floración

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Después de que todo terminó sin más, se hicieron cargo de encarcelar al traidor, y ambos, Kondo y Hijikata fueron a visitar a Sasaki en el hospital, allí se enteraron sobre los planes no tan bien formados del próximo comisionado de la policía, si bien el cabecilla del Mimawarigumi los había utilizado, no todo resultó como esperaba. Nunca pensó que Shige Sigue renunciaría al cargo de shogun por proteger a sus subordinados y a un samurái que protegía una promesa más allá de su falsa lealtad al país.

Pudiera ser que los cambios internos del Bakufu significaran un futuro incierto y oscuro, pero por el momento mientras se decidía quién reinaría, todo se apaciguaría. El Tendoushuu se agruparía y se prepararía para tomar la iniciativa, comenzando con la muerte de Sada Sada y la fantasmal entrada al juego del Kiheitai como su verdugo.

Las cartas poco a poco se mostraron, con la anulación de la renuncia de Shogun las cosas emitían un olor putrefacto y aunque Hijikata lo presentía, poco o nada podía hacer por cambiar algo tan poderoso y lejano. Probablemente intentarían usar a Shige Shige como carne de cañón para la guerra entre el cielo y la facción contraria. Al final para los verdaderos gobernantes, fuese quién fuese el shogun actual, solo era un títere en busca de mantener el control sobre el país.

Sumiéndose en una falsa tranquilidad y mientras el más grande imbécil de toda la ciudad estaba recuperándose de las heridas, Tōshirō había escuchado algunas cosas curiosas. Tal parecía que aquel individuo no solo era un gran Joui famoso durante la guerra, sino que sobrevivió a la purga de Kansei de igual forma, era nada más y nada menos que un remanente de aquel oscuro capítulo de la historia que fue ordenado por Sada Sada. Le habían dicho también, que había perdido a su maestro, a quién el Bakufu había asesinado con la excusa de ser un guerrillero y traidor por enseñar literatura a los niños del pueblo donde residía.

No podía negar que comprendía la sed de sangre que tuvo Gintoki si delante de él tenía al juez y al verdugo de su maestro; de hecho, podía simpatizar con la fiereza con la que se destruyó a sí mismo y a sus límites con tal de buscar venganza. Y aunque él mismo sabía que dejarse llevar por la ira no era lo mejor, lo entendía. Con los estribos perdidos, las posibilidades de ser derrotado se triplicaban, no obstante, el bastardo sobrevivió, apalizado o no, logró seguir respirando con el anhelo de algún día conseguir la tan ansiada venganza.

Con cada descubrimiento que hacía sobre la curiosa persona que era el yorozuya, más le quedaba claro lo importante que resultaba para él proteger a sus seres queridos, parecía que intentaba aferrarse con uñas y dientes a aquello que en un pasado no pudo proteger. No buscaba redimir sus pecados realmente, pero sí buscaba evitar aquel horrible sentimiento de pérdida y vacío existencial que venía de la mano de la muerte.

Tōshirō sabía también que todo aquello conformaba los rasgos característicos en la personalidad del platinado; quién mejor que él mismo para entender un poco de lo entrañable que resultaba el de ojos carmesí y sus casi nulos, pero igual de importantes principios. Puede que definitivamente no fuera correspondido en ese juego llamado amor, pero no podía negar que entre tanto defecto había un alma valiosa, y que si pudiera representar con un color sería «plateado». Sí... su alma era plateada, porque ese era un color que brillaba con intensidad sólo cuando era necesario, porque era una tonalidad que sin llegar a ser abrumadora transmitía calidez, evitando ser abrasadora y consumir todo a su alrededor, porque ese era el tono perfecto para poder dejar una profunda marca arraigada en las almas que tocaba. Era una esencia inolvidable.

El aura que rodeaba a Gintoki era tan atrayente como la luz para las tontas polillas que deambulaban por la oscuridad. Más que holgazán e inútil, la mejor descripción para alguien así, sería estúpidamente leal. Incluso con sus miles de defectos las personas se agrupaban a su alrededor y le mostraban una lealtad impresionante, una que pocos llegaban a obtener alguna vez.

梅花·|Ciruelo |GinHiji|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora