¿Sugar daddy? ~TaeGi~

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Cerca de una hora después llegaron a su hogar, Yoongi había llamado a una pequeña cafetería para que alistaran un pedido de pasteles, donas y malteadas de chocolate por lo que no demoraron mucho en ello.

Tae sabia que no debía permitir que el mayor se atiborrara de comida insana pero decidió permitirlo por esa noche. Yoongi había hecho un trabajo para el que no se sentía seguro por lo que se merecía una recompensa por su esfuerzo y los resultados.

-¿Crees que Yoonji y Jungkook se molesten conmigo si lo hice mal? - cuestiono el pálido volviendo a presentarse como aquel niño inseguro y tímido.

- No lo creo Yonnie, lo hiciste muy bien. No soy bueno en aquello que hiciste, no se realmente que esta bien o que esta mal pero se que lo hiciste genial. Ademas, les salvaste el trasero por irresponsables, así que no tienen porque decirte nada.

Yoongi le mostró una hermosa sonrisa de encías y no pudo evitar sentirse cautivado.

Aquel no solo era un niño en cuerpo de hombre sino que era un caballero enclaustrado en un mundo diferente.

- ¡Te ayudare con tu ensayo! - grito de pronto eufórico, Yoongi no olvidaba que debía devolver el favor recibido.

En cualquier otro momento y con cualquier otra persona, una mamada habría sido la respuesta, tal vez meterse un plug de cola animal y un de par de rejitas fueran un agradecimiento para su daddy pero Tae no era tan complicado, él solo necesitaba ayuda en un ensayo y eso no representaba ni un inconveniente para el mayor.

- Cenemos primero Yoonie, después veremos lo del ensayo - aseguro el menor con una sonrisa.

Yoongi entro con una sonrisa a su habitacion y se dejo caer en la cama deseando que aquella calidez que anidaba en su pecho no parara de crecer.

Después de deshacerse en suspiros y retomar la compostura  fue que entro al baño a tomar una muy merecida ducha, quería usar aquel regalo que Tae había obtenido para él y que oliera bonito.

*

Minutos después ambos se encontraron en la sala, Tae había ido a llamar a Yoongi cuando noto que este comenzaba a colocarse el pijama que él le había obsequiado por lo que decidió sacar el suyo y ponérselo igual. Nadie lo había visto con aquella prenda antes, solo Jimin y eso fue porque entro de sorpresa a su habitacion y lo encontró con el puesto. Su amigo no lo había juzgado sino que adquirió un pijama igual para hacer juego los dos y los usaban de vez en cuando que las noches eran arroyadoramente frías, él creía que era muy poco varonil usarlas frente a alguien más. No es que tuviera algo en contra de ese tipo de cosas lindas y tiernas, sino que su padre repetía constantemente que eso era para mujercitas y le restaban masculinidad a su persona.

Jamas creyó que la hombría fuera tan frágil.

Cuando Yoongi lo  miro entrar a la sala su sonrisa se hizo cada vez mas amplia, el portaba un lindo pijama de gatito de color gris con detalles rosas y Tae usaba un pijama de león café con blanco junto a un pequeño peluche en su bolso. 

- Parecen pijamas de pareja - menciono el mayor emocionado.

Tae realmente no había caído en la cuenta de ello pero tenia razón, parecía que eran de pareja.

- Ven, cenemos - Yoongi llevo las golosinas a la mesa de centro mientras Tae acomodaba su portátil cerca para seguir leyendo, el mayor se acerco todo lo posible al joven para leer al mismo tiempo mientras cenaban.

De tanto en tanto Yoongi realizaba preguntas es debatía con Tae sobre lo que leían. Tae no se esperaba aquello, Yoongi parecía un profesor hablando con él.

Y no era de extrañar, Yoongi era un muy buen estudiante en sus años jóvenes

Después de terminar la cena, Yoongi se acomodo entre las piernas del menor mientras seguían hablando del ensayo a realizar. Tae puso todo de si mismo para prestar atención pero nadie podía culparlo al sentir con emoción en trasero que se rosaba con su miembro.

Yoongi, de tanto en tanto se movía haciendo que su trasero y la entrepierna de Tae se rozaran con fuerza, para ninguno paso desapercibido el como una erección crecia hasta chocar con aquel par de glúteos, y Yoongi no podía evitar que una erección creciera en el tan bien.

Tae quiso que Yoongi no se diera cuenta de su situación, no quería que pensara mal de él, menos después de que el mayor le habia dicho que no queria tener sexo con el habiendo dinero de por medio. Pero ahora él se moria de las ganas.

Era un hombre después de todo.

*

-Seokjin, necesito saber que ha pasado con tu hermano - Namjoon hablo con seriedad, como siempre hacia a sus hijos.

Se encontraban ambos en el mismo viaje de negocios. Y para el hijo eso no era del todo agradable.

Se suponía que Jungkook iría a alcanzarlo y pasarían juntos esos días pero el padre de Seokjin apareció haciendo que Jungkook se fuera tan pronto llegó, todo a pedido de su amante.

- Hasya donde se, está bien. Trabaja en ina boutique y vive con su mejor amigo...

- Estas atrasado en noticias hijo. Tu hermano renunció a su trabajo y se mudo de con su amigo. No se a donde, no se porque. Y tú te encargadas de averiguarlo.

- Pero papá...

- Nada de peros Seokjin. No vamos a perderle la pista a tu hermano. Quiero que averigües en donde vive ahora y con quien trabaja. Y quiero que lo averigües de él mismo.

- Bien, lo llamaré...

- Lo buscaras. Es tu hermano menos y tu deber es saber cada paso que da, con quienes se relaciona y que es lo que hace. Ya bastantes errores ha cometido al elegir jugar a cuidar niños como para hacer alguna otra tontería.

A Seokjin no le gustaba la forma en que su padre se expresaba de su hermano.

Para él, Tae era una persona muy valiente por elegir lo que le gustaba y ser quien realmente era, sin máscaras, sin mentiras.

Muchas veces deseo tener su valor.

- Bien papá, lo buscaré a penas llegue a Seúl.

- Cuento con ello Seokjin - Namjoon bebió de su cafe y sonrió de lado - mi nieta cumple años en unos días, ¿ya has preparado algo para ella?

El viejo Namjoon podía ser muy exigente con sus hijos, cuando más jóvenes eran más estricto fue con ellos pero tenia una debilidad.

Amaba con locura a sus nietos y por ellos bajaba la guardia.

A veces Seokjin cometia errores, como todos. Pero era perdonado y considerado por su padre sólo por los nietos que le dio. El viejo agradecía que el fuera un hombre de verdad y no como Tae, que había decidido ir en su contra a cada pasó.