Entre el cielo y el infierno

Limbo

Niall se despertó como cada mañana, se sirvió café en su taza favorita y se dispuso a tomar su baño matutino.
Treinta minutos después salía de su casa rumbo a la productora

Su día iba bastante normal. Habia llamado a Harry varias veces en el transcurso de la mañana sin que el contestara,como era ya habitual desde  el día de la declaración de Briana.

Recordaba pristinamente como al escuchar esto se giró hacia donde vio que Louis y Harry se movieron, corrió rápidamente a buscar a su amigo pero no lo encontró.

En su lugar solo estaba un Louis con los ojos como platos,con apariencia de faltarle el aire y gritando "¡Hija de perra!" una y otra vez. Lo agarro por la solapa del traje y le preguntó donde estaba Harry el solo lo miraba como no sabiendo quien era. Solo balbuceaba incoherencias, algo acerca de calle y correr llorando.

Antes de ir tras Harry se aseguro de darle un buen puñetazo en la cara, por como le dolió sabia que debía haberle sacado algo de sangre.

No encontró a Harry asi que hizo traer la limusina y fue directo a su casa. Como predijo ahi estaba su amigo. Conversaron toda la noche y le hizo prometerle que lo llamaría a diario.

Pero no lo hizo, por eso era él quien le.marcaba todos los días. Y cada tarde lo iba a visitar para asegurarse que comía y que seguía vivo.

Habían pasado ya un mes desde que Harry echó a Louis de su casa y dos semanas desde que se enteró que este sería papá con su amante.

Al terminar su turno de trabajo se dirigió como todos los dias a ver a su mejor amigo a su casa. Mientras iba en el trayecto, algo en su pecho le indicaba que algo andaba mal. No sabía como pero presentía que algo habia ocurrido.

El día anterior apenas y vio a Harry este no le quiso abrir y solo le dedico una mirada triste desde la ventana. Y un vago te quiero que el no pudo oír pero leyó de sus labios

Cuando aparcó el carro en la acera frente a la casa su temor creció aún más. Las luces estaban todas apagadas salvo una, la de la cocina. Era obvio que Harry estaba o estuvo ahí. Se asomo pero no le vio por ninguna parte.

-¡HARRY! ¡HARRY! - comenzó a gritar, pero su amigo no respondía.

Después de unos 10 minutos su preocupación creció y finalmente decidió entrar rompiendo la ventana de la puerta y abriendo desde dentro.
Al entrar lo que encontró lo hizo temblar aún más.

Un largo riachuelo de agua venía desde el piso superior y la cocina era un desastre pero no parecía haber comido nada. No habia trastes sucios en el fregadero,solo un caos de ollas y equipos de cocina tirados y rotos.

En el salón recibidor el reloj de búho estaba partido por la mitad, echo bastante trizas. Y el sillón otomano que pertenecía a Louis rasgado en el cojín y el tapiz con lo que parecía ser algo con filo como...un cuchillo.

-Oh no... - se dijo para sí. Prontamente fue a la cocina a verificar sus temores. El cuchillo de chef no estaba en el soporte de cuchillos.

Rápidamente corrió escaleras arriba,procurando no resbalar. El corazón le latía a mil por hora, su miedo era tal que sentía que el mismo podía olerlo.

-¡Harry! Amigo contéstame por favor. ¡Hazz! - sus gritos eran una suplica, una pregunta que lloraba por una respuesta.

Y por toda respuesta solo recibió silencio y penumbra. Encendió la luz del pasillo y pudo ver de donde venía el río: la habitación principal. Y tenía algo raro, no sabía si era por la luz y el color del entapizado de las paredes,pero juraba que tenía una cierta tonalidad de un rojo apagado, rojo como de...sangre.