CAPITULO 2 BÚSQUEDA

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 Llevamos un par de horas buscando a Bernabé, no hay ni rastro de ella, ni una huella, ni una gota de sangre, ni siquiera un cabello tirado en los alrededores, la búsqueda se ha expandido varios metros alrededor del auto, pero no hay nada.

Llega una patrulla más, un policía se baja del auto y va directo hacia el comandante Vega, me acerco lo más que puedo para escuchar lo que tiene que decirle.

-Ya buscamos en el pueblo y nadie sabe nada, llamamos al hospital y fuimos a la clínica pero no han recibido a nadie, no hay ni rastro de la joven.

-Pero en algún sitio tiene que estar.

-A lo mejor ella misma se fue jefe, no hay una sola señal de que haya estado herida, bien pudo salir por su propio pie y marcharse.

-Eso no es posible -intervengo por inercia. -Se habría llevado sus cosas al menos, habría vuelto a su casa y allí no está.

-Señorita, si ha terminado de buscar puede marcharse a su casa y dejar que hagamos nuestro trabajo -responde el comandante evidentemente molesto.

-Pues no lo están haciendo bien.

En ese momento se acerca un taxi y antes de que se detenga por completo Lorena y el padre de Bebé aparecen.

-¿Dónde está mi hija? -el padre de Malva va directo hacia los policías, Lorena se acerca a mi y me abraza en saludo.

-No lo sabemos señor. No hay señas de que haya resultado lastimada, pero no la hemos encontrado.

-Disculpen, ¿ustedes son familiares de la chica desaparecida? -La reportera de teleterra nos cuestiona sin perder un segundo.

-Sí, ¿quién es usted? -Pregunta el señor padre.

-Mi nombre es Juana Marquesado, soy reportera, trabajo para Teleterra noticias, ahora que sabemos quién fue la chica podría proporcionarnos una fotografía de su hija para hacer el reportaje y solicitar información de su paradero a los tele-videntes. Puede que alguien la haya visto si ella... se fue por su propio pie -la miro furiosa, ¿cómo pueden pensar que ella simplemente se fue dejando ahí su dinero y su celular?

-No quiero que mi esposa se entere de esto -dice con pesar el padre de Malva.

-Señor, con todo respeto, aunque no pasemos la foto de su hija, daremos la descripción y seguramente se enterará, será más fácil localizar a la joven si sabemos cómo luce. -tenía razón en esa parte.

-Señor, ella tiene razón -Lorena habla por fin, su voz suena poco convencida, pero todos sabemos que es la mejor opción que tenemos. Su padre asiente.

-Yo me encargo de la foto -me apresuro a ofrecer, sé que esto es difícil para él.

-Gracias -dice simplemente y me voy con la reportera hacia la camioneta del noticiero mientras el papá de Bebé sigue cuestionando a los policías, Lorena se queda con él.

Busco en mi celular una foto donde se vea claramente el rostro de Malva, y una vez en la camioneta la pasan a una computadora para poder mostrarla en la televisión cuando hagan el reportaje, la mujer me hace preguntas sobre su apariencia y señas particulares y de inmediato la reportera vuelve a situarse en la carretera con el coche rojo de fondo.

-Nos encontramos aún en el lugar de los hechos, a varias horas del accidente ocurrido esta tarde; no se ha podido hallar a la joven que conducía el vehículo, ella es una joven de 26 años, su nombre: Malva Bernabé Estrada Curioca, de complexión esbelta, 1.60 de altura, como seña particular tiene una cicatriz a la altura del ojo izquierdo, si alguien tiene información sobre el paradero comuníquese a los siguientes números.

Me alejo de la reportera, estoy cansada, estoy agotada. Si estuviera cerca ya la habríamos encontrado, pero no hay nadie aquí.

-¿Estás bien? -pregunta mi hermano, él también luce cansado.

-No puedo más -respondo.

-¿Quieres ir a casa? -entonces recuerdo que él había dicho que tenía algo importante que contarme.

-Oh Dios, lo siento, ¿qué era lo que ibas a decirme antes de todo esto?

-No creo que sea buen momento para decirlo -noto un ligero toque de culpa en su tono.

-Dime -lo insto.

-Quería invitarte a la casa, este fin de semana nos dejan conocer a los niños para ver con quien nos acoplamos mejor para la adopción, quería celebrar contigo y con Germán -la noticia no suena como debería de sonar.

-¡Esa es una excelente noticia! Lamento que no me hayas podido decir antes.

-No fue tu culpa, esto también es importante.

-No quisiera irme todavía, pero tu deberías ir a descansar, necesitarás energía, además Germán debe estar esperándote -le digo aunque mi pesimismo me dice que no tiene ningún caso que me quede aquí.

-No puedo dejarte aquí sola, vamos a la casa, la policía sigue buscando, seguro que la encuentran. Aparte... no creo que esté por aquí cerca -intenta decirlo con suavidad, pero hay algo en su tono que no me gusta. No quiero preguntarle a qué se refiere por miedo a lo que me pueda responder.

-Me iré con Lorena y el papá de Malva, ve a tu casa -le doy un abrazo rápido antes de que tenga tiempo de contestar -regresa con cuidado.

Me alejo, porque los pensamientos negativos despiertan en mi mente después de escuchar lo que dijo, no quiero pensar en todas las posibilidades de lo que le pudo haber pasado a Bebé.

Desde haberse ido por sí misma,hasta la probabilidad de que la hayan secuestrado. No quiero pensar en las posibilidades, me uno a Lorena en la búsqueda.

Pasamos gran parte de la noche en ese sitio, buscando sin descanso, pero a un par de horas  del amanecer, Lorena me dice que suspenderán la búsqueda por falta de indicios para la teoría de que Malva hubiera salido herida del auto. 

Las patrullas comienzan a alejarse y con ello la desesperación se apodera de mí, debemos seguir buscando, no importa qué, pero sé que tampoco debe estar cerca o ya la habríamos encontrado, no entiendo lo que pasa, lo que ha sucedido en el accidente. Una persona no puede desaparecer así, de la nada.

Me acerco al coche una vez más, buscando algo, cualquier cosa, cualquier pista. Intento recrear, lo que imagino sería la escena, en mi mente. Por el destrozo del auto, definitivamente alguien no podría salir ileso, el cofre está aplastado hasta la mitad, los faros rotos, el parabrisas estrellado, pero aún entero. Es imposible que saliera por ahí, evidentemente.

Lorena se acerca a mí, mirando con la misma atención todo alrededor.

-No debe estar cerca -expresa lo mismo que todos piensan.

-Ya lo sé, Lore, pero si no aquí ¿dónde? -me siento irritada.

-No lo sé -dice con gran pesar -pero aquí no -su tono se vuelve suave, pero las palabras son duras, realistamente duras.

-¿Qué hacemos? -le pregunto, esperando que me diga que busquemos hasta el fin del mundo si es necesario.

-Volvamos a casa -responde en cambio. -Seguiremos buscando, pero ahora debemos descansar.

Intento mantener la calma porque su tono pasivo comienza a exasperarme. La impotencia que siento no se compara con nada que haya sentido antes, pero en el fondo sé que tiene razón. En ese lugar, no hay nada más que hacer.

Derrotada y desdichada camino hacia la carretera junto a Lorena y el padre de Malva, buscando un taxi para regresar.

Estamos lejos de casa, y en ese momento, presiento que Bernabé está aún más lejos.

MIRAMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora