Cuarto Intento

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No era un cobarde. Claro que no.

Simplemente estaba ocupado con su "trabajo", sus cachorros hipotéticos no iban a mantenerse solos.

No es que lo estuviera evitando, sólo coincidía que cuando el hermoso ángel entraba a la habitación él tenía que ir algún lado, como el baño, la cocina, la azotea, el closet.

.........


Quiza si se estaba escondiendo. Pero no era por todo lo que había pasado, aunque había sido vergonzoso como la muerte, era su aroma.

No apestaba, bueno si, pero no en mal sentido. Era una peste demasiado seductora, atrayente y sexual. Ese Omega le encendía apenas entraba a la habitación.

Olía tan jodidamente bien que su amiguito se levantaba tan rápido como si quisiera saludarlo, y eso no era opción.

Aún.

Nunca le había pasado. Tampoco podía decírselo a alguien. ¿Cómo podría?

Así que como un cobarde se escondía, utilizando todo su autocontrol para no tocarse como un enfermo pervertido.

Esa mañana se levantó pensando que sería un día bueno. Tomaría un día de descanso, que pintar y tomar fotos si cansaba, sobretodo el soportar lo ridículamente acaramelados que eran las parejas que ocupaban sus servicios.

Se levantó, tomó agua y entró al baño del segundo piso para tomar un baño relajante en la tina.

Sin prestar mucha atención, se quito el pantalón deportivo que usaba para dormir, lleno la tina y estaba dispuesto a entrar cuando un suave olor llamó su atención.

Como un perro se agachó para detectar de donde provenía y su corazón se aceleró.

Aun lado del retrete había una pequeña prenda, verde limón impregnada con el suave aroma del omega. La tomó con cuidado y sin pensarlo mucho la puso en su nariz.

La olfateo un poco, disfrutando el exquisito aroma que desprendía, cerró los ojos disfrutando, dejando volar su imaginación.

. - Disculpe, voy a entrar, creo que deje mi....

La puerta se abrió de golpe, dejando ver al pecoso en ella que lo miraba impactado, y él solo le regresó la mirada con la prenda aún pegada a la nariz. Deseo no solo estar en ropa interior.

. - ¿Acaso eso es mi...? - el Omega señaló la prenda que aún tenía en la nariz

El deseo ferviente de que la tierra se lo tragara fue tan fuerte en ese momento.

Se despegó la prenda para observarla un momento, sonrojadose al darse cuenta de que prenda se trataba.

El chico entró furioso, le arrancó de las manos la pequeña prenda verde y le dio una cachetada tan fuerte que lo aturdido.

. - ¡Pervertido! - y salió dando un portazo

Katsuki solo asintió avergonzado. No era para menos, después de todo había estado oliendo la ropa interior de otra persona.

Una pequeña y sensual tanguita verde limón.

Ya estaba oyendo la risa de sus idiotas amigos.

Entró a la tina pensando que sería buena idea morir ahogado dentro de ella.

. - Pero que mega putazo tienes en la mejilla, Bakubro

Ya lo sabía, tenía una enorme marca roja en su mejilla, aún no quería decir nada, aún quería su dignidad un poco más, y no tenía ganas de escuchar las burlas. Así que comió en silencio, sintiendo las orejas calientes.

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⏰ Última actualización: Nov 28, 2020 ⏰

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Buena Suerte, KatsukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora