Efímero

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Hey Cora San, no vas a dejarme solo ¿Verdad?

La mañana era soleada mientras el polar tang se mecía suavemente al ritmo de la olas y los miembros de los piratas Heart se preparaban para un día más; aunque últimamente había un cambio notorio en el submarino: el apacible capitán que siempre se levantaba temprano, antes que nadie en las últimas semanas parecía tener la costumbre de salir de su camarote pasada las 10 de la mañana, éste hecho bien podría ser ignorado o aceptado por toda la tripulación sin problemas de no ser que su capitán se despertaba temprano y parecía hablar con alguien antes de salir a saludar cortésmente a todos.

Nuevos reclutas preguntaban sin rastro de malicia que pasaba en la habitación pero nadie de los ya viejos miembros decía una palabra, puesto que ellos sabían poco del actual “amigo” con quién Trafalgar Law hablaba por las mañanas.

-Es hora de que salga, debo retirarme por hoy… ¿Me esperarás? … Esa amabilidad tuya realmente va a matarme -el pelinegro río en voz baja y se apresuró a salir, saludando en voz neutra a todos, siempre cordial y actualmente de buen humor

Un adorable pero enorme oso polar le alcanza y lo abraza efusivamente

-¡Capitán! Buenos días

-Buen día Bepo ¿Qué ocurre?

-Se ve de buen humor hoy ¿Qué cosa buena hay hoy? ¿Puedo conocerle?

Trafalgar se quedó en silencio borrando su media sonrisa e inmediatamente el oso bajó la vista avergonzado mientras se disculpaba por el comentario probablemente fuera de lugar a lo que su capitán respondió con una palmadita en el hombro del oso y con voz extrañamente suave contestó:

-Quizás

Law caminó tranquilamente a la cubierta para preparar un día más en su tripulación.

Por la tarde hacia un viento gélido por lo cual, con permiso del capitán pudieron darse el lujo de quedarse en una pequeña isla nada fuera de lo común, algunos salieron rápidamente a explorar, comprar víveres y material médico propio de sus necesidades; Trafalgar que vio a sus compañeros salir de ahí felices se dirigió nuevamente a su habitación no sin antes verificar distraídamente que no hubiese nadie, era tanta su urgencia por regresar a su cómoda habitación que no reparó en el joven de gorra que comía plácidamente en la cocina aprovechando que el cocinero no se encontraba para echarlo a patadas, el joven miró sin mucho interés a su capitán caminar con pasos rápidos hasta verlo desaparecer.

Dentro de la pieza modestamente amueblada el hombre moreno cerró con llave colocando ésta última en una repisa que tenía varias fotos alineadas

-Siento hacerte esperar, tú sabes, es normal ocuparse todo el tiempo cuando diriges a una tripulación -murmuró el moreno con voz un poco ansiosa

Sentado frente a la cama un hombre de pantalón blanco le miraba con las piernas cruzadas sin decir palabra

-¿Estás molesto?

El interpelado negó con la cabeza mostrando una sonrisa y extendió la mano, invitando al moreno que lo admiraba apoyado en la puerta, éste a su vez dio algunos pasos hasta casi rozar sus pantorrillas a las largas piernas blancas, se hincó y recargó la mejilla sobre la cama

-No pude concentrarme hoy, esperaba ansioso la tarde para desembarcar, han sido días apacibles y es maravilloso que hoy hayamos llegado a una isla, mis chicos se encontraban felices

Al otro lado de la puerta el perezoso Penguin que había terminado de comer pasaba cuando escuchó la voz de su capitán, recordando que le había visto retirarse apresuradamente, sonrió y se acercó deseoso de hablarle cuando se detuvo al pie de la puerta y como no queriendo, pegando la oreja a ésta

-… concretamente no lo recuerdo… Es verdad, disculpa… Vamos, es normal ¿No?

Quizás está hablando con ese amigo del que aún no nos habla pensó Penguin, un poco nervioso de ser descubierto siguió escuchando, esto podría ser interesante para él y Sachi

-… Y yo a ti

La voz sonaba tan animada que a Penguin le costaba creer que era la voz de su capitán, siempre cordial pero seria, se debatió entre seguir escuchando o retirarse para proporcionarle a Law la privacidad que merecía, la voz de su capitán se había silenciado y eso lo asustó, por lo cual se retiró rápidamente nervioso de haber sido descubierto.

Dentro de la pieza, Trafalgar miraba atentamente a su acompañante cuando éste le indicó que se acostara y el moreno, extrañamente obediente, se retiró las botas y la camisa y se acostó de lado mientras esperaba a que su invitado hiciera lo mismo.

El hombre del pantalón blanco se recostó mirando atentamente los tatuajes del moreno y sonriendo mitad complacido, mitad sorprendido.

-¿Aún te resulta extraño ver todos estos tatuajes? No me sorprende, después de todo tu cuerpo se mantiene inmaculado, incluso con esas cicatrices, tu cuerpo está pulcro… Tan blanco y suave… Es perfecto… eres muy hermoso Cora San.

Espectro [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora