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2. Avergonzado

*Contiene Spoilers de la Ruta de Saeran, Another Story. *

|| MC Pov's ||

Mire a mi lado, Saeran estaba trabajando rápidamente concentrado totalmente en su computadora.

Había aceptado que estuviese ahí con el después de tanto rogarle, me encontraba realmente aburrida así que decidí estar con el.

Su rostro tranquilo mientras trabajaba me parecía lo las hermoso. Dándose cuenta de mi mirada dejo de trabajar para mirar con el ceño fruncido.

— Que mirás? — Desvíe la mirada algo avergonzada de que me hubiese notado.

— N-Nada... Solo creo que... T-Tu rostro...

— Es feo?! — Dijo casi en un grito con cierto enfado. Me sonroje negando.

— N-No... Es muy lindo... — Mire de reojo hacía el con discreción. Su rostro se había sonrojado levemente, se cubrió rápidamente con su mano.

— D-Deja de decir estupideces, maldito juguete. Estás distrayendome.

Sin pensarlo muy bien me acerque un poco a el.

— Saeran... Que soy para ti? — Pregunte directamente. Y es que la duda me comía por dentro, tal vez la verdadera razón detrás de mi insistencia era la respuesta a esta pregunta.

Y si bien Ray era un amor conmigo diciendo que me amaba, Saeran demostraba todo lo contrario. Pero eran la misma persona, tenía curiosidad de saber si el sentía lo mismo.

Su rostro mostró enojo pero sus mejillas le delataban, un leve color carmesí se notaban en ellas.

— Un juguete, un fastidio. E-Eso eres.

Algo decepcionada desvíe la mirada alejándome un paso de el. Sonreí levemente con algo de tristeza.

— Así que eso soy... Para ti...

— Que esperabas? Solo eres mi diversión del momento.

Asentí aguantando las ganas tan grandes que tenía de llorar. Me di la vuelta tomando mi móvil que se encontraba en una de las mesas de la habitación con la intención de irme.

— Y-Yo debería irme ahora, te dejaré de distraer.

Intenté abrir la puerta pero detrás de mi una mano paso por mi hombro cerrándola bruscamente.

Intenté darme la vuelta pero otra mano me sostuvo contra la puerta impidiendo que lo hiciera.

Saeran era al menos 15 centímetros más alto que yo y eso le daba ventaja.

— A dónde crees que vas? — Su aliento en mi cuello hizo que mi piel se erizará.

— Dejare de distraerte... Eso querías.

Molesto me dió la vuelta, su mirada demostraba frustración.

— Realmente tu cerebro no sirve de nada verdad? Tan idiota eres? — Mire a otro lado algo dolida por las palabras de Saeran.

— Lo lamento...

— Tu no te irás de acá, hasta que yo lo diga.

— Porque insistes tanto?... Solo soy un juguete...

— Eres MI juguete. Y yo hago lo que quiero con ellos. Así que te sientas de nuevo dónde estabas.

Obedecí sin reclamar a sus peticiones, me tomo de la mano bruscamente llevándome hasta su silla de trabajo.

Se sentó y me sentó en su regazo. Debido a la falda que llevaba, mis piernas quedaban más al descubierto.

— Ya que me distraje del trabajo por tu culpa, al menos entretenme.

Aún seguía dolida por sus palabras, mire a otro lado pero su mano me sujeto de la barbilla obligandome a mirarlo.

— Y-Ya te dije que eres Mi juguete, que más quieres? — Hablo con un rubor en sus lindas y pálidas mejillas.

— No quiero ser un juguete... Te quiero a ti S-Saeran — Me di cuenta de lo que había dicho. Saeran tenía razón, no pensaba antes de hablar.

Intenté levantarme rápidamente antes de que se molestará por decir algo así. — L-Lo siento... — Sus manos me tomaron de la cintura fuertemente.

— T-Tu... Parece que el juguete aquí soy yo... — Susurro lo mas bajo que pudo pero aún así lo escuché.

— Maldita sea.... N-No voy a decir algo tan jodidamente vergonzoso... — Le mire, su cara parecía un tomate.

Molesto y frustrado por no poder expresarse, me beso ferozmente.

— Seas un juguete o no... T-Tu eres mia. — Mencionó en mi oído. Aunque no era lo que esperaba oir, me lleno de emoción escucharlo.

Sus mejillas seguían sonrojadas pero yo estaba feliz.

Algún día aceptarás que me amas Saeran..