Déjame en Paz

Los Black

Regulus

Quería llegar lo más pronto posible a su habitación, pero las lagrimas le nublaban la vista y las piernas le temblaban con cada paso que daba, al dar la vuelta en una esquina no pudo evitar chocar con la persona que menos quería ver en ese momento.

Sirius Black chocó de lleno contra su hermano haciendo que cayera al suelo, hubo un momento shock por parte de Regulus, hasta que Sirius lo ayudo a levantarse y lo hizo atender a lo que le decía.

El menor de los hermanos no hacia mas que llorar, trataba de responder entre sollozos, nunca creyó que Sirius fuera a preocuparse aún por el.

- Regulus por favor dime que te pasó.- De los labios del menor solo salían incoherencias que Sirius por más que trataba no entendía.

- Cálmate, respira... ¿Alguien te lastimo? ¿fue James? - Al escuchar el nombre de Potter, Regulus miro a Sirius haciendo una pregunta muda.

- Los he visto, sé que pasan tiempo juntos.

- Pero... tu no.- Regulus abría y cerraba la boca, no sabía como procesar la información que acababa de recibir

- ¿Te lastimo James, te hizo algo?- Sirius insistía en el tema; por más que confiara en su amigo sabía que Regulus no pasaba tiempo con nadie más que con Potter y si estaba llorando tal vez se habrían peleado.

- No.- dijo decidido Regulus. - Él no me hizo nada, fui yo, por no ser más valiente, por no ser como tú.- decía con lagrimas en los ojos nuevamente.

- Bromeas ¿no? yo soy un cobarde, huí a mitad de la noche, eso no es algo muy valiente que digamos.

Sirius le regalo una sonrisa complice y Regulus se dejo abrazar y consolar por su hermano, lo había extrañado tanto, nunca le había contado a nadie como se había derrumbado mientras su madre lo obligaba a ver como quemaba del tapiz familiar el nombre de Sirius, como Kreacher tuvo que cuidarlo día y noche porque después de recibir la marca no le bajaba la fiebre y en lo único que podía pensar era en que debió haber huido igual que su hermano.

Ese abrazo significaba todo para Regulus y aunque él no lo supiera para Sirius también.

James

James perdió de vista a Regulus y cambió rápidamente su ruta hacia su habitación, necesitaba el mapa lo antes posible, él sabía que no tenía que sacar el tema, Regulus estaba muy mal, pero él y su gran bocota, ¿por qué no podía ignorar esa voz chismosa en su cabeza?

Llegó jadeando a su alcoba y agradeció a Merlin la suerte de que no estuviera nadie, no sabría que inventarles si lo veían así de desesperado, se acerco al baúl de Sirius para sacar el mapa, estaba tan concentrado en su búsqueda que no notó que Remus había entrado al cuarto.

- Sirius se lo llevó.- James saltó del susto al escuchar a su amigo.

- Moony, no te oí entrar.- Trató de sonreír para no hacer crecer sospechas en Remus, sabía que el hombre lobo era muy perspicaz. - ¿Sabes si va a volver pronto o a dónde fue?

- ¿Para qué necesitas el mapa James?

- Solo quiero buscar a alguien, necesito encontrar a una persona.

- ¿Y esa persona es Regulus Black? - James entró en pánico, cómo es que Remus siempre descubría todo, ¿le habrá dicho a Sirius? ¿Y si Sirius no vuelve a hablarle?

- Yo... tú.- No necesito decir más para que Remus supiera a lo que se refería.

- Él lo sabe, ambos los vimos un día en el mapa junto al lago y Sirius quiso ir a ver por qué estaban juntos, se veían bastante íntimos, si me lo preguntas.- James seguía pálido y sin saber cómo preguntar lo obvio. - No se molestó, bueno si un poco, pero no porque pases tiempo con Regulus, le molesto que no se lo contaras.