El principio del fin

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-¿Hay alguien más?

La pregunta que salió de la boca de Harry como un susurro quejumbroso sorprendió a Louis con la guardia baja.

-¿Qué?¿A qué viene esa estupidez?- contestó con una frialdad un poco altanera y despectiva.

-¿Lo hay sí o no?Respóndeme-insistió el castaño, conteniendo visiblemente las lágrimas. Sentía que su pecho se iba a quebrar en cualquier momento pero debía aguantar. Aguantar por lo menos hasta que el rubio confesara lo que el ya sabía.

-Sabes que no, dios mío, Harry. Hemos estado juntos ¿qué? ¿5 años? Sabes que no te engañaría

-¿Entonces por qué no dejas de hablarte con esa tal Briana?- le reclamó Harry fríamente a Louis.

Louis se volteó hacia la barra del mini bar que tenían en su hermosa casa de estilo victoriana en Oxfordshire. Se colocó detrás de ella y en un ademán parsimonioso se sirvio un vaso de whisky puro. Dio un sorbo a su vaso mientras meneaba la cabeza con desespero.

-¿Estuviste revisando mis mensajes? ¿En verdad, amor? Pensé que ya habíamos pasado por esto.

-¡No me llames amor, maldito infeliz! Te dí la oportunidad de decirme la verdad, pero veo que no piensas decir nada. Sé que hay alguien más, sé que es ella.

Louis no daba crédito a lo que Harry le decía. Si su cara lo reflejo no estaba seguro, creía haber ocultado perfectamente su estupefacción. Busco disimular más sacando otro vaso y sirviéndole a Harry un poco de whisky. Sabia que este último no tomaba pero necesitaba calmarlo de alguna forma.

El como se entero de su aventura con Briana era aún un misterio para él. Había empezado como una amistad casual, ambos pertenecían a un grupo que reunía a compositores jóvenes de toda Gran Bretaña y de otras partes del mundo.

En esas reuniones la conoció, ella llego a decirle que admiraba mucho lo que el había compuesto y poco a poco se volvieron buenos amigos. Se hablaban casi a diario y se contaban sus futuros proyectos. Cosas que antes le contaba primero a Harry, ahora lo hacia con Briana.

No la amaba eso era seguro, simplemente era una buena amiga con la que ocasionalmente tenía sexo. Y el sexo era ...diferente, muy diferente a como era con Harry. Era fogoso casi sin limites, descubría partes de su masculinidad que con Harry no recordaba haber sentido. Y con Harry el sexo se había vuelto un tanto monótono, o más que eso, el sexo era como el tofu, demasiado bueno y demasiado blando. Estaba lleno de caricias y besos tiernos, de un compás lento y que invitaba a acurrucarse después de venirse. Era el sexo perfecto para las interminables tardes lluviosas de Inglaterra.

-Toma-le dijo a Harry ofrenciéndole el vaso de whisky aún a sabiendas que este lo rechazaría. Para su sorpresa, este lo agarro y lo bebió casi todo de un sorbo.

El efecto del alcohol en él fue todo lo contrario, lejos de calmarlo abrió la llave para su catársis.

Por unos momentos Harry se sintió liberado de todo pensamiento y dejó salir todo sin tapujos ni tapaderas.

-Ya no me amas, ¿verdad? Lo he notado, en la forma en que me contestas. Siempre has sido una persona fría, pero a pesar de eso siempre pude ver a través de ti. Siempre he sabido notar cuando me dices las cosas en serio.  Y desde hace unos meses me di cuenta que ya no me amas. Apenas y me respondes los mensajes y pones excusas tontas para no hablar conmigo. Has estado mas disponible para tu grupo de compositores que para mí, en especial para esa Briana. Jamás debí presentártela.-dijo con lágrimas escurriendo por sus ojos el joven de cabello ondulado.

Por la cara atónita de Louis supo que ella jamás le había dicho. Ja, se lo imaginó, la muy perra jamás le dijo a Louis que su esposo le había insistido para que lo conociera. Harry lo hizo como un favor, pues habían sido amigos desde la escuela secundaria y además vecinos. 

Entre el cielo y el infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora