II

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Ahí estaba Luka, anodado, asombrado y petrificado en ver a aquella joven mujer, ¿En verdad era Marinette? Parecía alguien totalmente distinta. No era aquella niña que recordaba en la primaria y para rematar la cuenta, que ella trabajaría en la misma compañía junto con su padre. Él sabía que la azabache pensaba estudiar diseño, pero él junto con sus compañeros de clases siempre se burlaban en decir que nunca lo lograría. Pero una cosa no podía evitar, y era de dejar de mirarla estupefacto al cambio que tenía.

De todas las personas que podría trabajar el peliazul jamás pensó que podría haber la mínima posibilidad que fuera ella. Y en verdad parecía que había puesto empeñó Marinette para lograr ser diseñadora. Porque la compañía de su padre era una de las mas prestigiosas en Europa.

La femenina por su parte simplemente mantuvo una postura firme ante lo que iban a ser sus supuestos jefes en su nuevo lugar de trabajo. El mayor le ofreció que se sentará. Cosa la cual ella accedió sentándose con silencio en la silla con ambos varones.

—Mi hijo me comentó que ustedes dos se conocían desde la primaria. No sabía que ustedes dos estudiaban juntos. —Habló el mayor de los Couffaine a la azabache. Tras el comentario de su primogénito en decir que la había conocido.

Luka por su parte sintió que se le hizo un nudo en el estómago tras lo que dijo su padre. Tenía miedo de que la azabache comentará de todas las burlas que le había hecho a ella. En especial cuando la había desilusionado y humillado enfrente de todos sus compañeros. Obviamente eso no iba a ser agradable para su mentor si se entera de eso. Solamente pudo tragar en seco rogando por dentro que Marinette no dijiera nada. Y como si los rezos mentales que tenía al parecer fueron escuchados cuando la peliazul lo miró con una mirada cómplice.

Marinette simplemente miró al menor de los Couffaine con calma y tranquilidad, se humedeció los labios mirando al mayor.

—Sí, nosotros estudiábamos juntos...—Admitió la azabache con una leve sonrisa que se formó en sus labios— Éramos muy buenos compañeros de clases. Es un honor trabajar para él. —Comentó con leve entusiasmo la femenina aún manteniendo esa sonrisa en su rostro. Parecía que de verdad le entusiasmaba trabajar para los Couffaine.

El varón de gemas azuladas sintió un gran alivio ante lo que dijo Marinette. Por un momento parecía que ella iba a decirle toda la verdad sobre su niñez. Y de qué ese trato de "muy buenos compañeros" Aunque, ¿A quién se iba a engañar? Nunca lo fueron y si él se acercó a la azabache era para engañarla tendiéndole la trampa para la broma que planeo su esposa junto con otra compañera de clases.

Pero bueno, lo importante es que ella no hubiera soltado la sopa. Y que su padre no se enterará de todo esto. Claro, podía ser un adulto, tener su casa y esposa. Pero él trabajaba para su padre y era el gerente general de la compañía. Podía quitarle todo si quisiera.

Su padre por su lado sólo sonrió ante los dos. Parecía estar satisfecho en saber que ambos se llevaban bien. Así que no debía de haber formalidad en que Luka y Marinette se tuvieran que presentar.

—Es muy bueno saberlo, me alegra demasiado. —Aduló con entusiasmo el de mechones canosos a ambos jóvenes— Luka jamás me comentó que tenía una compañera de clases tan talentosa. Aunque bueno, eso me lo tendrás que presentar tú en tu trabajo Marinette.

—Oh, por su puesto señor. No se va a arrepentir absolutamente nada sobre la desicion que usted tomó. Verá que le encantará mis diseños. —Asintió la femenina con cordialidad al mayor con lentes, miró a Luka y este parecía ponerse un poco nervioso por ese par de zafiros que ella tenía— Eh, ¿No te alegrará tenerme verdad? Será como los buenos tiempos Luka.

—S... Sí, como los buenos tiempos. Eso es verdad. —Sonrió con nerviosismo el peliazul, tosió disimuladamente ante los dos presentes para dejar de estar nervioso— Pero en fin... Esta es la compañía de los Couffaine y hay que dar lo mejor.

↳˳⸙;; ❝Bad girl ᵕ̈ ೫˚∗:ᴬᵈʳⁱⁿᵉᵗᵗᵉ ᴬᵘ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora