II.III

67 5 15
                                    

Capitulo cuatro.

"La cama vacía se pasan los días anhelando verte volver."

*

Mire a mi lado, nada.

Otra noche más solo en mi cama, el lado vacío volviéndose frío por la ausencia de un calor corporal.

Y eso también me estaba pasando a mí.

No sabía qué hacer, eran las 3:00 de la madrugada y el insomnio me había atacado de nuevo como solía hacerlo cada noche, pero esta vez, solo esta vez extrañe aquellos ojos café que antes solían acompañarme durante las noches de consuelo, extrañe su cabellera dorada que podía acariciar para relajarme, o esconder mi rostro en su cuello cuando la oscuridad interna me atacaba dejando salir mis miedos nocturnos. Eran esas cosas que anhelaba que nunca acabase y ahora me encontraba anhelando volver a tener, era Freya a quien quería a mi lado de nuevo.

Pero no podía hacerlo, debía salir del vacío donde me había quedado, debía buscar la salida y comenzar a vivir.

Porque si, gracias a ella descubrí que no vivía si no la tenía a mi lado, solo era un alma fantasmal vagando por la calle buscando algo que nunca encontraría.

Pero estaba totalmente seguro que lo que encontré en ella no lo encontraría en alguien más, ella era mi luna en la oscuridad y sin ella no podía ver la luz.

Aunque sea ella misma quien me arrastró a esto, o fui yo un iluso al pensar que podría tener algo con alguien como ella.

Sea la razón de todo lo que pasó, solo podía tener en claro que no volvería a enamorarme con la misma intensidad de otra persona que no sea a ella.

Ella se llevó mi corazón y olvide pedírselo al irme.

Y mientras acariciaba a mi perro solo pensaba que era un idiota por seguir pensando en alguien que no le importó en lo absoluto lo que sería de mí, o de nosotros.

— ¿Te fijas, Rocko? Esto pasa cuando te enamoras, cuanto me gustaría ser un perro y tener como preocupación dormir, comer y jugar a la pelota con mi dueño...— Reí por lo estúpido que me veía al hablarle a mi mascota como si él fuese a responder.

Pero Rocko solo se removió en la cama acurrucándose más a mi lado, así que tome ese acto como una respuesta.

—Vos si me entendés, ¿No?— Lo mire acariciando su cabecita logrando que el cerrara sus ojos con placer, solté un suspiro. — Ojalá pudieses entenderme.

A un costado pude notar como la pantalla de mi teléfono se encendía indicando una llamada entrante más sin embargo no podía identificar el número que me solicitaba. Me estiré un poco para tomarlo sin despegarme mucho de Rocko que parecía haber caído en un profundo sueño en mis brazos gracias a mis caricias, así que con cuidado de no hacer tanto ruido respondí:

— ¿Hola?

— Daniel...— En ese momento sentí como mi mundo se ponía en pausa por un segundo.

Mi garganta se había cerrado y por más que quisiera gritar a los cinco vientos no podía, parecía ser que todo mi cuerpo dejo de funcionar, pero mi mente solo maquineaba su voz una y otra vez en mi cabeza.

Era ella, Freya.

— ¿Qué querés? —Pregunte con un hilo en la voz, sintiéndome como un completo idiota por mostrarme tan débil luego de tanto tiempo.

— No sabes cuánto te busque, desapareciste sin siquiera decir nada y nadie quiso decirme a donde fuiste o la razón, le insistí muchísimo a Mauro para que me dijera a donde te habías ido pero el pelotudo no quiso decirme nada así que tuve que buscarte por mi propia cuenta, y fue extremadamente difícil...

FREYA; DANI RIBBADonde viven las historias. Descúbrelo ahora