Capítulo 2

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Olivia le hace una señal al chico que se acerca con las manos en los bolsillos. Le sonríe y se inclina para besar su mejilla.

Tiene ojos café intenso, naríz pequeña, labios rectos y mirada acaramelada

—Hola guapa —dice el chico con un acento británico. Se sienta frente a Olivia y examina su perfecto rostro por largos segundos.

—Hola, soy Olivia —contesta ella extendiendo su mano.

—Lindo nombre, preciosa —dice él tomando la mano —Jhonny.

—Un placer Jhonny. Veo que nos encontramos en todos lados —dice Olive sonriéndole a la chica que le entrega su pedido.

—Si, lo he notado. ¿Acaso me persigues? —pregunta juguetón.

—No persigo a nadie.

—Oh... Eres de las que no necesitan perseguir, porque son perfectas y todos le caen atrás —dice colocando los codos sobre la mesa

—Eso fue muy cursi —dice Oliva a carcajada.

—Me merezco un polvorón —dice Jhonny tomando un rollito de harina.

—Pues si.

Hablaron de todo un poco, Jhonny le contó que es de Inglaterra, tiene 22 años, estudia medicina y vino a vivir a New York  hace 7 años con su abuela.

Olivia le contó muchas cosas, lo invitó a la fiesta del viernes y él aceptó sin duda.

—Entonces eres una reina con un palacio enorme, sirvientes, lujos y esas cosas —afirma mirándola mientras camina a su lado.

—Yo no lo veo así —dice caminando hasta el estacionamiento —Digamos que mis padres tienen buena economía.

—Yo diría que muy buena economía como para que tengas un Ferrari 812 GTS —dice pasando su mano por el lujoso auto.

—Exageras —dice desbloqueando el auto. Suben y se colocan los cinturones.

—¿Tu novio no se pondría celoso? —pregunta Jhonny poniendo música.

—Sólo te rompería la cara, nomás —dice ocultando la risa.

—Bájame ahora —dice nervioso.

—Es broma —dice a carcajadas —No tengo novio.

—Que extraño —dice sonriendo.
Fueron a comprar ropas y calzados.

La noche calló y cada uno se fue a su hogar.

Olivia se sentía más relajada y felíz, había pasado una tarde muy entretenida.

Baja las escaleras despacio para buscar algo de tomar, son las 12 de la media noche y no quiere despertar a nadie. Además un falso movimiento y podrían activar todas las alarmas, y despertar a los seguridad, empleadas y sus padres. Y eso es lo que no quiere.

A veces se siente acorralada o privada de libertad. Tiene personas en donde quiera que pisa en la casa. Nunca ha podido hacer una fiesta porque su padre nunca le ha dado el permiso de hacerla en casa. Mejor le renta un salón enorme con todo incluído.

La última fiesta fue hace 4 meses para su cumpleaños y al final terminó siendo un desastre. Casi todos fueron arrestados, incluyéndola.

Se detiene al final de las escaleras al escuchar voces.

—Escúchame bien, eso debe quedar en secreto, nadie puede saber eso o el escándalo no sería pequeño —dice su padre pegado al teléfono.

Camina más despacio para acercarse y poder escuchar bien.

—Pagaría lo que sea necesario. Sabes que él dinero no es problema —hace una pausa y camina de un lado a otro.  —Un millón de dólares como adelanto, cuando se termine la obra, paso la otra parte.

El corazón de Olivia se acelera por la adrenalina que recorre su cuerpo al estar espiando a su padre. La curiosidad la carcome. Decide irse a su habitación cuando la llamada se acaba, ya mañana buscará la manera de sacar algo del teléfono de su padre.

Dulce venganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora