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Aien por fin estaba frente a las puertas de la cancha de entrenamientos de Kaijo. Despues de mucho tiempo sin venir, de tanto haber estado concentrada en las tareas, en recuperarse física y psicologicamente.

El haber tomado la decisión de hablar con sus nuevos padres la decisión de ser algo no tan comun en la vida. Que quería ser util y debía comenzar primero con ir mas a las citas del psicologo pero que no tomaría ninguna medicina mas.

Esas pastillas que eran parte del tratamiento psicologico solo hacían que lo que mejorase en la parte mental, empeoraba en la parte física. Por lo que con la ayuda de sus padres fueron con una nutricionista para equilibrar de comida a su resistencia. Volviendo a estar en mejor sintonía con el mundo y ambiente al lograr comer mas de un plato por ende, tambien a su vez se llevaba mejor de lo pensado con sus padres adoptivos.

A pesar de todo, era un luz despues de toda la oscuridad en la que vivía, debía ser agradecida. No siempre se adoptaban personas que tuvieran 16 años por lo que valoraría cada momento que los adultos compartieran con ella y viceversa, ese habìa sido el trato.

El entrenador y los chicos habían planeado el encuentro con Kise. Así que en teoría le deberían dejar plantado en la practica y ella entrar a la carga.

Pero mentiría si dijera que no le temblaba las  piernas, que no sentía que el calor en sus mejillas la sofocaba y que las mariposas que sentía en su estomago parecían querer hacerla volar.

—Bien, ya es hora.

Hace dos semanas atras le había dicho que la esperara ese tiempo. Que le tuviera paciencia.

Y claramente el hecho de alejarse había sido un reto duro para ambos pero había valido la pena porque gracias a ello, se había dado cuenta de que estaba enamorada y que todo el tiempo el continuo deseo de estar a su lado era por ese motivo.

Quería a Ryouta por lo que era y sentía a flor de piel.

No lo quería por su profesion de modelo o basquetbolista, aunque le sacara brillitos el verle tan entusiasta en ambos ambitos. Pero no le interesaba lo externo.

Le interesaba lo que valía él internamente y todo su combo.

Abrió la puerta e ingreso sin dar ni un paso más a una posible huida. Es mas la puerta se había cerrado tras ella.

Y los chicos se habían encargdo de cerrarla para darle privacidad. En especial el capitan y subcapitan. Porque el resto quería ver el show.

—¿Aiencchi?

—Ryoutacchu...

—Estas aquí—dice con un pucherito y ojitos brillosos.

—Ya no puedo estar mas tiempo sin ti. Hoy se acaba todo.

—¿Que?

—Quiero que seas mi san valentine, mi monstruito rubio de halloween, y mi amigo invisible para una larga temporada. Yo...—traga saliva Aien y se acerca quedando a un paso del alto joven rubio.

—¿T-tu?—realmente ella sabía ponerlo mas idiota.

—Te quiero mas que amigos. Te quiero como mi pareja, Kise Ryouta.—dijo entre sonrojos visibles mientras se quedaba mirandolo a los ojos.

Kise abría y cerraba la boca, así fue pasados unos minutos pero luego una galante sonrisa de felicidad lo inundó en cada poro de su ser. Y se arrodilló frente a ella para dejar en claro sin intensiones.

—Yo, Kise Ryouta, te aclaro que me gustas desde la primera vez que te vi. Me gustas en cada faceta tuya, la preocupona, la riesgosa, la responsable, la gruñona, la dormilona, la polimalota... y de todas las formas. Por lo que si he entendido bien, te hago la siguiente pregunta como es debido: ¿Aiencchi, quieres ser mi novia? Y aceptar el corazón mas idiota pero que realmente te amo sin ningun tipo de devolución —dice en broma lo ultimo.

La risa suave de la mujer de cabellera castaña suena en el ambiente y se arrodilla nuevamente para luego entrelazar sus manos.

—Si quiero ser tu novia, novio.

—¡Ay Aiencchi! Sos mi idola. Y ahora mi Novia...

Una vez dicho esto, con un suave y delicado movimiento toma entre sus manos en pequeño y regordete rostro de Aien, acaricia las mejillas. Y se emociona al ver el mismo brillo de felicidad que ha de estar dejando ver el hacia ella.

Para luego acercarse y por fin besar aquellos labios que tanto había soñado con besar. Pero besar siendo la dueña de su corazón y el siendo el suyo.







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Al fin se besaron, al fin dieron el gran paso, jajaja
¿Que mucho se esperaron para este momento no? Y solo sucedió en el primer año de Kaijo.

¿Que creen que pasará en el epilogo que se viene pronto?

Saludos!

Tenme paciencia, ¿si? | Kise RyoutaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora