capítulo uno

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𝐌𝐨𝐧𝐢𝐜 𝐖𝐞𝐬𝐭

𝐌𝐨𝐧𝐢𝐜 𝐖𝐞𝐬𝐭

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Mi memoria siempre a sido buena desde pequeña, incluso mis recuerdos de cuando tenía 6 años se conservan frescas en mi cabeza. Por eso razón es que siempre fui consciente de lo que pasaba, cuando papá llegaba triste del trabajo luego de un día demasiado pesado, las quejas de las mucamas sobre su paga, el chofer quejandose de su trabajo y lo más importante. La muerte de mamá.

A veces me gustaba creer en lo que papá me decia de niña, que mi madre se fue a un viaje largo y que en algún momento regresaría pero eso jamás pasó, mamá no iba a poder volver nunca y eso me destrozó tanto que incluso ahora, a mis casi 17 años de edad siento el gran vacio que dejo en mi vida y como me afecto en todas las maneras posibles. La falta de una figura materna provocó que me fuera imposible conectar con mis compañeras de preescolar, todas hablaban de sus madres, de como les hacian peinados lindos y les preparaban cosas ricas para el almuerzo, cuando hacian concursos y decian que sus madres estaban haciendo los mejores atuendos del mundo para ellas y las burlas que recibía cuando decían que yo no tenia a mi madre argumentando que me habia abandonado porque era muy fea. Si bien en ese entonces no le hice mucho caso a medida que crecia me daba cuenta de que quizas ellas tenían razón, mi desarrollo no fue tan espectacular como me había esperado, de hecho ni siquiera parecia haber tenido algun cambio notable más allá de mi rostro, apenas y me noté más alta, mi pecho no creció mucho y ni hablar de mis glúteos, era un desastre total y pase llorando la mitad de mi adolescencia debido a la inseguridad que sentía frente a mis compañeras, todas con un cuerpo tan lindo que no pude evitar preguntarme si habia algo malo conmigo. En ese momento no creí que las cosas podrían empeorar.

Entonces, papá conoció a la señora Haruno.

Mitsy no era precismente una mala mujer, de hecho, estoy segura de que nos habríamos llevado de maravilla sino fuera por su evidente gusto por el dinero de mi progenitor y yo estaba segura de que él también lo notó desde el comienzo, no por nada era el director de una agencia de detectives privados, pero supongo que se sentia solo después de la muerte de mi madre y yo estaba feliz de que intentara seguir adelante con otra persona, incluso si fuera por mero interés, él era un hombre adulto y sabía lo que estaba haciendo. Ella era una madre soltera con una hija, Sakura.

Hablar con Sakura siempre fue consolador, nos llevamos bien en cuanto nos presentamos y no fue muy difícil convertirnos en mejores amigas, ella y su madre eran japonesas tomando unas merecidas vacaciones en lo que pasaba el duro invierno en su país oriundo. Su inglés no era muy bueno y a veces resultaba confuso comunicarnos pero luego de unas cuantas clases impartidas por un maestro particular ella tranquilamente podría hablar de la segunda guerra mundial sin problemas.

Todo estuvo bien durante algunos meses y estaba feliz de tener la compañia de Sakura, no tenia amigas en la preparatoria asi que me resultaba algo difícil socializar en casi cualquier ambiente. Para este punto estaba acostumbrada a las constantes burlas y comentarios sarcástico disfrazados de bromas que no me provocaban ninguna gracia, había aprendido a quedarme callada y solo ignorarlos a todos pero ese día en particular fue diferente.

【Freak】  𝕊𝕙𝕚𝕜𝕒𝕞𝕒𝕣𝕦 ℕ𝕒𝕣𝕒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora