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La Felicidad No Existe

Un chico de cabellos mostaza caminaba por el bosque, esperando encontrar algo en especial, sostenía un mapa y mientras lo hacia no evitaba pensar en ese terrible encuentro, no sabía como había acabado así, aunque no creía que le importará a Simón si estaba o no, de igual manera ya lo había guiado hasta la cabaña de su madre, ya no tenía nada por la cual estar allí.

— Je, sabía que era raro que a Simón yo le gustara, tal vez tan solo quería a alguien para poder jugar, mientras llegaba su novia — este sonrió amargamente — al menos será feliz, además eso me pasa por ser un débil en busca de él amor, soy un asco —

Este reía por su comentario y seguía su camino, por suerte tenía sus cosas empacadas, y de vez en cuando veía alimentó en el camino y lo guardaba en su bolso.

— Ah, que vida llena de aventuras, ¿debería buscar la mía?, ¿será posible ser un gran héroe?, ¿puedo ser uno? — este toco su mejilla izquierda y se quedó callado por unos momentos, luego sonrió levemente — al menos fui feliz con alguien... —

— ¿Estas perdido? —

— ¿Eh? —

Este dirigió su vista a donde provenía la voz, encontrándose con una rubia.

— No, estoy bien — este coloco su mano en su nuca — ¿Me conoces?, ¿o también estás perdida? —

— Me alegra y no, no estoy perdida, eres... ¿Joy?, ¿cierto? —

— Ah, si, ¿cual es tu nombre? —

— Yo soy... Catelinn, un gusto — esta le dio una sonrisa —

— Ja, bueno el gusto es mio —

— Bueno, ¿a donde te diriges? —

— Ah, eso... Voy de regreso a mi casa, tan solo salí a buscar alimento — este mintió, no era idiota, sabía que no debía confiar en cualquiera, y se sobresalto al sentir una mano tocando su mejilla — O-oye —

— ¿Te heriste?, al menos ya la has tratado, eso es bueno, ¿quieres que te acompañe a casa? — está tomo con su otra mano la otra mejilla de él otro, provocando un sonrojo en él —

— Ah, yo, bueno, si no te molesta —

Joy no estaba enamorado, tan solo hablar y rechazar a chicas no era su fuerte, siempre sus nervios lo hacían cometer idioteces y esta era una de ellas.

Ambos caminaban mientras charlaban de cosas relevantes, los minutos transcurrieron y los ojos de él chico se iluminaron al ver su hogar, este se apresuró a entrar, estaba tan feliz de volver.

— Bueno, debo volver, espero volver a verte —

— Lo mismo digo, pero, esta muy oscuro, ¿no quieres quedarte?, mañana podrás irte a tu casa — Le ofreció abriendo paso para la chica —

— No, además yo acostumbro a estar por las noches aquí, bueno, nos vemos — la chica se alejo dejando a el de orbes celestes atrás — Ya he cumplido con mi parte, tan solo espero y no le hagas nada —

— Oh, vamos, tu sabes que quiero de él, así que no te preocupes, te llamaré si sucede algo, pero por ahora necesito que vayas a vigilar a Simón y a Lyn, no quiero que se entrometan —

— Ah, eres un fastidio —

— Ja, eres tan graciosa —

Joy veía detalladamente su hogar, no podía creerlo, estaba igual que antes, y no dudo en dejar sus cosas y recostarse en el sofá más cercano.

ᴍᴇ ᴇɴᴀᴍᴏʀᴇ ᴅᴇ ᴜɴ ᴍᴏʀᴛᴀʟ [sɪᴍᴏʏ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora