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3. Dime que me odias y me amas

|| Mc's Pov ||

Era muy normal para mí tener que estar encerrada luego de que Ray se convirtiera en Saeran.

Me sentía mal de que me tratara como si fuera basura, pero aún así había algo que me obligaba a quedarme.

Mis sentimientos por el eran realmente fuertes, tanto así que me impedían escapar de este lugar.

La puerta de mi habitación se abrió de repente, una risa que conocía ya, inundó la habitación. Me cubrí con las mantas de la cama en la cual seguía tumbada.

— No piensas saludarme? He venido a jugar contigo.

— No tengo ánimos.

Me día la vuelta cubriendome totalmente, sentí una presión en el colchón. Saeran se había subido encima de mi, tenía la mirada pérdida.

— Quítate de encima.

— Quien te crees que eres para darme órdenes?

Sujeto mis muñecas fuertemente lastimandome, me queje pero aún así se negaba a dejarme. Sin darme cuenta mis ojos se llenaron de lagrimas.

Al verme así, Saeran me soltó, su rostro mostraba confusión.

— No te diviertes? Deja de llorar. Oye estúpido juguete!

— Devuelveme a Ray...

Mi voz era muy poco escuchable. Me miró con desagrado, lo empuje contra la cama y me senté sobre el.

— Porfavor... Devuélveme a Ray... Duele...

— E-Eres..

— Duele tener que soportarte... Tu no me amas, no? Ray si, porfavor déjame verlo de nuevo....

— Deja de decir estupideces.

— Ya no quiero estar aquí... Puedes matarme o lo que quieras... Ya no quiero seguir así, si no está Ray.

Saeran se quedó en silencio, su mano subió por mi espalda mientras lloraba desconsoladamente. Me empujó contra el abrazándome.

— Porque me haces esto tan difícil?... Dime qué me odias... Dime qué me desprecias... Dímelo más. Así este sentimiento que no debo tener desaparecerá.

— Saeran... Me gustas....

— No. No lo digas más... Dime qué me odias... Porfavor...

— No puedo! Te amo! Te amo! — Llore más fuertemente intentando separarme de él. Sujeto con fuerza mi cintura.

— Esto está mal... Esto no. Dilo más, dime qué me amas... Si lo haces yo...

No sabía si estaba hablando con Ray o Saeran, mi vista se nublaba por las lágrimas y me era imposible verle el rostro.

— Tanto asco te doy Saeran? Realmente... Yo no, te gustó para nada?

Me quito de encima sujetándose su cabeza con dolor.

— No me hagas esto... Porfavor... Mi mente no está lista... Quiero besarte también quiero herirte. Mi yo quiere hacerte de todo.

— Lo siento...

Me levanté de la cama limpiando mis lágrimas, planeaba encerrarme el baño sin embargo el me lo impidió.

— Porfavor... No me abandones.