Dime Tus Mejores Mentiras ~ Zayn Malik

Capítulo 2: Un Vestido, Una Cerveza Y Un Reencuentro Inesperado - Parte 1

Ø  A la visión de Malik

2 años sin este aire, sin ese maldito parque donde fumaba mis cigarrillos, sin esos estúpidos bares donde malgastaba mis noches, sin la chica que me volvió loco y dejé por ser el más completo imbécil del mundo. 24 condenados meses sin estar en Bradford, y aún llaciendo aquí sentía que no podría ser el mismo de antes otra vez…

Mientras conducía, lo único que allanaba mi mente era Zoe, ¿Habrá olvidado lo nuestro siquiera?, ¿Tendrá otro novio? (bueno, eso definitivamente era un hecho), ¿Ese tipo sería suficiente para ella?,¿La trataría bien?, nada más que dudas y celos fugaces entraban y salían de lo que fuera que mis neuronas pudieran procesar, me frustraba pensar el hecho de dejar que se alejara de mi lado, pero lo hice, y no tengo una jodida excusa para retractarme sobre ello.

*You know what to do with that big fat butt… Wiggle, wiggle, wiggle*

- Hey – Contesté algo aturdido, los minutos de razonamiento profundo, tuvieron la fuerza suficiente para alejarme de la realidad.

- Zayn, Colega ¿Cuándo llegas he?.

- Estoy conduciendo a mi apartamento Trev – Imaginé su salto de puños y contuve la risa que se me escapaba, definitivamente este perro faldero no podía vivir sin mí.

- ¡Genial!, iré por unos tragos y me paso por tu casa, vale? -  Detuve el Citroën aparcando, y suspiré unos segundos antes de responder, con mi mejor simulación de estar muerto por una dosis de alcohol y buenos cotilleos.

- Ya llegué, No te demores acomodando tu polla o me iré al bar antes de que toques mi piso. – Escuché sus carcajadas y traté de que su risa melodramática levantara lo que me quedara de ánimo.

- Descuida, quizá traiga unas chicas y encienda a Malik Junior – Levanté una ceja a la vez que tomaba mis llaves, pensando que una tarde gozando la vida loca no estaría nada mal, bueno… era mejor que estar recostado en el sillón haciendo memoria sobre las tetas de Zoe.

- Eso estaría bien, no olvides a Anna, Trev.

- Nunca colega, te veo luego.

Lancé el Smarth por el sofá, acomodándome entre los cojines, mientras encendía la televisión. Miré hacia el techo y sonreí sin descuido de volver mis labios de esa forma descarada, la cual siempre enloquecía todas las hormonas de esas plásticas abre piernas, claro que no estaría mal sudar unos minutos en el baño, quizá el estado post-polvo salvaje, aliviaría mi nostalgia de mierda. 

Ø  A la visión de Holly.

- Matt, compra esos pantalones, Jesus!, tu culo se ve enorme ahí -  Los ojos del castaño tomaron ese brillo engreído, característico de un momento de victoria propia.

- Y qué me dices de esta polera?, enseña mis bíceps o algo? – Lo miré recalcando el desconcierto, a la vez que le decía:

- Hablas en serio?, Dios Matt!, ese tipo tendrá sueños húmedos contigo toda su maldita vida! – Una sonrisa se formó en sus delgados labios, luego volteo, admirando su atuendo en el espejo antes de agregar:

- Me lo llevo – Suspiré aliviada de la espera, era un chico,  y aun así demoraba más que yo en todo lo que concierne a la ropa, aunque digamos que nunca en mi vida fui fan número 1 de Chanel, Ni de las ultimas colecciones de Prada, era más del tipo que usaba Converse con poleras estampadas y vaqueros ajustados, nada acorde a la moda, pero sí a mi estilo y originalidad necesaria, según mis criterios.

- ¡Aleluya, Joder!, alguien se estaba quedando dormida aquí.

- Fue media hora, hemos tardado más otras veces – El oji-azul me miró sereno, como si esos milenios de segundos no significaran nada.

- Aún así, es mi tiempo, colega – Pareció ignorarme, mientras fijaba su vista en un punto específico que no logré descifrar. - Y ahora qué?, ¿Peter apareció sin polera y peluca?.

- Mira eso – Seguí la dirección de sus manos y llegué al lugar de un vestido, era rojo penetrante, con un encaje en los bordes, ajustado al mil demonio y excesivamente corto, estaba segura que mi cintura sufriría un ataque de axfición al entrar en el.

- Oh… Ni lo sueñes, nunca de los nuncas me pondré esa cosa.

- ¡¿Qué!?, Vamos Holly, te verías estupenda!.

- ¿Estupenda es tu definición de ramera sin escrúpulos?

- Estas bromeando, no?, porque llevaremos ese vestido, tú lo usaras, y después me agradecerás por regalarte la bandeja de bombones para tu noche.

- No lo necesito, créeme.

- Si, si lo necesitas, debes sacarle probecho a ese cuerpo, ¿no crees?

- Matt, me veré peor que Lauren, y ella sí es una ramera.

- Tienes razón, te verás peor, lucirás jodidamente candente, la temperatura subirá cuando todos te vean, además, no quieres ver la cara de esa putita al darse cuenta que no es la cereza del pastel?  - Definitivamente es bueno.

- No puedo creer que haré esto.

- ¡Sí!

- Conste que me deberás un mes repleto de Oreos y el sello con una discográfica.

- Tus deleites son órdenes madam. -  Tomó el vestido de la percha a la vez que lo pasaba por la caja, tan condenadamente divertido, que no pude evitar golpear su pie en respuesta, aun así, ni se inmutó, al parecer nada era más interesante que ver a tu mejor amiga ridiculizarse en una fiesta.

- ¡Jesús!.

Durante el resto del día, pasé de peluquera, a depiladora de cejas y evaluadora de glúteos, en mi mente decía que Matt exageraba, después de todo era guapo y el chico ese moriría al tan solo verlo, si es que no le pegó el ojo antes, pero mi boca decía otra cosa, alentándolo para que siguiera modelándome su plan de coqueteo y cacería, solo fui capaz de asentir y animarlo aún más, hasta que llegó mi turno.

- Podría decir que mi amigo se levantó, pero lamentablemente me gusta la testosterona. – La expresión de Matt era de película, sus ojos saltaban y su boca entreabierta se suspendía en el aire, a pesar de mi disgusto sonreí, era casi imposible omitir cómo te sientes al recibir un alago, y mucho menos de un idiota como Shepard.

- Cierra la boca, vamos a la casa de fraternidad antes de que me arrepienta.

- Por supuesto, bonita. - Comentó, repleto de un balde sarcástico.

- Puedes solo caminar? ¡Idiota!.

A pesar de sus carcajadas obedeció y nos dirigimos a su Nissan en medio de la noche, contemplé el cielo oscuro, tratando de convencerme de que lo hecho a continuación no podría tener tantas consecuencias, y no sé porque, pero lo logré a precio justo.

…