorito y salgo a la calle a dar una vuelta.