↳˳⸙;; ❝Bad girl ᵕ̈ ೫˚∗:ᴬᵈʳⁱⁿᵉᵗᵗᵉ ᴬᵘ

Prólogo; ✧˖*°࿐

Se supone que la escuela es un lugar para aprender, pasar el rato con tus amigos para hacer bromas y matar el tiempo. Un lugar donde para la mayoría de estudiantes podría ser una cárcel, un fastidió total en tener que estar sentados toda la mañana en escuchar clases aburridas. Aunque para algunos podrían ser interesantes en adquirir nuevos conocimientos.

Pero en el caso de Marinette la escuela era un infierno, no porque tuviera que estar encerrada toda la mañana en un aula para escuchar y copiar clases. Al contrario, le gustaba el estudió, le ponía el empeñó a ello. Pero lo que se le hacía una tortura eran las personas con quién estudiaba, sus compañeros de clases.

Le hacían burlas, la criticaban y hacían bromas de mal gusto para hacerla sentir mal. En especial por ser la "cerebro del salón" la nerdaza asocial que no interactuaba con nadie.  Y para ser sinceros Marinette no tenía a Ninguna persona por la cual pudiera llamar amigo, para su mala suerte todos estaban era en su contra.

Podría ir a protestar con sus padres, decirles lo que la hostigan  en su colegio, pero no. No pudo hacerlo por las amenazas que recibía en que sí lo decía iba a ir de mal en peor. Obvio, ella no optaba en eso, ya sí sufiente agresión física y verbal tenía. No sé imaginaba en que le hicieran lo impensable en contar la situación.

Era una mañana tranquila, serena, los rayos del sol traspasaban por la ventana de una colorida habitación rosa. Femenina para ser exactos, con muchos peluches que adornaban cama para dar un toque de ternura a la dueña de dicho cuarto. La cual era una niña de 11 años de mechones azulados y ojos azules tan hermosos como el cielo. Aquella jovencita era Marinette que se levantaba algo perezosa para ir al colegio. Por mal pesar tuvo que estirar la mano hasta la mesilla de noche que se encontraba cerca de su cama la alarma que marcará la hora para que se despertará. Al apagarlo optó por levantarse y empezar a ponerse sus lentes de color azul que combinaban con sus ojos y pelo. Tenía problemas de vista, por eso dependía de dicho objeto para poder ver bien.

Se arregló como siempre para ir al colegio. Así que con pasos algo perezosos fue al comedor siendo recibida por su abuelo. El cual era el único que velaba y cuidaba de ella. El mayor le dió su merienda cosa la cual la pequeña agradeció metiéndolo en el bolso.

—Gracias, abuelito.—Agredeció la menor al mayor por haberle guardado la comida.

—No es nada pequeña, anda. Ve al colegio, que se te podrá hacer tarde. —Sonrió cálidamente el adulto a su nieta animándola a que fuera el colegio.

Marinette por su parte sonrió y abrazo con fuerza a aquel anciano que estuvo con ella desde que tenía memoría. Era la única persona que la apoyaba, la aconsejaba y la hacía sentir mejor.  La menor se fue de su casa caminando al colegio sola, ya que no quedaba demasiado lejos para ir a pié. Ya en la entrada sujetó con algo de fuerza las tiras de su bolso, cerró los ojos inhalando aire y entró al aula de clases sintiendo enseguida la mirada de sus compañeros de clase que la hacían sentir muy nerviosa, incómoda y ansiosa. Se sentó en el primer asiento del frente. Ya que era su lugar favorito donde sentarse para poder escuchar mejor sus clases. En eso pudo notar como la miraba su amor platónico de la infancia. En cuál era Luka Couffaine. Pero por tristeza aquel niño también le hacía burlas. De repente sintió un fuerte jalón cuando una niña jaló con fuerza una de sus coletas haciendo que Marinette soltará un chillido de dolor.

—Pero miren quien llegó, la rarita, la cuatro ojos. —Dijó una niña de melena castaña sin soltar la coleta de la azabache que tenía sujetada con fuerza.

—¡Suel... Suéltame por favor, Melanie!—Suplicó Marinette intentando de zafarse del agarré de su compañera de clases, pero le era inútil.

La niña que tenía sujetada la coleta de la peliazul jaló con fuerza haciendo que chillara.  Todo el salón empezó a reírse, claro. No era la primera vez que la trataban físicamente mal. Al igual que verbalmente. Marinette era siempre el centro de burla de todos.