DULCINEA

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Soy feliz con tan poco y con mucho a la vez, soy la felicidad desbordada en tu exquisito reír; gozando del más simple y bello compartir, leer tus te quiero, extrañar esos besos, son el ideal souvenir.

El destino acertó al ponernos en la misma partida, recorriendo campos misteriosos, deslumbras como flor amarilla; me embriagas día tras día con sentimientos en fantasía, eres la dedicatoria de canciones viejas y divinas.

¿Te sientes feliz? Déjame comprobarlo, no quiero seguir soñando sino estás conmigo bienaventurando, reafirmo en la paz de tu existencia; no quiero ir al futuro sino estás conmigo haciendo presencia.

Hoy se renuevan las poesías que llevan tu aroma, letras inspiradas en el nectar que derraman tus rosados labios con mi boca, rimas que ascienden a la pureza de quererte conmigo en una aventura hermosa.

Sigo construyendo la casita de ladrillos rojos en tu corazón, divagando en tus pensamientos cada madrugada al dormír; soy completamente tuyo, mi cuerpo y mis ganas, no me voy a ir.

Siento apetito de abrazarte en los instantes de crudeza, besarte sin motivos y que fluya la deliciosa kinesica; tengo pereza de existir y no de amarte; agradezco las infinitas razones para quedarme; absorbe el café de mi cuerpo al extrañarme.

Encontré una buena razón para tener paciencia, desviviendo por una mente moderna como el Corea; fantasiando el futuro con dificultades alado de ella, me enamoro noche y día de aquella mujer que hoy llamaré Dulcinea.

~Carlos Makrayert~

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